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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Con estos socialdemócratas no hacen falta neoliberales (Rafael Domínguez)

 

DJILSSELBLOEM

RAFAEL DOMÍNGUEZDe todas las airadas reacciones que ha cosechado la patujada del tolete Dijsselbloem (nunca se agradecerá bastante el copia y pega) esta reflexión de Rafael Dominguez es la que me luce más sensata. El artículo en PÚBLICO, señalado por Francisco Morote, de ATTAC Canarias, resalta las mil y una torpezas de la socialdemocracia europea. Espino agarra al holandés y fustiga con el al resto de sus conmilitones, haciéndoles ver que las argumentaciones contra el deber de asistir a la gente desamparada, siempre se sustentan en tesis supuestamente intelectuales, pero que son simples chapuzas, piruetas retóricas. Dominguez bebe en lo dicho por Albert Hirschman, entre otros.

 

ALBERT HIRSCHMAN

Uno de los economistas más lúcidos de todos los tiempos, Albert Hirschman, escribió un maravilloso ensayo sobre las figuras retóricas a las que recurren sistemáticamente los políticos conservadores para convencernos de que no somos los mejores jueces de nuestros propios intereses. Esas figuras son las que utilizó Malthus para demoler el proyecto de ley de ayudas a los pobres que presentó el gobierno del Reino Unido en 1796 al Parlamento: la tesis del efecto perverso (ayudar a los pobres generaría más miseria porque les permitiría tener hijos a mayor velocidad que el crecimiento de la producción agrícola), la tesis de la inutilidad (por tanto, ayudar a los pobres no serviría de nada) y la tesis del peligro, que es la que aquí nos interesa. Esta tesis dice que ayudar a los pobres tendría el efecto de que se acomodaran a vivir de las ayudas, y, en vez de ahorrar siendo austeros, se gastasen esos fondos en “borracheras y libertinaje”, o sea, el alcohol y las mujeres del señor Dijsselbloem. No sabemos si este socialdemócrata holandés, que responde perfectamente a la definición que de los políticos dio Adam Smith (“ese animal insidioso y astuto cuyas recomendaciones se orientan por las fluctuaciones momentáneas de la realidad”), es consciente de ser prisionero de Malthus del que destila su “frenesí”, o simplemente responde a la otra parte de la cita de Keynes con la que empecé este artículo y es otro “maniático de la autoridad que oye voces en el aire”.

http://blogs.publico.es/otrasmiradas/8134/con-estos-socialdemocratas-no-hacen-falta-neoliberales/

 

RAFAEL DOMÍNGUEZ RESEÑA