Al señalar este artículo de Eric Toussaint en PÚBLICO, Federico Aguilera Klink recuerda cuántas veces hemos escrito en La casa de mi tía él y yo, Chema Tante y mucha más gente, como Francisco Morote, de Attac Canarias sobre el mismo tema que toca el campeón de la lucha contra la deuda odiosa, Toussaint. Y es que, de la misma manera que la altanería tecnócrata plutócrata no duda en repetir sus mismas falsas teorías, desde la trinchera de enfrente tenemos que responder con más insistencia. El neoliberalismo ha tenido la macabra habilidad de revestirse  con el disfraz liberal, para decir que quieres adelgazar al estado, teoría discutible, pero respetable, pero, en realidad, hacer todo lo contrario. Porque lo que hace el neoliberalismo es engordar al estado, pero para el beneficio de las oligarquías y sus empresas. Por eso tiene tanta razón Toussaint, por eso tenemos tanat razón quienes coincidimos con él.  Y en las crisis se detecta con mayor claridad la malicia neoliberal. Aplican sus tesis austeritarias, para crujir a las personas, pero abjuran de sus propias ideas y abrazan el socialismo, para pedir y conseguir que el estado derrame el oro sobre las empresas. Dentro de la maldad, al menos en USA, lo hacen directamente, desde la misma FED. Pero en Europa, mal rayo parta a la Unión de los mercaderes europea, lo hacen vía banca privada, con lo que le proporcionan un sabroso beneficio adicional, dándole a coste cero o simbólico el dinero por el que recibirán enormes interese y primas de riesgo, Y encima, ese dinero, lo tendrá que pagar el pueblo con sufrimiento y hambre. Esto es, lo diré una vez más, inaguantable. Como dice Toussaint, al final de su texto, solamente la movilización nos salvará. Como dice Colussi, retóricamente ¿volverán las protestas?. Como digo yo, Chema Tante, Es hora de levantarse.