Política de transporte en Canarias. EL DÍA y El Roto. Toletes en el poder. Comenta Chema Tante, sobre una idea de Federico Aguilera Klink

lacasademitia.opennemas.com 18 de febrero de 2020 (10:57 h.)

Ya lo he dicho muchas veces, la última, muy recientemente. Este sistema político que sufrimos no sirve, porque pone en el poder a toletes venales, incapaces de pensar más allá de sus miserables intereses. La composición que hace Federico Aguilera Klink, entre la noticia de la última zoquetada de los alcaldes del sur tinerfeño y una sagaz viñeta de El Roto, demuestra otra vez que un sistema que no puede ascender a los gobiernos a personas que puedan preocuparse de lo que verdad conviene a la sociedad, es un sistema político execrable.

Los alcaldes del sur practican el concepto del todos queremos más y más y más. Ahora aceptan el tren -se conoce que alguién les ha hecho ver que en esa obra también hay 20 por cientos, pero no aceptan que les supriman el chollo anterior, el de las carreteras. Porque estos alcaldes, hasta la tabla del dos, llegaron. Les costó entenderlo, pero ya se percataron de que un 20 por ciento multiplicado por dos, es una pasta.

"¿...qué más da!", dice El Roto. Pero él dibujó su viñeta sin pensar en el problema canario. Y aquí estoy yo para adaptarlo: La carreteras si dan, mucho, pero a quien no deben

Pues bien. Yo, Chema Tante, gritando como siempre en el desierto, mientras el cuerpo aguante, les digo a los alcaldes del sur y a Román el nuevo canario y al socialista Torres y a quien haga falta, que hacer trenes no es bueno para Canarias y hacer carreteras es perjudicial. Y que ni los unos ni las otras solucionan en absoluto el problema de la caótica movilidad en las islas. Y como hay que repetirlo, porque no hay peor sordo que quien tiene las orejas trancadas por la codicia, lo digo de nuevo. La saturación vehicular en Tenerife, en Grana Canaria y en todo espacio terrenal no tiene otra solución que la de hacer que la gente no tenga que moverse tanto y que, cuando se mueva, lo haga en transporte colectivo o a pie, bicicleta y similares.

Y lo voy a decir de otra manera: estallarse perras, públicas o privadas, da lo mismo, en trenes y carreteras, es un robo tremendo. Porque esos presupuestos tienen que dedicarse a otros asuntos, más importantes y urgentes. Por ejemplo, dar techo a quien no lo tiene, sanidad a quien está esperando, atención a la gente dependiente.

La única política honrada en materia de transporte es sacar los coches particulares de las carreteras. Y quien no quiera largar el volante, porque quiere echárselas de tremenda máquina, que se fastidie