"Desvergüenza", escribe Julián Ayala, al señalar esta tajante crónica que ofrece David Bollero en PÚBLICO, sobre la monumental estafa que han perpetrado los bancos españoles, con la complicidad de los sucesivos gobiernos. Y yo, Chema Tante, me temo que la habitual elegancia del veterano periodista tinerfeño le impide usar un calificativo más rotundo. Pero yo lo haré, sinvergüenzas bastardos. Porque eso es lo que son toda esa calaña botinera, delincuente habitual que sangra a los pueblos del estado español, succionando el dinero y atormentando luego al que no dispone de él. Y dos cosas tengo que decirle además al otro buen periodista.Bollero. Esto del rescate no es más que una parte de todo el siniestro fraude que a diario practican estas bandas filibusteras. La banca española utiliza todas las trampas financieras habidas, a sabiendas de que gozan de impunidad penal y de que las multas que les ponen cuando les pescan, son una gota minúscula en el océano dorado que obtienen. Y cuando la banca dice que si no se hubiera rescatado el sistema financiero las consecuencias hubieran sido peores, miente. Tanto como se equivoca Bollero al darles la razón. En aquel infausto momento, lo que se habría tenido que hacer es dejar caer el podrido sistema financiero y sustituirlo con una banca pública. Como es menester-.