No es que yo pienso que Enrique Bethencourt lo hiciera exprofeso, pero a mí me parece significativa la coincidencia temporal de este recuerdo de Negrín que hace en su artículo en CANARIAS 7 con la decisión contundente de la militancia psoeísta de recuperar su dignidad puesta en entredicho por un grupito de dirigentes obtusos. Y tampoco es que yo pretenda comparar a Pedro Sánchez con una figura histórica de la talla de Negrín. Lo que hago es comparar las zafiedades que tan lamentablemente a menudo se dan en este partido, arrojando a la gente válida y prefiriendo a la mediocre. Lo que dice Bethencourt en su artículo sobre Negrín no es nuevo, pero lo parece, dado el ovido que impenitentemente se propina a una de las personalidades más excelsas que ha dado la historia europea del siglo XX. Negrín no solamente fue un intrépido defensor de la democracia legalmente constituida y de los derechos populares, no solamente fue un heroico resistente al fascismo de su tiempo. Además, fue un científico de alto nivel, que le constituyera, como dice Bethencourt en fuerte aspirante a premios como el Nobel, si los deberes de la política y de la lucha no se hubieran entremetido.