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miércoles, 24 de abril de 2024 23:33h.

FIFEDE, empleo en el Cabildo de Tenerife. Gotas de agua en los estanques – por Chema Tante

Hay que ver cuánta belleza puede encontrarse en una simple gota de agua.  Es una maravilla de la naturaleza. Se presenta a la vista como un perla finísima, sin turbiedad, transparente. Una preciosidad. Pero, cuando esa gota de agua retorna al estanque, pierde toda su belleza y se convierte en una partícula diminuta del todo, pasa de perla, a agua, simplemente.

FIFEDE, empleo en el Cabildo de Tenerife. Gotas de agua en los estanques – por Chema Tante

Hay que ver cuánta belleza puede encontrarse en una simple gota de agua.  Es una maravilla de la naturaleza. Se presenta a la vista como un perla finísima, sin turbiedad, transparente. Una preciosidad. Pero, cuando esa gota de agua retorna al estanque, pierde toda su belleza y se convierte en una partícula diminuta del todo, pasa de perla, a agua, simplemente.

En estas boberías iba pensando yo cuando, a finales de diciembre pasado, bajaba de la chicharrera Cruz del Señor, después de haber visitado a la gente magnífica de FIFEDE,  la Fundación para la formación, el empleo y el desarrollo empresarial (dicen) del Cabildo de Tenerife. Y pensaba también en el risco de tuneras en que me había metido, por aceptar el reto de Carlos Alonso.

La cosa viene de uno de los cordiales cruces tuiteros de naifes que a veces sostengo con el presidente del Cabildo tinerfeño. Y hay que decir, al paso, que le honra a Carlos Alonso que distraiga parte de su tiempo libre para debatir con un ciudadano. Un ciudadano, además, como yo, dispuesto a hacerle una mala maña en cuanto me deje. Él sabe que no dejaré de hacerle un cango, si puedo; pero a pesar de ello, aguanta la pega a pie firme. Bravo por eso.

Y un día, no sé si bueno o no, enriscados el presidente y el ciudadano ruinillo en el tema del escandaloso nivel de paro que sufrimos en Canarias, el hombre se sacó de la cachorra la pardela de FIFEDE y sus planes de empleo. “¿Te atreves a hacer un reportaje?” Me largó. Y me colocó, sin posibilidad de escafiriarme, al filo del mentado risco de tuneras.

De manera que allí que me fui, a la sede de FIFEDE, dispuesto a vacilarme de una gente a la que yo creía sin mayor altura. Pero, de eso, nada. La gente de la que es mandadora la gentil Gabriela de Armas, representa todo lo contrario. Un grupo de profesionales motivado, preparado, enamorado de lo que hacen. Y pueden hacerlo. Porque ellas y ellos son una de esas perlas maravillosas de las que antes hablaba. A la brega de este equipo de FIFEDE no se le puede poner reparo alguno. Ahí están, avanzando con sus programas de apoyo a la emprendeduría, sus planes de empleo o el nuevo flamante proyecto, el llamado Barrios por el empleo.

Me parece que vale la pena detenerse en este Barrios por el empleo, porque creo que tiene mucha creatividad y, sobre todo, gran potencial. Se trata nada menos que de colaborar con entidades sociales privadas con experiencia en el ámbito del apoyo en la búsqueda de empleo: Cáritas, Cruz Roja, Don Bosco, en los territorios en que respectivamente estas entidades despliegan su actividad. Puede ser, puede ser, quizá, una buena idea, si le dejan crecer. Aunque, de momento, es eso. Una buena idea. Más nada.

Como digo, el equipo de FIFEDE es una de las perlas preciosas con las que cavilaba yo en mi paseo. La otra son las perras que destina el Cabildo a esta que considera prioridad del empleo. Nada menos -pero nada más- que cinco millones. Una prioridad que parece chinija.

Efectivamente, creo que a Carlos Alonso le acompañar la razón cuando se emociona con estas actividades magníficas que desarrolla FIFEDE. Y con los recursos que destina a enfrentarse desde el Cabildo con el paro. Sin embargo, la emoción solamente se justifica en parte, respecto a la calidad; y en muy poco, respecto a la cantidad.

No dejo de pensar que el fallo que aqueja a Carlos Alonso, que ha heredado de la fracción tecnocrática de Coalición Canaria iniciada por el desaparecido Adán Martín y que han mantenido personajes como Miguel Becerra o Fernando Clavijo, es la obsesión por la excelencia teórica. Es un fallo siempre presente en quienes fueron alumnos aplicados, con brillantes expedientes académicos, pero muy poca o nula experiencia empresarial privada. Es un defecto certificado además por la historia reciente de una Canarias acostumbrada a la comodidad de la subvención negligentemente controlada, que ha permitido a Gobiernos y empresas desentenderse de los resultados. Por eso la administración pública canaria esta llena de rutilantes cabezas que jamás harían carrera en una empresa normal, en la que los resultados son la esencia de la gestión. Son personas arregostadas a calibrar los proyectos por su calidad intrínseca, como si fueran ejercicios académicos, sin tener en cuenta nunca qué se obtiene con esos proyectos. Asi les va y así nos va, por su culpa.

De ahí, que cuando las hermosas gotas que son FIFEDE o los presupuestos insulares para el empleo, vuelven a sus estanques, que son el tremendo paro que abruma a Tenerife, como al resto de las islas; o el ingente presupuesto del Cabildo. Entonces, esas lindas perlas pierden todo su atractivo. Como la Cenicienta, terminado el hechizo, vuelven a ser, lastimosamente, lo que eran. Agua.

Porque no creo que a alguien le consuele pensar en esos cientos de empleos que se consiguen por la acción de FIFEDE -doscientos, trescientos- o en la colaboración del Cabildo con el Servicio Canario de Empleo -que se estiman, en principio, en menos de setecientos-cuando se recuerda que el paro en Tenerife alcanza los 130.000 personas desempleadas. El paro, que  sigue siendo, diga lo que diga Alejandro Martín, el mismo angustiante drama en Canarias y en Tenerife, no se alivia con unos pocos cientos de personas rescatadas.

Lo mismo que pasa con el millón y pico de euros que el Cabildo destina a FIFEDE, más los cuatro millones que entierra en los inanes proyectos del SCE, amén de otras cosas, que llevan las perras del Cabildo para el empleo a ocho millones. Ocho millones que pierden toda entidad, cuando se comparan con los setecientos sesenta millones que presupuesta en total un Cabildo que proclama que “el empleo es su prioridad”. Una prioridad que no merece más que el 10% de su presupuesto. Muy peculiar sentido de la prioridad. Prioridad chinija, diré otra vez.

Hasta aquí, mi impresión sobre la realidad. Y ahora, mis reflexiones sobre sus causas.

Estoy convencido de que el fracaso absoluto de las instituciones canarias en la lucha por el empleo, que han llevado a Tenerife y a todas las islas canarias a soportar uno de los peores índices de paro de Europa, se debe al equivocado concepto de que el meollo de la solución está en la formación.

Pues no. La formación es, para el empleo, como el cilantro para el mojo verde. Necesario, imprescindible, consustancial si se quiere, pero en absoluto suficiente. Para mayor tristeza, el clilantro de la formación no es precisamente lo que más falta en la sociedad canaria de hoy. Ahí están las cataratas de, primero ecus y después euros, que ha derramado la Unión Europea sobre Canarias, con destino a la formación para el empleo; ahí están los ingentes presupuestos invertidos en Canarias para la formación reglada. Esta sociedad nuestra ha merecido con justicia la consideración de poseer la generación mejor formada de la historia. Claro que estas legiones de canarias y canarias con una preparación sobresaliente están en buena parte ocupadas por debajo de su calificación; economistas en las cajas de los bancos, licenciadas en historia como subalternas en los supermercados, biólogos repartiendo pizzas. Y otra fracción significativa, arrojada al drama sangrante de la emigración.

Por eso, creo que las instituciones canarias actúan como quien se apresta a preparar un mojo, para el que dispone de varias y suficientes clases de cilantro, y sin embargo se empeña en buscar más y más cilantro, en lugar de disponer el aceite, el vinagre, el ajo y la sal, ingredientes igualmente necesarios. Para el mojo del empleo, hay de sobra en Canarias el cilantro de la formación -quizá haga falta únicamente un majado para adaptarlo a la realidad- pero falta en gran medida el aceite de la inversión pública y el vinagre y el ajo de la animación empresarial.

Y aquí, vuelvo a FIFEDE, para ilustrar mi tesis. La tan mentada fundación se denomina, usando las partes y el todo a la vez, “de formación, empleo y desarrollo empresarial”. Pero solamente se ocupa de una de las partes, la que precisamente más abunda, y se olvida del todo, el empleo. En tanto que la otra parte, el desarrollo empresarial, solamente aparece en el nombre de la fundación. Ni está, ni parece que pueda esperarse por él.

Porque el Cabildo de Tenerife y el resto de las instituciones canarias, incurren con el empleo, en el mismo fallo garrafal que en otros campos. Por ejemplo, el turismo. Los diseños estratégicos de marketing contemplan dos formas de actuar. Una, más fácil, pero equivocada, se basa en “empujar el producto” de arriba hacia abajo en el canal de distribución. Con eso, a lo más que se puede aspirar es a vender, generalmente renunciando en precio, lo que se haya producido, sin esperanza de crecimiento rentable. La otra manera de actuar es conseguir que el mercado “hale del producto”. Así se puede crecer, sin quebranto del precio.

En Canarias se hace con el empleo lo mismo que con el turismo. Tirar por el camino que parece más obvio. Como si nada hubiera cambiado. Olvidando que en el empleo, como en todo, la cuestión no está en la oferta, sino en la demanda. Canarias tiene sobreoferta de personas en busca de empleo, y muy poca demanda. Por eso, el secreto no está en formar y formar a personas que, si consiguen empleo, lo será porque ya alguna empresa estaba construyendo ese puesto de trabajo. Como tampoco está la solución en ofrecer a empresas subvenciones y exoneraciones que van directamente a la cuenta de beneficios, sin relación alguna con el empleo. Porque esas empresas, igualmente iban a contratar a alguien. Porque la formación, las exenciones y ayudas, simplemente consiguen colocar a unas personas en mejor posición que otras, a la hora de conseguir un trabajo que no se ha creado, ni por la formación, ni por las ayudas. Las empresas emplean, no porque haya gente formada, no porque el estado les pague la seguridad social, sino porque tienen algo en qué ocupar a las personas que contratan.

La única manera, algún día ocupará el poder alguien que se entere de algo tan obvio, de que descienda significativamente la cifra de paro, es creando puestos de trabajo. Y eso, solamente, de ninguna otra forma, se hace posible con la animación económica, con ese desarrollo empresarial que forma parte del nombre de FIFEDE, pero no de su estrategia.

¿Quiere el entusiasta Carlos Alonso honrar su compromiso de que el empleo sea la prioridad del Cabildo que preside? La solución la tiene enfrente de él. Para buscar la piedra filosofal, le recomiendo que mire la leyenda “hecho en” de los colchones, las sábanas, los manteles con que Canarias atiende a los millones de chonis que recibe. Que medite sobre el hecho permanente de que en las islas importamos el 90% de los alimentos que nos mandamos y de los que les damos a los y las visitantes. Que se dé una vuelta por los establecimientos que, las pocas veces que salen de sus hoteles, frecuentan los y las turistas. Para que vea que hay mucha pizza, mucha paella, mucha sangría, pero poco queso del rico nuestro, ningún gofio; mucho pescado congelado, pero poca vieja o sama faenada por nuestra gente pescadora. Mucha fruta importada, pero poco alimento cultivado en nuestros campos. O, en fin, que recuerde el triste caso de la importación de vino peleón godo, para abaratar el nuestro y podérselo ofrecer a triste precio a los hoteles. Un caso, no negaré, porque no tengo pruebas, que pueda ser aislado, pero que, en cualquier caso, es representativo de lo que ocurre.

Chema Tante

Imágenes: Atzerina