No se enmienda el incumplimiento de la Constitución con pactos, ni "generosidades" sino con políticas activas y presupuestos - por Chema Tante

No acierto a determinar que es más grande, si las tragaderas de este pueblo desatento a la realidad, o el cinismo con que quienes gobierna esconden sus estrepitosos fracasos, por no decir, evidentes incumplimientos de sus deberes.

Voy a iniciar mi argumento, apelando a una contundente afirmación de mi admirado Manolo Marrero:

"Un largo proceso burocrático". No hay mejor manera de definir el vericueto que el Gobierno de Canarias ha trazado, para intentar -nadie cree que vaya a conseguir- solucionar este flagrante quebranto de sus obligaciones políticas, que tiene a mucha gente en Canarias sumida en la dramática precariedad en la vivienda, o en la misma carencia de vivienda. Miles de personas malviven en las calles isleñas y no hay datos de cuántas son las que sufren graves problemas para mantener un techo sobre sus cabezas. Pero se puede imaginar, habida cuenta de los precios y alquileres y de los altos registros de pobreza. No son datos estadísticos, es la muestra del drama social canario.

Aunque usted no lo crea, esto  no es un chiste de El Roto, o un ejercicio de distopía. No. Esto es, simplemente un artículo de la Constitución en vigor, en este reino de Felipe el último. Una Constitución que quienes se encuentran en las alturas gubernamentales, allá en el continente y acá en estas islas africanas, han jurado respetar y cumplir.

Véase que el artículo constitucional, redactado con claridad en elegante español, no dice nada de que "Los poderes públicos" tengan que "pactar" con nadie para hacer efectivo este derecho. No prescribe generosidades ni renuncias. Y, en cambio, sí que menciona sin ningún género de dudas que hay que "impedir la especulación" y que "la comunidad -es decir, ustedes, yo y quienes carecen de hogar- participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos"

Bien. El Gobierno de Canarias ha salido ahora -con la actitud faramallera acostumbrada en esta institución, sean cuales sean los partidos de turno- a cacarear sobre un llamado "Pacto por el Derecho al Acceso a una Vivienda Digna en Canarias". Y en el flamante, arrogante y triunfalista, acto de presentación de este Pacto, que certifica el incumplimiento y desacato a la Constitución, el presidente, el socialista Ángel Víctor Torres, se atreve a decir -el hombre no se puso ni colorado, cuentan quienes presenciaron tan bochornoso acontecimiento- que "este acuerdo fruto de renuncias y actos de generosidad por parte de los firmantes, se traducirá en los próximos meses en la aprobación de un plan de vivienda para el Archipiélago" 

No. Esto no asombra, porque no es más que otro rasgo de la desfachatez que acompaña en todo momento  a la acción de gobierno.

Pero claro, estas cosas sí que inspiran mucha calentura, porque resulta que en Canarias está gobernando un pacto florido cuatripartito, formado por organizaciones políticas que alardean de sensibilidad social y de inclinación progresista. En la práctica, se observa que tales organizaciones, otra vez, se limitan a la pantalla y a la forma. A la hora de la verdad, este gobierno florido no luce tan diferente de sus anteriores, de la corrupción canalla. 

El sinhogarismo y la precariedad habitacional en Canarias, no es ninguna bobería. Tiene una entidad trágica. Y además de ser un mandato constitucional, el de la vivienda es, como dice Manolo Marrero, un derecho humano.

El cumplimiento de la Constitución -al menos por parte de quienes les restriegan por los besos su "constitucionalismo" al resto de mortales- y el respeto a los derechos humanos, no es cuestión de pactos ni de "renuncias y actos de generosidad" por parte de nadie. Es cuestión de acciones inmediatas y de adjudicar con urgencia los presupuestos que hagan falta, sacando el dinero de donde sea que esté. Que al Gobierno de Canarias se le observan continuamente alegrías financieras innecesarias.

En Canarias se necesitan con urgencia albergues que rescaten de las calles a las personas sin hogar. Y, con el mismo apremio, medidas que impidan la especulación en alquileres y precios de vivienda, así como poner en el mercado la inmensa cantidad de viviendas vacías. Esto, insisto, no es cuestión de pactos ni de renuncias ni generosidades, es cuestión de que el Gobierno de Canarias cumpla, no ya con las ideologías progresistas de sus componentes, sino, simplemente, con su deber.

Termino con una cita que resume con frialdad periodística lo que está pasando:

"...el Ejecutivo tiene recursos para levantar alrededor de 2.200 casas en los próximos cuatro años. En Canarias el número de demandantes de vivienda asciende en la actualidad, según los registros administrativos, a 17.000 personas"

Cuatro años. ¿De que te las echas, Ángel Víctor Torres?

https://www.eldia.es/economia/2020/03/12/treintena-colectivos-administraciones-alian/1060040.html

* Lo escribe y lo sostiene Chema Tante