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martes, 23 de abril de 2024 10:22h.

HISTORIA UNIVERSAL DE LA DECENCIA. CUBA, DONDE LA INFANCIA ES LO PRIMERO

Los pobres niños pobres del capitalismo, Salvador Capote en ALAI

 

FRASE CAPOTE

Salvador Capote en ALAI, ofrece este texto, pleno de argumentos incontestables, donde demuestra dos cosas esenciales. El capitalismo, que genera pobreza atormentadora, es más cruel todavía con el segmento infantil. Y la comparación con la realidad en la sociedad cubana es claramente favorable a para las niñas y los niños de Cuba. El artículo lo recomienda Francisco Morote, de Attac Canarias

Los niños cubanos, aún los de familias más humildes, son niños privilegiados, en primer lugar porque los factores de riesgo son relativamente pocos y actúan con menor intensidad y, en segundo lugar, porque nuestro sistema socialista rompe el sinergismo entre los factores. Un solo ejemplo bastará para ilustrar esta tesis. Supongamos que un niño pobre, por causa de un accidente como caer de una bicicleta, sufre un fuerte golpe en la cabeza y es llevado a la sala de urgencia del hospital más cercano. Si el accidente ocurre, digamos, en Miami, será llevado al “Jackson Memorial” donde, si tiene suerte y no lo hacen esperar varias horas, recibirá atención médica. Si carece de seguro médico, que es lo más probable, recibirá un tratamiento sintomático, es decir, que atiende principalmente a los síntomas sin profundizar en busca de un diagnóstico, y lo darán de alta en cuanto se restablezca la normalidad de sus signos vitales, que es lo único a que el hospital está obligado de acuerdo con la ley. Esto significa que el niño, si no se diagnostica correctamente y no se continúa su tratamiento, puede sufrir daños en las esferas emocional y cognoscitiva, y otras secuelas como trastornos psíquicos, depresión, problemas de la conducta, afectaciones en la visión, en la audición, etc., pues la ley no obliga al diagnóstico ni al tratamiento, ni a facilitar medicamentos, ni a realizar pruebas de laboratorio en prevención de secuelas, ni a sesiones de rehabilitación. No obstante, la familia quedará con una deuda impagable y el niño, cada vez con mayor incapacitación, será una nueva carga que arrastrará a la familia a la cascada infernal que conduce al desalojo y la desintegración.

Todo el argumentado artículo de Capote

https://www.alainet.org/es/articulo/211462

salvador capote

ALAI

 

MANCHETA 9