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jueves, 28 de marzo de 2024 23:32h.

La lucha por un mar limpio: una batalla anticapitalista

 

anticapitalistas canarias"...la reclamación de las costas limpias es un derecho para las clases populares que contradice la lógica consumista y que reclama para sí el uso y disfrute de los bienes públicos, comunales."

La lucha por un mar limpio: una batalla anticapitalista

La aparición este verano de manchas marrones en la costa de Tenerife, los llamados “blooms” de cianobacterias, han provocado el rechazo unánime de la población de la isla y producido un debate público insoslayable sobre los millones de litros de vertidos sin depurar que viene padeciendo el archipiélago durante los últimos años y su relación con la contaminación de las aguas costeras  con fenómenos como éste.

La ocultación de informes científicos, la manipulación de las noticias –con una deliberada intencionalidad en desligar cianobacterias y vertidos y así ocultar su responsabilidad-, así como la falta de transparencia de las administraciones de las islas han acalorado aún más a una población isleña que se ve indignada al ver al mar que nos rodea fuertemente contaminado y con la posibilidad de padecer un problema de salud pública.

Un rechazo e indignación que se va a hacer visible en la manifestación prevista para el próximo 9 de septiembre a las 11 de la mañana en la Plaza Weyler, por una Asamblea constituida en un corto tiempo –Asamblea en Defensa de Nuestro Territorio-, pero con una inmensa capacidad de movilización social y con un innegable activismo de sus miembros, hartos de esta situación a todas luces insostenible.

Las posibilidades que supone esta batalla contra los vertidos y por la depuración de agua son enormes: abre el debate, en primer lugar, de la responsabilidad de las empresas de aguas sobre su depuración que estamos pagando en la factura del suministro y cuya labor no realizan, poniéndose en cuestionamiento el ánimo de lucro de decenas de empresas cuya gestión, además, ha sido privatizada por los ayuntamientos y demás entidades de las islas, para beneficio de las grandes multinacionales del sector. Cuestiona, pues, la gestión privada de los aguatenientes nuevos y viejos de las islas.

Además, la reclamación de las costas limpias es un derecho para las clases populares que contradice la lógica consumista y que reclama para sí el uso y disfrute de los bienes públicos, comunales. Un uso de la playa frente a piscinas y parques acuáticos como negocio de los capitalistas, que ven cortocircuitado su espacio de ganancia con un tiempo libre de ocio con mayor dificultad de mercantilizar. La playa como uso de todos y todas y no sólo como privilegio del turista, los lugares de baño público con un agua limpia frente a los vertidos de las empresas que no cumplen con su misión de depurar.  

Por otro lado, cuestiona el modelo de crecimiento de las islas, con un insostenible turismo que deja las ganancias en tour-operadores, grandes cadenas hoteleras y un sinfín de empresas ligadas al sector, cuya actividad además se resiente en un medioambiente, demostrada no sólo por la presión a las capas freáticas o en la cantidad ingente de vertidos que se producen en las islas –la mayor parte, además, ilegales-, sino al auténtico acoso a las reservas naturales para la construcción de infraestructuras viarias y hoteleras, la disminución de la superficie cultivada con el consiguiente riesgo de incendios, lo que ocasiona mayor huella ecológica y mayor dependencia del exterior, lejos de cualquier política de soberanía alimentaria.

Un modelo de economía-casino, que no sólo es insostenible ecológicamente, sino que además empobrece a la mayoría de la población, imponiendo salarios de miseria en el tercer sector, la elusión de capitales a través del afianzamiento de un Régimen Económico y Fiscal que sirve a los intereses de los capitales nacionales e internacionales y que permite que este modelo de precariedad laboral se salde con una de las mayores tasas de paro, pobreza y carencia de vivienda para los trabajadores y trabajadoras del Estado, lo que abarata aún más los costes de una mano de obra malvendida para beneficio de las clases dominantes de las islas.

Llamamos, por tanto, a la movilización social y popular para decirle a las administraciones de las islas alto y claro: “No a los vertidos: por un mar limpio”. 

Canarias, a 8 de septiembre de 2017

Anticapitalistas Canarias

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