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viernes, 29 de marzo de 2024 10:20h.

Izquierda Unida Canaria apoya a AVECALTA y a los vecinos afectados por las torres del canódromo


Hace más de diez años que los vecinos de la zona luchan por defender el urbanismo de la zona.

Los vecinos afectados por las Torres del Canódromo han visto cómo año tras año, desde el 2002, año en el que se planificó la construcción de dichas Torres, la lucha por defender sus derechos ha estado sometida a unas presiones enormes. Ante esto, los vecinos observaron irregularidades así como la violación el Plan General y acudieron a los Tribunales y denunciaron los hechos.

Izquierda Unida Canaria apoya a AVECALTA y a los vecinos afectados por las torres del canódromo

Hace más de diez años que los vecinos de la zona luchan por defender el urbanismo de la zona.

Los vecinos afectados por las Torres del Canódromo han visto cómo año tras año, desde el 2002, año en el que se planificó la construcción de dichas Torres, la lucha por defender sus derechos ha estado sometida a unas presiones enormes. Ante esto, los vecinos observaron irregularidades así como la violación el Plan General y acudieron a los Tribunales y denunciaron los hechos.

A pesar de todo, el Ayuntamiento concedió la licencia de obra. Los vecinos avisaron a la constructora de la situación legal del terreno, cosa que no hizo el ayuntamiento. Y Realia empezó a construir. Durante años no se rindieron en su lucha, siendo atormentados diariamente por un sinfín de ruidos, temblores desde muy tempranas horas, incluso antes de lo permitido (8:00 AM). Ya en la campaña electoral de 2007, J. Saavedra prometió en un acto en el Paraninfo ante la AAVV que no recurriría ninguna sentencia que les fuera favorable.

En 2008 los vecinos vieron la luz cuando el TSJC declaró nulo el Plan general y por tanto las Torres. La sentencia incluso detectaba indicios de desviación de poder que el ayuntamiento debía investigar. Pero Jerónimo incumplió doblemente: no solo recurrió sino que se negó a investigar. A partir de ahí, Realia acelera la construcción de la obra, al tiempo que retira la promoción y la caseta de ventas. Busca a los compradores y devuelve el importe avanzado, pero multiplica por cuatro los obreros y el ritmo de trabajo.

En febrero, cuando se anula el plan, van por el tercer sótano; en julio ya se ha alcanzado la altura final. Para ello, el ayuntamiento de Saavedra le concede a Realia uno de los únicos carriles que quedaban libres en Obispo Romo, después que se desplomara el muro en noviembre de 2007, posiblemente porque su penoso estado no pudo soportar las embestidas de la cimentación. Incluso ante una nueva sentencia del TSJC, en la que declaraba que la licencia de obra del Ayuntamiento nula, Jerónimo volvió a recurrir y a prorrogar la licencia cuando había vencido (tanto las del PP cómo las del PSOE).

En enero de 2012, el Tribunal Supremo devuelve el caso por considerar que es competencia exclusiva del TSJC, y en abril de 2012, el TSJC emite una nueva sentencia totalmente contraria, admitiendo como válidos los mismos argumentos que en su día consideró ilegalidades. Una juez emite un voto particular en contra, manifestando una vez más la desviación de poder.