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viernes, 29 de marzo de 2024 08:39h.

Declaración conjunta de ATTAC Europa sobre Covid-19 Otro futuro después de la COVID19 21 propuestas de la red ATTAC Europa

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Declaración conjunta de ATTAC Europa sobre Covid-19

Otro futuro después de la COVID19

21 propuestas de la red ATTAC Europa

La red europea Attac invita a todas las organizaciones, movimientos y militantes a participar en nuestros debates y acciones en el marco de la crisis múltiple vinculada al Covid-19: ¿Cómo prevenir los terribles daños sociales y las violaciones de nuestros derechos democráticos? ¿Cómo podemos hacer posible la transición a otro sistema, basado en la solidaridad social y el respeto al medio ambiente, para reemplazar el sistema capitalista neoliberal? Nuestras universidades de verano (si pudieran tener lugar en 2020) y la Universidad Europea de Verano en agosto de 2021 en Alemania serán etapas importantes en esta urgente reflexión.

El Covid-19 es una enfermedad viral que se originó en China. Actualmente se ha extendido por todo el mundo debido a la internacionalización de las cadenas de suministro y a los grandes movimientos de población causados por el turismo mundial. Todas las regiones del mundo se ven afectadas, pero las respuestas a esta crisis sanitaria varían de un país a otro. Algunos gobiernos han reaccionado rápidamente, mientras que otros han permanecido demasiado tiempo en un estado de optimismo complaciente, tal vez por temor a las consecuencias económicas. Las medidas adoptadas también varían de una jurisdicción a otra.

La crisis financiera de 2008, el empeoramiento de la crisis climática y ambiental y la actual pandemia de coronavirus nos muestran que se trata de un acontecimiento que está en pleno apogeo. El desastre resultante representa una amenaza para la humanidad en su conjunto. Estas crisis son la prueba de que el sistema neoliberal es deficiente, tanto para el presente como para el futuro.

La red Attac en Europa exige las siguientes 21 medidas para combatir la pandemia Covid-19 y la crisis política y económica que ha desencadenado.

En cuanto a los servicios públicos, que son la riqueza de los que no tienen nada:

1. Un plan de emergencia de sanidad pública accesible a todos

Las políticas de austeridad y el afán de lucro han conducido a recortes en el gasto público, lo que ha dado lugar a la falta de personal hospitalario, a deficiencias de equipo y a la incapacidad de las estructuras hospitalarias para hacer frente al número de pacientes infectados. Las inversiones en servicios públicos, y en particular en atención sanitaria, son la forma en que nuestras sociedades pueden asegurarse contra el riesgo de crisis sanitarias extraordinarias, que tal vez no resulten tan extraordinarias en los próximos años. Los principios de eficiencia económica a corto plazo (como la ocupación máxima de camas) y la planificación de inventarios “justo a tiempo” no pueden aplicarse al sector de la salud en ninguna circunstancia. Este enfoque neoliberal mata en circunstancias normales, mata aún más en la situación actual. Los trabajadores de la salud deben ser reclutados en masa y sus salarios deben ser aumentados. Deben abrirse decenas de miles de camas en hospitales y hogares de ancianos. El equipo médico debe comprarse y producirse localmente de manera proactiva. Lo mismo se aplica a los medicamentos; los grandes conglomerados privados de la industria farmacéutica deben ser desmantelados y deben prohibirse las patentes de vacunas o medicamentos que salvan vidas.

2. Investigación pública de calidad

La salud y la vida humana deben estar antes que los beneficios. Tenemos que pasar de la lógica a corto plazo a la investigación pública de calidad a largo plazo si queremos ser capaces de hacer frente a la próxima crisis sanitarias. Se debe financiar la investigación para prevenir los desastres relacionados con la salud y para desarrollar las vacunas necesarias. Se deben crear puestos de trabajo públicos en las universidades y centros de investigación, y se deben asignar los fondos necesarios para llevar a cabo la investigación en buenas condiciones.

En cuanto a la salvaguarda y la extensión de la democracia:

3. Respeto absoluto de los derechos laborales

Al igual que el Gobierno italiano, los gobiernos europeos deben pedir a los sindicatos que lleguen a acuerdos colectivos sobre qué sectores deben cerrarse y cuáles deben seguir funcionando para garantizar las necesidades básicas de la población. En espera de dicho acuerdo, los trabajadores deben ejercer su derecho a retirarse si consideran que las medidas de protección son insuficientes. Además, las medidas de emergencia no deben incluir regresiones en cuanto a los derechos económicos y sociales, como el aumento de la jornada de trabajo.

4. Respeto absoluto de los derechos fundamentales

La crisis sanitaria no puede justificar medidas que infrinjan los derechos y libertades fundamentales. La privacidad debe ser garantizada y los gobiernos deben ser transparentes en su toma de decisiones. Todas las medidas que se adopten en un contexto de emergencia deben estar dirigidas a satisfacer las necesidades de todos y deben estar estrictamente limitadas en el tiempo. Debemos resistir la tentación de la vigilancia electrónica. La aplicación de medidas de confinamiento no puede justificar el uso de la fuerza contra los más vulnerables: las personas sin hogar y los migrantes.

5. Nuestros derechos civiles deben ser preservados y extendidos después de la crisis.

Las actuales medidas de confinamiento no deben dar lugar a una restricción de nuestros derechos civiles. Por el contrario, después de la crisis deben extenderse a la esfera económica para decidir cómo queremos vivir y qué queremos producir.

Es escandaloso que Amazon haya podido continuar con sus actividades mientras que las tiendas y pequeños negocios se vieron obligados a cerrar. Debemos poner fin a la impunidad de las multinacionales y repudiar los llamados tratados de libre comercio de última generación y, en particular, los mecanismos de solución de controversias entre inversores y Estados.

Con respecto a la igualdad y la protección de los más vulnerables

6. Ingresos garantizados para todos los trabajadores, con o sin trabajo, autónomos, pequeñas empresas, y artistas y trabajadores de espectáculos.

La crisis de Covid-19 va a ser un gran golpe para nuestras economías. Tendremos que tomar todas las medidas necesarias para evitar una crisis social. Todos los despidos deben estar prohibidos y se debe garantizar un ingreso mínimo para todos. Los gobiernos tendrán que ayudar a las empresas con problemas de flujo de caja (autónomos, pequeñas y medianas empresas) y permitirles hacer frente a la reducción del horario de trabajo o al cese completo de su actividad. Sin embargo, la ayuda a las empresas privadas sólo puede darse en forma de préstamo o de participación en el capital.

7. Requisar de forma inmediata de todas las viviendas vacías

Nadie debería tener que cumplir con las medidas de confinamiento en viviendas de mala calidad o, peor aún, en la calle. La confiscación de viviendas vacías siempre ha sido una de nuestras demandas, es más urgente que nunca. Al mismo tiempo, debe introducirse una moratoria en el pago de los alquileres.

8. Protección de las personas expuestas a la violencia doméstica

El confinamiento, especialmente cuando la vivienda es pequeña, coloca a las personas confinadas bajo un estrés continuo, lo que promueve la depresión pero también suele ser una fuente de violencia, sufrida con mayor frecuencia por niños y mujeres. Es necesario abordar esta cuestión ahora. La protección contra la violencia es esencial. Ya han muerto niños y mujeres. Es preciso aumentar la capacidad de acogida de los albergues y centros y facilitar las posibilidades de realojamiento.

9. Apoyo a los jóvenes

Los retrasos académicos detectados por los profesores deben ser atendidos inmediatamente mediante el apoyo personal, utilizando a los que están actualmente desempleados, como los artistas, que deben ser debidamente remunerados, y proporcionando el equipo informático y otros suministros necesarios en estos tiempos de reclusión.

10. Permisos de residencia para migrantes indocumentados

Los migrantes cuyos derechos fundamentales son violados con el pretexto de que están en situación ilegal no están en condiciones de respetar las medidas sanitarias. Esto es inaceptable. La decisión adoptada por el Gobierno portugués demuestra que es posible la concesión masiva de permisos de residencia. Todos los gobiernos deberían utilizarlo como guía para asegurar que todos, independientemente de su nacionalidad, puedan tomar las precauciones necesarias para protegerse. Los centros y campamentos de refugiados deberían cerrarse inmediatamente; al igual que los turistas, los migrantes deberían ser llevados a las ciudades de Europa que han prometido acogerlos (“ciudades hospitalarias”).

Con respecto a la justicia fiscal

11. Un sistema fiscal justo

La pandemia por el Covid-19 muestra que nuestras sociedades tienen una gran necesidad de servicios públicos de calidad. Esto tiene un precio. Por lo tanto, debemos repensar nuestro sistema tributario para que los ricos contribuyan de acuerdo a su riqueza. Las bonificaciones fiscales de las últimas décadas deben ser canceladas y el nivel de impuestos debe volver a ser verdaderamente progresivo, con una base que globalice y someta los ingresos de los bienes muebles e inmuebles y los ingresos del trabajo a la misma tasa. Los gobiernos deben actuar conjuntamente y de manera eficaz para eliminar los paraísos fiscales, aplicar un impuesto sobre las transacciones financieras y poner fin a la carrera hacia el abismo en la reducción de los tipos impositivos de los más ricos y de las empresas transnacionales.

12. Impuestos sobre los beneficios y la riqueza

Las medidas que deben adoptarse para apoyar a las empresas que se encuentran en dificultades como consecuencia de la desaceleración o el cese de su actividad, así como la recesión que implica la crisis de Covid-19, representan una pesada carga para el tesoro público. Al mismo tiempo, algunas multinacionales están obteniendo beneficios excepcionales (Amazon, Netflix…). Estos beneficios deben ser gravados para evitar que el gasto público conduzca a un mayor endeudamiento en los mercados financieros. Si todos tenemos que ser solidarios, esto también concierne a estas empresas.

13. Prohibición del reparto de dividendos

El costo de la crisis debe ser pagado por un impuesto a las grandes fortunas y a los fondos de cobertura. Los miles de millones de euros en dividendos que las empresas deben pagar a sus accionistas sobre la base de los beneficios obtenidos en 2019 no deben ser distribuidos, sino utilizados para hacer frente a la crisis.

En cuanto a los bancos y los mercados financieros de la UE y Europa

14. Préstamos directos a los gobiernos por parte de los bancos centrales a un tipo de interés cero

Los bancos centrales y los bancos públicos deben prestar directamente a los gobiernos para ayudar a financiar los planes de contingencia. Estos préstamos deben hacerse con un interés cero o casi cero. Las deudas públicas no pueden utilizarse con fines especulativos en los mercados financieros, como ocurrió después de la crisis de 2008. Hay que tomar medidas contra la especulación con las deudas públicas. Además, el Pacto de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza ha de ser derogado.

15. Control de los flujos de capital

La pandemia del Covid-19 no debe ser utilizada por los mercados financieros para la especulación. Hay que impedir que desestabilicen economías enteras que ya se han vuelto más vulnerables por la crisis. Deben prohibirse las operaciones especulativas y la banca en la sombra. Es el momento de poner en marcha el impuesto sobre las transacciones financieras propuesto por diez gobiernos europeos y el impuesto sobre las transacciones monetarias, que es el punto de partida de nuestra asociación.

16. Desmantelamiento y socialización de los grandes bancos

Algunos bancos plantean un riesgo sistémico para la economía: su fracaso desestabilizaría el sistema bancario internacional. Estos bancos que son “demasiado grandes para caer” necesitan ser desmantelados y socializados. Los bancos de depósito y los bancos de inversión deben ser separados sin importar lo que diga el lobby bancario europeo.

Sobre la solidaridad internacional

17. Una respuesta coordinada a nivel europeo

La solidaridad entre los países europeos sólo puede funcionar si la reacción de los distintos gobiernos no está motivada por los intereses de los países económicamente más fuertes. El presupuesto de la UE debe ser aumentado y utilizado para apoyar a los países más afectados. No sólo el dinero, sino también el equipo médico debe ser distribuido entre los vecinos. La solidaridad entre los hospitales no debe depender de la discriminación nacional. En términos más generales, los fundamentos de la integración dentro de la UE deben revisarse fundamentalmente para que se establezcan sobre bases sociales y no sobre las ideologías del libre mercado, el libre comercio y la libre competencia.

18. La solidaridad internacional por encima de todo

Las consecuencias humanitarias, sociales y económicas de la pandemia serán especialmente graves para los países más pobres. Se necesita un amplio apoyo internacional para ayudar y proteger a las poblaciones más vulnerables de todo el mundo. La ayuda a los países del Sur debería adoptar la forma de asistencia directa en lugar de préstamos con condiciones neoliberales. La deuda pública debería cancelarse para que los países pudieran reorientar sus recursos a la lucha contra la crisis sanitaria. Hay que poner fin a los tribunales privados que protegen a los inversores y a otras medidas comerciales injustas.

Sobre la transformación ecológica y social de nuestras economías

19. Desplazamiento de las subvenciones públicas a los sectores contaminantes hacia la transición social y ecológica

El apoyo financiero concedido a las empresas de los sectores contaminantes debe estar condicionado a una verdadera transición hacia un modo de producción social y ecológico. Hay que considerar la socialización de estas empresas y, como mínimo, garantizar los derechos de los trabajadores. Se deben aplicar planes de formación profesional y de reciclaje. Mientras los gobiernos se apresuran a llenar los vacíos, después de su intervención, todo no debe regresar a la situación previa, especialmente después de los esfuerzos realizados por la población.

20. Políticas monetarias para la economía real y la transición

El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado que comprará 750.000 millones de euros en títulos bancarios para apoyar la economía. Los bancos y los mercados financieros no deben utilizarlos para continuar la especulación o para financiar sectores contaminantes y perjudiciales. Así como los gobiernos deben condicionar su apoyo a un compromiso real de transformación ecológica y social, también los bancos centrales deben imponer condiciones a cambio de su respaldo.

21. Reubicación de la producción sobre una base de solidaridad

La pandemia de Covid-19 ha mostrado una deplorable deficiencia en la producción de bienes estratégicos como las medicinas y los alimentos. La extrema internacionalización de la cadena de suministro ha hecho que nuestras sociedades sean más vulnerables en situaciones como la crisis actual. La deslocalización de la producción esencial requiere que suprimamos las normas de libre comercio impuestas actualmente por la UE. Es necesario fomentar una agricultura local y campesina que utilice pocos plaguicidas y fertilizantes químicos, en contraposición a las actuales prácticas agroindustriales que no sólo matan el suelo y la biodiversidad, sino que también aumentan la contaminación y, por lo tanto, promueven la propagación de enfermedades.

Depende de la gente el decidir cómo quiere vivir, qué quiere producir y comerciar de manera justa y ecológica y en interés del mayor número de personas. Esto lógicamente irá en contra de la dinámica de la competencia entre los países sobre la base del costo de la mano de obra y las políticas fiscales, y conduciría a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Necesitamos implementar una estrategia social y ecológica a nivel europeo.

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