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sábado, 20 de abril de 2024 08:32h.

Adiós a la justicia gratuita, bienvenida a la injusticia social

 Desde X Canarias como plataforma ciudadana entendemos que el Sr. Gallardón se ha empeñado en pasar a la historia como el ministro que amordazó y acalló a las masas.

Adiós a la justicia gratuita, bienvenida a la injusticia social.

 Desde X Canarias como plataforma ciudadana entendemos que el Sr. Gallardón se ha empeñado en pasar a la historia como el ministro que amordazó y acalló a las masas.

 En X Canarias pensamos que la creación de las tasas judiciales, impuestas por el ministro de justicia, Alberto Ruiz Gallardón a los ciudadanos, además del desconcierto, ha provocado que la máxima de "justicia para todos" sea una utopía para la mayoría de los españoles. Denunciar por ejemplo los abusos bancarios, supone una media de 300 euros de tasas, a lo que habría que sumar los gastos de abogado y procurador, ya que, los requisitos para obtener un abogado de oficio, son excesivos para el ciudadano medio.

 Haz de estar en el umbral de la pobreza para tener derecho a una justicia gratuita. Sólo podrá  denunciar o pleitear, aquel que pueda pagarlo, y como siempre, será la clase pudiente,  creándose así el desamparo de la mayoría, al privarla de un derecho constitucional. Tendremos que pagar entre 100 y 1200 euros al presentar una demanda civil, social o contencioso administrativa. Recurrir una sentencia nos costará 800 euros y llevarla al Tribunal Supremo unos 1200 euros.

 X Canarias pensamos que no es casualidad que estas tasas coincidan con las sentencias sobre la ley del suelo de las hipotecas al declararlas ilegales. Parece haber una connivencia entre la banca y el Ministerio Justicia para evitar que los ciudadanos  puedan denunciar a los bancos (por ejemplo en las preferentes).

Su reaccionaria reforma del código penal, nos lleva a la regresión de la ley de vagos y maleantes de la dictadura franquista. Nos condenan por salir a la calle a expresar nuestro malestar (desorden público y resistencia a la autoridad), aumentado las penas para amedrentarnos, y nos prohíbe además manifestarnos en la redes sociales. Elimina la posibilidad de reinserción del individuo al implantar una cadena perpetua camuflada con eufemismos a los que nos tiene acostumbrados el PP.