Yo, Chema Tante, proclamaré mi profunda, sólida inmarcesible sospecha de que esos 63 mil millones de euros de beneficio que declara la banca -privada, claro, porque pública no hay- del estado español, son una monumental trola. Una cifra que se queda muy corta, por la sencilla razón de que hay sobrados motivos para conjeturar que ese nido de piratas que es la banca tiene multitud de negocios sucios, inconfesables, que se guardará muy bien de aceptar. Y no se puede entender que esta banca, que se mama los millones como quien lava (bien traído término, por cierto), que hace lo que le da la gana, ante la alegre connivencia judicial y gubernativa, que no paga impuestos, sino que reclama devoluciones, siga existiendo en un estado que se llama de derecho. Qué vergüenza. El artículo revelador que firma Eduardo Bayona en PÚBLICO, lo recomienda el veterano coherente militante socialista Antonio Aguado.