Buscar
viernes, 19 de abril de 2024 10:24h.

José Manuel Castellano: La figura profesional del docente pasará a convertirse en una profesión del pasado, en un oficio tradicional y en una pieza virtual de museo" entrevista de Mariela Barrera

frase csatellano barrera

José Manuel Castellano: La figura profesional del docente pasará a convertirse en una profesión del pasado, en un oficio tradicional y en una pieza virtual de museo" entrevista de Mariela Barrera

“La nueva sociedad que se nos presenta en un futuro cercano vendrá combinada por una preeminencia de la inteligencia artificial y una humanización mecanizada”.

**********************************************************

Por Mariela Barrera

 

Dr. José Manuel Castellano (PhD)

José Manuel Castellano es Doctor en Historia por la Universidad de La Laguna (España), Profesor Titular de la Universidad Nacional de Ecuador; profesor de posgrado en la Universidad Tecnológica Indoamérica; docente de la Universidad Católica de Cuenca; miembro de la Academia Nacional de Historia de Ecuador; Editor de la Revista de Historia, Patrimonio, Arqueología y Antropología de América (REHPA); Editor-Jefe de la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina; y Director de la Cátedra “Guadalupe Larriva González” de la Universidad Católica de Cuenca (Ecuador).

El Dr. Castellano lidera un proyecto de investigación sobre “Educación universitaria ecuatoriana en tiempos de covid-19: Una mirada desde los estudiantes universitarios” y con la idea de acercarnos a conocer más de cerca el estado actual de ese trabajo y profundizar en ese aspecto clave en estos momentos ofrecemos a nuestros lectores la siguiente entrevista.

Una de las frases más repetidas en la actualidad es que nada será como antes ¿Cuál es su opinión al respecto?

La Historia de la humanidad demuestra que en cada momento nada fue como antes, aunque también evidencia con total claridad que todo cambia para seguir igual, es decir, independientemente de los cambios producidos en las “formas” se mantiene un sustrato social, que está integrado por dominadores y dominados, en todos sus aspectos tanto en el escenario mundial como en los espacios locales.

¿Usted cree que en los momentos actuales la tecnología podría desempeñar un elemento de cambio y de transformación?

Bueno, la tecnología siempre ha construido la historia de nuestra civilización, desde el uso del fuego y de los utensilios culturales en los primeros momentos, como la piedra, las puntas de lanzas, la cerámica, la invención de la rueda, la práctica agraria y un largo etc. hasta llegar a la actual revolución tecnológica de la información y comunicación. La tecnología es, sin duda, un instrumento de control y poder, de uno sobre los otros, de unos pocos sobre la inmensa mayoría. Por tanto, todo avance tecnológico nunca ha sido neutral y el campo educativo tampoco escapa a esa realidad.

¿Usted cree que la tecnología ha supuesto un avance en la Educación en estos tiempos de Covid-19?

Real y rotundamente no. Esa migración de emergencia de una modalidad educativa presencial a otra “supuestamente” online tiene un corte más de ficción que de real. Además, encierra un mensaje engañoso. Se pretende trasladar a la sociedad en estos momentos una aparente “normalidad” académica, que está sustentada en una improvisación absoluta y que tiene múltiples afecciones negativas de todo tipo. Esta realidad, desde mi punto de vista, supone en sí el adelanto de un proceso de intervención y control educativo más estricto, que se veía venir y que las circunstancias derivadas por esta crisis sanitaria mundial han acelerado su proceso. Una dinámica impulsada por el dominio y control social de las grandes empresas multinacionales del sector. En definitiva, no es otra cosa que otro fuerte golpe globalizador al proceso educativo y, por tanto, una consolidación de las relaciones de dependencia, desigualdad y en la construcción de individuos a imagen y semejanza a los valores que propugna este sistema.

¿Usted cree que esa modalidad online terminará por imponerse?

Sin duda alguna, como también creo que el papel del docente sufrirá una drástica reconversión laboral, abocada a su extinción. La figura profesional del docente, tal y como la concebimos en estos momentos, pasará a convertirse en una profesión del pasado en la próxima década, en un oficio tradicional y en una pieza virtual de museo. La nueva sociedad que se nos presenta en un futuro cercano vendrá combinada por una preeminencia de la inteligencia artificial y una humanización mecanizada. No es el fin de la historia pero si la entrada en una nueva fase deshumanizada.

¿Esta crisis ha puesto de manifiesto que no se estaba preparado para afrontar un traslado a una educación online?

La verdad es que uno se sorprende cuando oye esos comentarios, porque responde más a una justificación que a un análisis. En primer lugar, porque parece como si el sistema educativo presencial dispusiera de unas óptimas condiciones, cuando en la realidad cuenta con graves deficiencias y desequilibrios. Creo que esos comentarios intentan desviar la atención real del problema educativo al destacar las grandes carencias tecnológicas, como si no fuera un elemento estructural de una sociedad en desigualdad. Evidentemente esa es una lectura muy superficial que descontextualiza la educación del hecho social real. Esa visión también recurre a señalar esas carencias de dispositivos y conectividad como responsables de una modalidad que atenta al Derecho Universal de la educación como si no estaba presente en la fase prepandémica. Creo que habría que preguntarse si la modalidad presencial ha sido valedora en garantizar ese derecho y con calidad. Desde mi perspectiva tampoco ha cumplido con ello, por el simple hecho que la educación no es más que un reflejo del mundo social y de sus profundas desigualdades. La verdad es que uno no llega a comprender esas voces que apuntan a que la pandemia ha puesto de relieve los déficits y carencias de dispositivos tecnológicos en la Educación, porque esas insuficiencias estaban presentes. Evidentemente no se puede descubrir la pólvora en pleno siglo XXI, a no ser que esos mensajes escondan intereses y fines alejados de transformar la educación y la sociedad. En definitiva, como señalaba anteriormente, pueden cambiar las formas aparentemente pero se mantiene el mismo sistema educativo desigual y clasista.

Usted está liderando un proyecto de investigación sobre el impacto del Covid-19 en el contexto educativo universitario ecuatoriano

En efecto, llevamos trabajando prácticamente desde el comienzo de esta crisis en ese asunto. En un primer momento en las tareas propias de elaboración de un amplio cuestionario que tiene como principal objeto detectar e indagar la percepción de los estudiantes universitarios ante esta nueva situación. Una investigación que se está realizando de forma paralela en tres centros universitarios ecuatorianos (Universidad Católica de Cuenca, Universidad de Cuenca y en la Universidad Nacional de Educación) y también en la Universidad de Almería (España).

¿Cuentan ya con resultados?

Esos cuatro proyectos se encuentran en distintas etapas. Uno de ellos ya ha concluido, el de la Universidad Católica de Cuenca. Mientras que los de la Universidad de Cuenca y la Universidad de Almería están en fase de culminación y el de la Universidad Nacional de Educación se acaba de concluir la recogida de datos e información. Con los datos disponibles podemos anunciar que existe una tendencia muy similar en estas tres universidades ecuatorianas, independientemente de su carácter jurídico, es decir, privado o público, y de su implantación en el territorio.

¿Nos puede adelantar algunas conclusiones de esas investigaciones?

Resulta obvio, que no podemos detallar en esta conversación todos los resultados obtenidos. De modo, que solo vamos a señalar algunos aspectos genéricos y de forma también muy superficial. En primer lugar, desde una visión general debemos resaltar dos aspectos: que la crisis pandémica ha motivado una elevada producción científica, caracterizada por una emergencia investigadora, con un abordaje extremadamente superficial y, como derivación de ello, cuestionamos el rigor de las propias revistas científicas que publican artículos sin los filtros adecuados; y, en segundo lugar, consideramos, que esa migración de una modalidad presencial a otra “supuestamente” online, producto de la emergencia sanitaria, debe ser conceptualizado como un sistema híbrido, una enseñanza remota de emergencia.

En otro orden de cosas, esta investigación confirma la existencia de una brecha de acceso, uso y competencia con respecto a los dispositivos tecnológicos, constatado en las dificultades socioeconómicas que derivan en una carencia tanto de conexión de internet, déficit de apropiación material de dispositivos tecnológicos y debilidades formativas en el uso de plataformas y conocimientos en pedagogía digital.

¿Y con respecto a la percepción de los estudiantes universitarios sobre este cambio de modalidad?

Se ha constatado que los estudiantes han mostrado una predisposición positiva ante este trasvase hacia esta “supuesta” enseñanza online y su valoración durante este período académico es calificada de buena, aunque consideran que esta Educación y su sistema de evaluación es más exigente que el sistema presencial y señalan, además, un cambio radical en las formas de enseñanza, para el que no se encontraban preparados tanto en el uso de plataformas como en conocimientos de pedagogía digital. En ese aspecto, muestran un interés formativo en participar en cursos de capacitación, aunque la mayoría de los estudiantes manifiestan su preferencia por la enseñanza presencial. Asimismo señalan una serie de deficiencias en las sesiones virtuales, como la existencia de más elementos de distracción frente a las clases presenciales y a los continuos problemas técnicos en las conexiones. Por otro lado, los datos obtenidos muestran que en el ámbito de las relaciones alumno/alumno y alumno/docente no se han producido alteraciones relevantes a pesar del cambio, aunque extrañan y añoran el contacto físico con sus compañeros, la dificultad en potenciar lazos de amistad, el poder compartir inquietudes académicas y la restricción física en la relación con el docente.

Desde otra perspectiva, la inmensa mayoría de los estudiantes universitarios manifiestan que se han mantenido informado puntualmente sobre la crisis vírica, especialmente a través de las redes sociales, siendo Facebook el medio por excelencia y su estado emocional predominante durante esta crisis es calificado de regular. Otro aspecto de estudio sobre su visión de la situación actual  arroja que la gran mayoría se siente preocupado por la crisis, en sus distintas vertientes (crisis económica, crisis de subsistencia familiar, crisis sanitaria y desempleo familiar). En cuanto a su proyección sobre la situación universitaria pos-pandemia presenta una gran dispersión temática, aunque también relacionado con aspectos de crisis futuras.

¿Para cuándo la publicación de esa primera investigación concluida sobre la Universidad Católica de Cuenca que usted ha señalado?

Ese primer trabajo saldrá a la luz pública la primera semana de julio en la Revista de Historia, Patrimonio, Arqueología y Antropología de América (REHPA) y en los siguientes meses de forma paulatina el resto de las investigaciones.

 

mariela barrera

http://jmcaste.blogspot.com/2020/06/entrevista-al-dr-jose-manuel-castellano.html?m=1

josé manuel castellano reseña

 

mancheta 22