Los presidentes de la Comisión y del Eurogrupo crearon la trama de fraude fiscal masivo para las multinacionales
Federico Aguilera Klink destaca esta información aparecida en KAOS EN LA RED. Dice el prestigioso catedrático de Economía Aplicada de la ULL, que se trata de un asunto "ya sabido parcialmente, es explosivo y definitivo para saber donde vivimos y qué esperar de la UE." Y yo coincido, aunque ya lo comenté, en que debería prestarse más atención a la catadura moral del gentuallo que gobierna la Unión y los estados. Estos bergantes, Jeroen Dijsselbloem y Jean-Claude Juncker, no son más que unos miembros más de un grupo desaprensivo.
Porque estas bandas de forajidos, revestidos de supuesta honorabilidad, mientras urden mil sistemas fraudulentos para enriquecer más todavía a las grandes fortunas, son las que se llenan la boca con las grandes palabras "sentido de estado" "altura de miras", para perpetuarse en el poder.
Hay que repetir que todo lo que sea facilitar a las personas ricas y grandes empresas eludir sus obligaciones fiscales, es un crimen de lesa humanidad. Porque ese dinero hurtado al erario, es el que se necesita para las atenciones sosciales, los servicios públicos y la inversión rentable. En definitiva, es el dinero cuya carencia impide la estabilidad financiera armónica, la que permite que toda la población, todos los pueblos, disfruten de la salud, la vivienda, la alimentación, la educación, la cultura y el empleo a que tienen derecho.