Y digo que no lo veo riguroso, con plena conciencia de la categoría profesional de estos dos economistas. Pero que son dos economistas que caen en el mismo error de tantos colegas suyos. El de creer que esta es una crisis recurrente más. Y no ven que el problema del estado español, como el de los restantes estados víctimas de la agresión ultraliberal, no es la capacidad para seguir accediendo a los mercados financieros, sino el de poder negociar los términos de su deuda como debe hacerse. El problema español, griego, portugues e irlandéz es el de que sus actuaciones económicas son marcadas por los acreedores. Unos acreedores que han urdido la trampa de la deuda para atenazar a estas economías. 

De manera que Rajoy debería, sí, adoptar un plan radical. Pero el plan radical que solucionaría el problema no lo adoptará un político de derechas. Porque el plan radical tiene que ser detener la especulación financiera y sustituir la ecomomía artificial por la economía real. El plan radical debe consistir en plantarle cara a los llamados mercados.

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