A los tribunales fue lo de la Fundación CajaCanarias, pero no el saqueo de las cajas canarias - por Chema Tante
Salta a los titulares la noticia de que el TSJC ha ratificado la decisión del gobierno de Paulino de quitarle el chollo de la Fundación CajaCanarias a Álvaro Arvelo. Pero ni en este alto tribunal ni en ningún otro se ha visto un asunto mucho más grave. Una gestión política en las dos cajas canarias que, en mi opinión, es, además de un saqueo sistemático, una traición a Canarias.
A los tribunales fue lo de la Fundación CajaCanarias, pero no el saqueo de las cajas canarias - por Chema Tante
Salta a los titulares la noticia de que el TSJC ha ratificado la decisión del gobierno de Paulino de quitarle el chollo de la Fundación CajaCanarias a Álvaro Arvelo. Pero ni en este alto tribunal ni en ningún otro se ha visto ni se evrá un asunto mucho más grave. Una gestión política en las dos cajas canarias que, en mi opinión, es, además de un saqueo sistemático, una traición a Canarias.
CajaCanarias y La Caja de Canarias, las dos marcas -reflejo del pleito cainista- de la Caja General de Ahorros de Tenerife y la Caja Insular de Gran Canaria, ejercieron durante muchos años una encomiable función de banca social. Una operación financiera cercana a la gente, con sendos equipos de profesionales que atendían estupendamente a su parroquia popular y a las pequeñas empresas clientes. Una trayectoria que muchos reclamábamos que cristalizara en la banca pública social canaria que nuestras islas necesitaban, necesitan y necesitarán. Pero la codicia de los partidos hegemónicos CcPsoePp y de sus empresarios cómplices, saqueó materialmente a ambas entidades, que han sido arrebatadas al pueblo canario, al que tanto bien hacían. La quiebra absoluta de las dos instituciones de crédito social ha sido de tal envergadura que fueron entregadas, a beneficio de inventario, a dos gigantes. Uno, con pies de barro, Bankia, vía Caja Madrid, se mamó la Caja canariona. El otro gigante, con garras -y algo más- de buitre, La Caixa, vía Banca Cívica se chascó la Caja tinerfeña. En definitiva, se nos regaló, a la gente de abajo y a las pequeñas empresas de Canarias, con las manos amarradas y los pies hipotecados, a dos bancos godos sumamente crueles, carentes de toda piedad. En un caso, para alimentar favores políticos que luego hubo que rescatar con perras públicas. En el otro, para engrosar un colosal negocio privado.
Y se entregaron las cajas canarias, ya lo he dicho, a beneficio de inventario, porque nadie ha sabido, porque no lo hubo, nada de que ni Caja Madrid ni La Caixa hayan pagado algún dinero por hacerse con unas redes extensas de oficinas, un equipo profesional de alta calidad y el negocio que supone el ahorro popular canario. No se pagó nada, porque todo el mundo sabía que los pasivos ocultos de las dos cajas era mejor que permanecieran ocultos. Porque, de saberse, la fogalera podría ser espectacular. Un chanchullo, madre mía que da terror sólo pensarlo.
Pero esto que, insisto, no ha llegado a verse en ningún tribunal, tiene responsables. Culpables cuyos nombres no voy a citar, por ser lista interminable y, sobre todo, porque no quiero encima ser el único empapelado por este asunto. Pero es que tampoco hace falta revelar esa identidad, porque ustedes conocen de sobra quienes son los y los personajes. Son todos esos y esas sinvegüenzas que concedieron créditos a mansalva a la gente afín, muchos de ellos llevados a fallidos directamente; que financiaron operaciones saltimbanquis, algunas hasta con nombres santos; que derramaban los millones sobre equipos de fútbol y las más extrañas iniciativas. Y sin olvidar las suculentas aportaciones a partidos politicos vía créditos condonados posteriormente.. Todo un alegre tenderete que no podía soportar ni siquiera el rentable negocio de gestionar el ahorro de las familias isleñas.
No. este saqueo y esta traición a Canarias y a nuestra gente no irá a los tribunales. Porque no habría cárceles para tante gente.