Este artículo de Andreas Becker que remarca en la página de DEUTSCHE WELLE Francisco Morote, de Attac Canarias, es verdaderamente terrorífico y yo, Chema Tante, creo que confirma los más apocalípticos temores. Becker, que se apoya en algunas afirmaciones de Yuval Noah Hariri, profesor de historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén y autor del bestseller "Una breve historia de la Humanidad” y de Arley Russell Hochschild, socióloga de la Universidad de California en Berkeley, advierte del futuro laboral que se espera para el mundo. Después de los perjuicios de las deslocalización de empresas, ahora el avance tecnológico arrollará cientos, miles, de millones de puestos de trabajo. Solamente quien se forme para poder operar en este nuevo escenario, tendrá oportunidad de trabajar. Y ¿quién no pueda formarse? Pues que se muera. Así de sencillo. Es decir, que nadie habla de que ese avance tecnológico, que se supone debería liberar a las mujeres y a los hombres de trabajar, en realidad es un resorte genocida. Terrible.