Buscar
jueves, 25 de abril de 2024 09:47h.

Las elecciones generales de 2016 en Canarias. Una hipótesis razonable, un resultado inesperado - Canarias Anticapitalistas

anticapitalistas canariasEn Canarias, Unidos Podemos tuvo el 26J un total de 197661 votos, mientras que en diciembre de 2015 consiguió 231063.

Las elecciones generales de 2016 en Canarias. Una hipótesis razonable, un resultado inesperado - Canarias Anticapitalistas

En Canarias, Unidos Podemos tuvo el 26J un total de 197661 votos, mientras que en diciembre de 2015 consiguió 231063.

La desolación de la militancia, que había trabajado con empeño, con la esperanza de lograr, como mínimo, cinco diputados, ha sido inmediata.

Porque, supuestamente, se mantenía una alta fidelidad de voto y el acuerdo con IU auguraba lograr dos diputados más, como mínimo, convirtiéndonos en la primera fuerza electoral en Canarias.

¿A dónde han ido los 34000 votos de menos, y los 30000 de IU? No hay, por lo pronto, fácil respuesta. En parte, al PSOE, a algún extraparlamentario. Pero, sobre todo, a la abstención.

 El voto del PP se ha recuperado, fundamentalmente, del abstencionismo de derechas.

La campaña por el “voto útil” del PP ha conseguido la recuperación de parte de su sector abstencionista que ha preferido votar a “sus” corruptos que correr el riesgo de un cambio opuesto a su ideología conservadora. La polarización de la campaña tiene como una de sus consecuencias este agrupamiento del voto.

Para conseguirlo, se han lanzado acusaciones contra Podemos, sin ninguna base, pero que logran el  efecto deseado: financiación ilegal, alianza con la teocracia iraní, apoyo a terroristas, subvenciones venezolanas,..

 El acuerdo de coalición con IU resucita el fantasma del “comunismo”. Los responsables de las políticas de austeridad, del empobrecimiento de la mayoría social, acusan a Podemos de querer llevar a la miseria a la ciudadanía.

Frente a todas las acusaciones, y también para llegar a un espectro ideológico más amplio, se ha hecho una campaña de perfil bajo en la que se llega a afirmar que Rodríguez Zapatero, el presidente de la reforma del artículo 135 de la Constitución; de las reformas de las pensiones y laboral; de la reducción del gasto para salvar a los bancos, convirtiendo deuda privada en pública; de la disminución de oferta de empleo público y los recortes salariales en la Administración; es proclamado el mejor presidente de la democracia. De esta manera se desconcierta a los “nuestros”, y no se ganan más votantes del PSOE.

Por lo mismo, el llamamiento continuo a un acuerdo con el PSOE, que lo rechaza, ha aumentado la confusión.

La desaparición de referencias a la deuda pública, a las recomendaciones e imposiciones de la Comisión Europea, desdibujan el programa. Para superar esto, no vale con convertirse a la socialdemocracia, apelar al “patriotismo” y exhibir  la bandera monárquica, o defender el acuerdo con Alberto Garzón ante un electorado más radical. Todos estos mensajes contradictorios, ni contribuyeron a dar confianza, ni aumentaron el voto.

Lo más posible es que parte del voto se haya perdido por el miedo a las amenazas de la derecha, otra parte más importante por la indefinición. También por la confianza en que se iba a ganar. Si no convence el mensaje, pero se gana, no es necesario votar, concluye el elector más radical. Por ahí se pierde parte de ese 1.100.000 que, supuestamente, irían a nuestra candidatura.

En las confrontaciones electorales anteriores, rechazábamos el eje “izquierda-derecha” en beneficio de de “abajo-arriba”. Más allá de las diferencias ideológicas, apelábamos a la diferenciación social agravada con la crisis. Señalábamos responsables. Pero en esta última campaña algunos han insistido en la “transversalidad”, en la moderación de las consignas, para abarcar un espectro ideológico más amplio.

 En esta última campaña hemos presentado propuestas económicas de salida de la crisis basada en el crecimiento de la demanda, inducida por el aumento del gasto público, que saldría de la persecución del fraude fiscal y de impuestos progresivos.

 Estas propuestas no toman en cuenta que la recuperación de los beneficios empresariales se realiza mediante la reducción salarial, la rebaja impositiva, el aumento del fraude y la traslación de deuda privada al sector público. Es decir, se hacen propuestas para no asustar al empresariado,  no para movilizar al electorado contra los responsables de la crisis, ofreciendo una salida en la que se nacionalice el sector de la banca subvencionada y las eléctricas privatizadas.

De otro lado, sin anclaje territorial, sin construcción de movimiento, sin actividad reivindicativa, es imposible tener una mayoría electoral. El discurso de la derecha, del PP, del PSOE, de los medios de comunicación, de parte de la jerarquía católica no se deslegitima en frio, ni moderándose.

En positivo insistir en que jamás ha habido, ni en el Estado español, ni en ningún otro país europeo, una fuerza anti austeridad cuya existencia cuestione el sistema, con la fuerza electoral de Podemos y su representación institucional. Esa fuerza, esa estructura organizativa, tenemos que adecuarla al nuevo ciclo, en el que, probablemente se endurezcan las medidas de austeridad, se agrave la crisis de la UE, crezca la derecha nacionalista en varios países, a la vez que la xenofobia, y medidas liberticidas para garantizar la continuidad del poder de los mismos de siempre.

Se trata de dar respuesta a la crisis económica, social y política, articulando un programa que arraigue entre los de “abajo”. Es hora de construir Podemos como un partido-movimiento, arraigado en ciudades y pueblos, presente en las luchas, impulsor de las reivindicaciones.

Hay que presentar alternativas al paro, a la exclusión social, a la pobreza, al empeoramiento de condiciones laborales, al deterioro de los servicios públicos. En Canarias sufrimos una altísima tasa de paro, más del 30% de la población está bajo el umbral de la pobreza; hay más de un 50% de paro juvenil, la mayoría de los nuevos contratos son temporales y a jornada parcial, con fraudes a la SS y salarios muy bajos.

Hay que luchar contra los afanes especuladores sobre un suelo escaso, preservar el suelo agrario, el espacio marítimo-terrestre, los espacios naturales. Planificar el uso del suelo, recuperar la agricultura para consumo interno evitando la competencia desleal de importaciones subvencionadas.

Tenemos que poner fin al deterioro ecológico, depurando y reutilizando las aguas residuales, impidiendo la contaminación de los acuíferos. Debemos impedir la importación, sin control, de especies vegetales que alteran nuestros frágiles ecosistemas y ocasionan epidemias antes desconocidas en la agricultura.

De otra parte, desde el sector público, es preciso promover la transición energética, potenciando el uso de la energía eólica y la solar. De paso, recuperar la propiedad pública de las centrales de fuel.

El aumento de los ingresos públicos pasa por la persecución del fraude; pero más importante aún es acabar con los privilegios fiscales del empresariado radicado en Canarias, que, mediante la Reserva de Inversiones, la Zona Especial Canaria y los Puertos Francos reduce, como mínimo, entre un 80 y un 90% del impuesto de Sociedades.

Es necesario un nuevo Congreso de Podemos. También en Canarias, para dotarnos de estructura organizativa, en la que la adscripción decida quienes forman la dirección y tenga derecho a ser oída.

Un Congreso que decida el programa y la estrategia. Que en Canarias ofrezca la alternativa a la Ley Electoral, a la Ley del Suelo que se pretende aprobar, al Estatuto, cuya esencia son los privilegios fiscales para el empresariado; un programa que reclame la soberanía y la neutralidad, la solidaridad con el pueblo saharaui.

Es hora de remangarse, de construir la organización, de dotarnos de plataforma reivindicativa, de programa.

 

Canarias, julio de 2016

 

anticapitalistas canarias