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viernes, 19 de abril de 2024 08:52h.

En apoyo a los vecinos del barrio de El Sobradillo sobre las antenas de telefonía

Los posibles efectos sobre la salud derivados de la exposición a las antenas de telefonía móvil generan preocupación en sectores de la población que conviviendo con las mismas, a su vez les resulta llamativa una determinada incidencia, en personas de su entorno residencial e incluso de su propia familia, de alteraciones diversas en la salud lo que les lleva a demandar un apoyo por parte de las administraciones en el sentido de clarificación de dudas y preocupaciones, así como de adopción por las mismas de las medidas que correspondan.

En apoyo a los vecinos del barrio de El Sobradillo sobre las antenas de telefonía

Los posibles efectos sobre la salud derivados de la exposición a las antenas de telefonía móvil generan preocupación en sectores de la población que conviviendo con las mismas, a su vez les resulta llamativa una determinada incidencia, en personas de su entorno residencial e incluso de su propia familia, de alteraciones diversas en la salud lo que les lleva a demandar un apoyo por parte de las administraciones en el sentido de clarificación de dudas y preocupaciones, así como de adopción por las mismas de las medidas que correspondan.

Es el caso de los vecinos del barrio de El Sobradillo que por parte de las autoridades sanitarias no está recibiendo la necesaria atención y respuesta. Como mínimo, la de promover los correspondientes estudios epidemiológicos sobre la relación de la incidencia entre los vecinos de signos, síntomas y patologías con la presencia, desde hace años, de tres antenas de telefonía móvil en el barrio. Sabemos de los escasísimos recursos destinados a este tipo de estudios por la Consejería de Sanidad de Canarias, pero el caso de estas antenas, que ya superan, de sobra, el número de 400 en la isla de Tenerife, en un área con suficiente población para constituir una muestra representativa con poder estadístico, amén de los problemas de salud señalados, deben ser razones suficientes para emprender un estudio específico en esta isla o cuanto menos en el marco de un estudio múltiple que sume recursos en el conjunto del archipiélago o incluso del Estado español.

Sobre los efectos en la salud de las antenas de radiofrecuencia de las estaciones de base de emisión de telefonía móvil, las dudas afectan también a la comunidad científica. Esta emisión de radiación, incluida entre las llamadas radiaciones no ionizantes de menor energía y efectos biológicos que las ionizantes como los RayosX, puede producir cambios eléctricos en la membrana de todas las células del cuerpo, alterando los flujos celulares de algunos iones, sobre todo el calcio, lo que podría tener efectos biológicos importantes. Hay dudas sobre el posible efecto acumulativo del aumento de la temperatura corporal a largo plazo y aunque es indudable que ejercen efectos biológicos, el papel de las radiaciones no ionizantes como agentes cancerígenos es polémico.

En muchos trabajos se ha determinado un mayor riesgo relativo de leucemias, tumores cerebrales y otros cánceres en sujetos que residen en las proximidades de las líneas de alta tensión y entre distintas poblaciones expuestas profesionalmente. La sospecha de asociación más firme se ha establecido con las leucemias infantiles. También se han intentado relacionar con alteraciones del aparato reproductor, cardiovascular y sistema nervioso, y con malformaciones fetales.

Sin embargo, los estudios son contradictorios, sobre todo por la dificultad de medir la exposición a la radiación no ionizante y también por los métodos epidemiológico-estadísticos usados. Así, existen múltiples trabajos en sentido contrario.

Desde el punto de vista de la salud pública, hay hallazgos que debemos considerar advertencias sobre los potenciales efectos adversos de la radiación no ionizante por antenas de telefonía móvil; si bien, ante la falta de evidencia definitiva, mientras se esperan resultados concluyentes de los estudios, la única recomendación podría ser la del principio de precaución o de evitación prudente. Es decir, evitarlas si no se puede garantizar el cumplimiento de la normativa, en cuanto a aislamiento apropiado de la zona, vallas o barreras en torno a los emplazamientos de las antenas y distancia de seguridad respecto a los vecinos de los alrededores, así como, impedir a toda costa que bajo ningún concepto o condición se ubiquen estaciones de base en zonas donde hay guarderías, escuelas o parques infantiles.

En Santa Cruz de Tenerife a 8 de abril de 2014

Foro Social Canario por la Salud y la Sanidad Pública