De empresarios de turismo y de políticos, no me fío - por Chema Tante *

Confieso que no sé como saldrá este artículo, porque el grado de indignación que me consume me impide escribir con el debido sosiego.

Lo que está ocurriendo con el turismo en Canarias y en el estado español no tiene justificación. Yo me voy a referir a Canarias, que es lo que tengo más cercano. Pero es inevitable relacionar los dos fenómenos.

Sin embargo, el turismo masivo en Canarias tiene una dimensión mucho más grave que en otras latitudes. Es una cuestión de alejamiento y de aislamiento. En Canarias, el turismo masivo es altamente contaminante. Y eso es algo que no se puede obviar.Pero ahora estamos enfrentando el terrible problema del turismo ante la pandemia. La brutal gravedad de la covid-19 se contuvo, no se eliminó, se contuvo y más nada, gracias a las férreas medidas de seguridad. Básicamente, el confinamiento. Mucha gente dijimos que, cuando  las medidas se aliviaran, los contagios aumentarían de nuevo. Y así ha sido. Las cifras de contagios que se conocen son fruto de las infecciones de hace quince días. Y dentro de otros quince días, si seguimos así, las cifras se multiplicarán.  

De la misma manera, dijimos que el turismo masivo es incompatible con la seguridad sanitaria. Por la sencilla razón de que el turismo masivo supone sin remedio fiestas, aglomeraciones humanas, alcohol, bajada de la guardia. Y eso es lo que está pasando.

Y los hechos, el nuevo recrecimiento de los contagios, demuestran que los gobiernos del estado español y los territoriales no tomaron las medidas de prevención efectivos para contener la pandemia. Abrieron el turismo de borrachera y volvieron a desatarse los contagios. No es casualidad.

Ahora el Reino Unido y otros estados europeos están aconsejando que el turismo no venga a Canarias o al estado español. Lo dicen por el riesgo de importación de contagios. Pero yo, por encima de eso, afirmo que el riesgo es mayor a la inversa. Es una de las pocas cosas en que estoy de acuerdo con Ángel Víctor Torres y con Pedro Sánchez. La incidencia de contagio es más recia en el Reino Unido que en Canarias o en el estado español. Pues entonces, háganme el favor de tener responsabilidad. Quién tendría que prohibir la venida de ese turismo no es el gobierno británico, sino las autoridades canarias y del estado español.

Se han desatado las iras contra Fernando Simón, por decir esa obviedad. Que había que agradecer al gobierno británico que nos preservara del contagio. Es que, como dice uno en TWITTER, la misión de Simon no es llenar hoteles, sino vaciar hospitales.

Esa es la cuestión. ¿Cuál es -o debería ser- la misión prioritaria de los gobiernos? ¿Llenar hoteles o vaciar hospitales?

Nos dice Sánchez "que hay que combinar salud y economía" y yo digo que eso es inaceptable. Si se muere o enferma de gravedad la gente, la economía hay que olvidarla o cambiar los criterios que la determinan. En este trance, el estado español y los territorios que lo forman, sufren por las decisiones de distribución de actividad que nos impusieron desde la Unión Europea. Por tanto, debe ser la Unión Europea, no la salud, quien nos saque de este drama. En todo caso, hay que insistir en que Canarias no tiene necesidad alguna de seguir con el clavario del turismo masivo. Canarias tiene otras alternativas.

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Los economistas y doctores prescriptores de la dieta -tan antigua como el plato combinado turístico de Manuel Fraga-, tampoco es que expliquen mucho, excepto que si viniera gente esto se arreglaría. Triste destino analítico, despilfarro de años de carrera y más de turnés por platós, girovagando por simposiums, cursillos, la red y otros lucimientos. Pero el futuro está aquí y el pasado ya se ve. Con los dineros europeos se espera que el modelo económico comience a cambiar, que se vaya a otro modelo más sostenible más verde, más resistente, más plural, aunque se pueda presumir menos

Todo el artículo de Aroca en EL DIARIO

https://www.eldiario.es/andalucia/desdeelsur/in-tourism-we-trust_132_6128787.html