Buscar
viernes, 29 de marzo de 2024 07:52h.

Periodismo frente a la crisis - UPCC pide un compromiso colectivo por el derecho a la información

 

FRASE UPCC

Periodismo frente a la crisis

 

UPCC pide un compromiso colectivo por el derecho a la información

 El sindicato denuncia que se prescinda de periodistas en un momento de gran trascendencia informativa

 Samuel Toledano y todas las personas afiliadas a UPCC que comparten estas líneas

 Las personas que conforman la Unión de Profesionales de la Comunicación de Canarias quieren solidarizarse con todas las víctimas de esta pandemia global y con todos los profesionales que trabajan cada día en un sistema sanitario que hoy redescubrimos como esencial para la sociedad pero que, lamentablemente, ha sido diezmado durante años en beneficio de intereses privados.

 Han sido numerosas las noticias en las que los trabajadores denunciaban la privatización de la sanidad, los precarios contratos, los recortes, la falta de camas o las interminables listas de espera. Pero su cobertura, a veces testimonial, competía en desventaja frente a los publirreportajes de responsables políticos y de la boyante sanidad privada, que ha crecido a costa de lo público y que ha diseminado una narrativa de eficacia que tanto gusta a los gestores de la economía neoliberal.

 Los medios han sido cómplices del desmantelamiento de uno de los servicios públicos que hoy aplaudimos. Han olvidado que de las redacciones sale el derecho fundamental a la información, imprescindible para que la ciudadanía conozca la realidad y, aún más importante, la entienda. Pero han optado por ser portavoces de propagandas y publicidades, más rentables que la información. Han optado por mercantilizar ese derecho y fabricarlo de forma industrial, pensando que más rapidez y más cantidad equivale a más ingresos y, por el camino, menos gastos... menos periodistas. Medios que se han degradado o que directamente han nacido para ser virales, contagiosos, peligrosos, carentes del mínimo respeto por el periodismo y cuyo único fin es propagar el odio y el miedo.

Y a esos medios les dedicamos nuestro más profundo desprecio. Y a esos medios y a sus propietarios les invitamos a abandonar el mundo del periodismo y de la información. Y también nuestro más profundo desprecio a los especuladores que nunca han pisado la calle, que se dedican a comprar, vender y cerrar medios, para luego presumir de ser líderes en información. Son farsantes de un periodismo que prescinde de periodistas cuando más los necesitamos; farsantes con cuentas millonarias que acuden a los ERTE, pensados para los empresarios que pasan apuros. Nada los diferencia de los que viven de la sanidad pública para engordar su negocio privado y, precisamente hoy, despiden a sus sanitarios. Son farsantes que, por no callarnos, también nos desprecian, a nosotros, que más allá de las siglas hemos intentando luchar por lo profesional y lo laboral, y crear, aunque suene utópico, una comunidad de periodistas.

 Pero también somos culpables. Los periodistas hemos sido vanidosos en nuestra profesión, paseando con la élite política y económica y creyéndonos especiales mientras nuestra cuenta corriente tiritaba a final de mes. Pero hay más: hemos sido egoístas, hemos jugado nuestras batallas individuales, en un sálvese quien pueda mientras despedían a compañeros y mirábamos a otro lado, mientras las empresas abusaban de becarios y colaboradores que, con cierto glamour, los llamamos freelance y que no son más que subcontratas a la baja. Sí, hemos dejado que los gerentes de los medios, ayer y hoy, nos trataran como gastos dentro de su balance de lo que es un buen medio de comunicación.

 Y hay más responsables: la mal llamada audiencia, que no es otra cosa que un intento absurdo por no hablar del pueblo, sujeto de ese derecho fundamental que está en la constitución y que sólo miramos para lo que hoy nos interesa. La ciudadanía se ha acostumbrado a querer la información gratis, sin darse cuenta de que hay demasiadas trampas detrás. El periodismo requiere una dedicación y un compromiso que no cotiza en bolsa. Pero en nuestra vida consumista, el mayor éxito es tener información gratis, rápida y digerible. Y a ser posible a nuestra medida ideológica, que toque las vísceras que nos hacen sentir parte de una manada, sin importar que sea la manada del odio. Pues bien, enhorabuena al consumidor reconvertido en hooligan de su medio: tendrás tu dosis de miseria y la podrás compartir en tus redes.

UPCC FESP

MANCHETA 21

 

 

 

Medios, periodistas y ciudadanos continúan su circo mientras la administración, la que vela por lo público, sigue ahí, encerrada en su viciosa costumbre de no molestar a los propietarios del negocio mientras permite, con complicidad manifiesta, que empresas y personas presuman públicamente de hacer periodismo mientras expanden un virus para el que sí hay vacuna: periodismo.