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viernes, 29 de marzo de 2024 08:07h.

las consecuencias están siendo trágicas

El patrimonio natural y cultural de La Aldea pisoteado por un turismo descontrolado - OESTE SOSTENIBLE, OESTE ALDEANO AZAENEGUE NATURALISTAS

 

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El patrimonio natural y cultural de La Aldea pisoteado por un turismo descontrolado - OESTE SOSTENIBLE, OESTE ALDEANO AZAENEGUE NATURALISTAS

Las entidades conservacionistas Oeste Sostenible, Oeste Aldeano y Azaenegue Naturalistas alertan de la presión insostenible que están soportando algunos de los espacios naturales y arqueológicos más emblemáticos y frágiles del municipio. 

Los casos más sangrantes, Guguy, Pino Gordo, Tasarte, Tasartico y la desembocadura del barranco de La Aldea. En los primeros, la llegada masiva de personas causa permanentes molestias a la fauna, daños a la flora y una lamentable acumulación de residuos. Además, se ha roto la paz de dos reductos mágicos. 

En el caso de la desembocadura, un amplio espacio integrado por ambientes tan valiosos como el humedal de La Marciega, el lomo de Caserones o La Playa, está siendo sometida a una afluencia desbordada de visitantes y vehículos que en poco tiempo amenazan con degradarlos irreversiblemente. 

Entienden que, para La Playa, las medidas provisionales que se han adoptado desde el ayuntamiento son las menos malas, pero avisan de la necesidad de encontrar soluciones que a largo plazo regulen y ordenen definitivamente el estacionamiento, alejándolo de las zonas más sensibles, y así limiten la llegada masiva que desborda estos lugares y los propios negocios del entorno. 

Los denunciantes son muy conscientes de que estos hechos son extrapolables a muchos otros rincones de la isla, por ello han hecho llegar a las administraciones competentes la queja acompañada de una serie de medidas que creen imprescindibles para minimizar este serio problema. 

Actualmente, Gran Canaria soporta cerca de un millón de habitantes y durante los últimos años ha recibido una media anual próxima a los 5 millones de turistas. A pesar de estas cifras, más que alarmantes en un territorio de apenas 1500 km2, son solo 21 los de Agentes de Medio Ambiente y 23 los del SEPRONA. Estos datos reflejan claramente la importancia que se le está dando a la vigilancia y protección del patrimonio natural. 

Por ello, alertan de la imperiosa necesidad de ampliar las plantillas, de no ser así, la masificación, la escasa conciencia y la absoluta desprotección de cada uno de estos sitios amenazan algunos de los tesoros más preciados de La Aldea y de la isla en general. Advierten que se debe actuar ágil y hábilmente porque las consecuencias están siendo trágicas y ponen en riesgo el motor más importante para el desarrollo equilibrado del municipio. 

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