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martes, 23 de abril de 2024 08:02h.

El turismo en la Soberanía Alimentaria - por Ernest Cañada



El artículo de Ernest Cañada, coordinador de ALBA SUD es bastante largo. Pero es que la trascendencia del tema lo exige. De la misma manera que exige que el texto sea leído, con detenimiento y con unción. ¿Habrá un alma heroica que le lea -y le traduzca a conceptos inteligibles para su intelecto- a Paulino lo que dice Cañada, que es aplicable, punto por coma, a la realidad canaria? Y que no deje de leerle y traducirle también mi comentario, el de la página interior.

Con las grandes distancias que median entre un científico investigador y un humilde analista, lo que dice, lo mucho que dice en un tan relativamente corto escrito, Cañada, es lo que vengo defendiendo yo en La casa de mi tía. Dos puntos de tremenda significación para Canarias, que se encuentran en el plano de mayor beneficio.

Los conceptos de agricultura extensiva -producción de grandes volúmenes para mercados lejanos- y de turismo masivo -grandes contingentes a precios bajos, a costa de los recursos naturales- son diametralmente opuestos a los intereses de Canarias, porque son, de la manera más completa, inadecuados para sus características de territorio fragmentado, frágil, aislado y alejado.

Por eso, las líneas estratégicas aplicadas por el gobierno initerrumpido de CC en veintitantos años, del que el de Paulino es el máximo y más nocivo exponente, han sido perjudiciales en extremo para las islas, para su economía y para su gente. Y no dejaré de decir que el único intento de oponerse a tanta ignominia, que protagonizó Román Rodríguez y su equipo, con las Leyes de Directrices, fue neutralizado manu militari por quienes a la sazón gobernaban de verdad, es decir Adán Martín y José Carlos Mauricio.

Aunque parezca mentira, estas islas son como sus pinos: incombustibles y con una tremenda capacidad de regeneración. Por eso, todavía estamos a tiempo de rescatarlas de tanta calamidad. Basta con meterle cariño a nuestro campesinado, a la gente labradora y ganadera. Multiplicar así la producción agroalimentaria y dedicarla a la "exportación interna", es decir, al consumo de los y las turistas. Paralelamente, reducir drásticamente la oferta de plazas hoteleras, seleccionando solamente la tercera parte de más alta calidad y organizando toda la actual estructura de servicios y más, a la atención del turismo selectivo. Obviamente, un turismo selectivo a precios altos, promocionado de la manera decuada en los mercados de origen.

Ni se imaginan la cantidad de empleo que esta estrategia generará y los beneficios que producirá.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=149554

http://vamosacambiarelmundo.org/2012/05/el-turismo-en-la-soberania-alimentaria/