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jueves, 18 de abril de 2024 07:56h.

Montse Balagueró en PERIPLO: “Un hijo no es excusa para dejar de viajar”

La familia Ávalos Balagueró presenta en el Festival Periplo de Literatura de Viajes y Aventuras la experiencia de sus aventuras y su blog Un mundo para tres

PERIPLO

Montse Balagueró: “Un hijo no es excusa para dejar de viajar”

 

La familia Ávalos Balagueró presenta en el Festival Periplo de Literatura de Viajes y Aventuras la experiencia de sus aventuras y su blog Un mundo para tres

Un mundo para tres, según lo definen sus autores, es “un blog familiar donde encontraréis nuestras aventuras viajeras”, las de Octavio Ávalos, Montse Balagueró y Álvaro Ávalos Balagueró, una familia residente en Tenerife, que, desde hace dos años y medio, alimenta un blog de viajes. Su experiencia se ha convertido en una referencia para gente que tiene la corazonada de que se puede viajar una vez que la familia se amplía con la llegada de los hijos.

“Empezamos con lo del blog un poco para tener informados a familia y amigos sobre nuestros viajes, porque empezamos a viajar siendo Álvaro un bebé” y quienes se quedaban en tierra permanecían inquietos con la suerte del viaje en esas circunstancias. “Nos planteamos: igual que hacemos un diario de viajes cada día, escribimos el blog para la gente que necesite saber lo que hacemos, era para familia y amigos y luego cogió el tamaño que tiene por la reacción de la gente”, explica Montse Balagueró.

“Un hijo no es una excusa para dejar de viajar. Se puede y se debe viajar con niños. Además, nuestro hijo es celiaco desde los veinte meses y eso no ha sido un obstáculo”, señala la madre de la familia y se reafirma: “Así que se puede y se debe viajar. Se debe ,porque a ellos les aporta muchísimo el estar en contacto con niños de otros países, el ver que la gente vive de otra manera”.

La familia Ávalos Balagueró estará presente este domingo, a las 12.00 horas en el Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras de Puerto de la Cruz, Periplo, donde expondrán su experiencia en la charla “Viajar con niños”, dentro de la sección Viajeros/as en red.

La participación de los niños en el viaje, a los adultos “nos aporta otra forma de ver porque su inocencia  aporta otra visión”, dice Balagueró, quien señala como uno “compromiso” o atadura al viajar con menores “los horarios: limita los horarios, cuanto más pequeños, más limitado, porque comen a una determinada hora y si no quieres que te fastidien la jornada, mejor que lo dejes dormir cuando lo necesitan”.

“Un niño no nace necesariamente viajero, tienes que acostumbrarlo a que duerma con ruido, a que sea extrovertido... Hay que educarlo para eso, yo me lo currado”. La pareja ya viajaba antes del nacimiento de Álvaro, “pero empezamos a hacerlo justo después de nacer él. Se juntaron el hambre con las ganas de comer. A los dos nos encantaba viajar y cuando decidimos ser padres dijimos que los viajes no están reñidos con tener un bebé”, al fin y al cabo, es exactamente lo que hacen los turistas que visitan Canarias, reflexionaron.

Los viajes son siempre con mochila y en su mayoría en transporte público. El año pasado estuvieron  durante cuatro meses por Asia, en Corea del Sur, China, Tailandia, Laos, Camboya, Malasia, Hong ong y Singapur y esta misma semana regresaron de un viaje de 90 días por Europa en furgoneta.

Estas largas estancias en el exterior supone pedir excedencias en el trabajo y permisos en el colegio, así lo hicieron. “El año pasado, fueron veinte los días de demora en el ingreso al colegio, pero lo aceptaron porque dijeron que era por una buena causa. Álvaro recorrió varios Patrimonios de la Humanidad y participó en clases de Naturales en inglés, en Malasia.

Otro de los tabúes que rompe esta familia es el del coste del viaje: “viajar en familia no es tan caro como la gente se cree; no es verdad que se pueda viajar solo con dinero o que requiera invertir una fortuna, ni mucho menos”, asegura Montse Balagueró. Y el otro tabú: el cuidado del cuerpo, sobre todo en el caso de Álvaro, tampoco es problema; durante el año hacen ejercicio, no por entrenarse, sino porque les gusta caminar y montar en bicicleta. La familia viaja con cuatro mochilas con ruedas, una por cada miembro y otra aparte, “la despensa”, en la que llevan comida no perecedera puede comer a pesar de su alergia alimentaria… “por eso también hay que educar a comer al niño, le tienen que gustar los alimentos que hay en cada zona”.

Finalmente, la familia no deja de serlo cuando viaja y gestionar de manera correcta y satisfactoria para todos la forma de tomar las decisiones y los conflictos es imprescindible “Nosotros buscamos un consenso entre los tres; se respetan las inclinaciones de cada uno, la base para que un viaje funcione hay que escuchar a todos. El ‘porque lo digo yo’ no es una política a seguir”,  porque “el hijo es una persona y como tal tiene derecho a opinar y no vale que los padres impongan su criterio”.