Las trampas de ASHOTEL para esconder las vergüenzas empresariales - por Chema Tante
Marichal, tus bolas, ya no te las crees ni tú
Las denuncias sobre abuso laboral en los hoteles, en todo el estado en general y en Canarias en particular, han venido a confirmar las sospechas sobre las causas de la misteriosa ausencia de correspondencia entre la avalancha de turistas y la contratación laboral en los establecimientos alojativos y restauradores.
Las trampas de ASHOTEL para esconder las vergüenzas empresariales - por Chema Tante
Las denuncias sobre abuso laboral en los hoteles, en todo el estado en general y en Canarias en particular, han venido a confirmar las sospechas sobre las causas de la misteriosa ausencia de correespondencia entre la avalancha de turistas y la contratación laboral en los establecimientos alojativos y restauradores.
Y la causa no es otra que las tarifas que obliga aplicar una estrategia equivocada de turismo masivo, no permiten beneficios a las empresas, más que por la vía de exprimir a su personal: exigencias abusivas, plantillas mínimas, horarios extra no pagados... Y de eso se están quejando las heroicas integrantes de "Las Kellys" las que limpian.
A esta evidencia, las empresas hoteleras respòndieron con el cinismo: no es cierto, han dicho. Y se han apoyado, y se apoyan, en la ausencia de denuncias. Como si no supieran que la gente está aterrorizada por la posibilidad cierta del despido a quien rezongue, con el paro y la miseria subsiguientes.
El clamor de la queja se ha mantenido y las empresas hotelereas se encuentran ya sin armas dialécticas creíbles, por eso, ASHOTEL, la patronal tinerfeña presidida por un auténtico profesional de la trampa y la mentira petulante, Jorge Marichal, se ha sacado de la chistera otra argucia con la que poder presentarse ante los medios que le dan voz, porque les paga: Oh. Una encuesta. Una consulta hecha por una "empresa imparcial", que aclare la situación, mediante "encuestas anónimas".
Pretende Jorge Marichal, presidente ashotelero, que alguien se trague la bola propia, con la que aspira a desmontar lo que él llama bola ajena. Pero la verdad es que una consulta con "encuestas anónimas" realizada por una empresa pagada por una parte, no significa nada, no demuestra nada, no valdrá realmente ni el papel en que se escriba el informe.
La única manera de aclarar esta barbaridad cruel perpetrada por las empresas hoteleras vendría de un fortalecimiento verdadero y efectivo de las plantillas de la Inspección de Trabajo, que están actualmente integradas por un mínimo número de profesionales cuya calidad indiscutible se estrella con la magnitud de la vileza explotadora. Cuando haya suficientes personas inspectoras, que permita investigar, por ejemplo, de manera amplia y discreta, las entradas y salidas de personal para después comparar los horarios reales con las nóminas pagadas: Cuando personal investigador se infiltre en las plantillas o se camufle como huéspedes de hoteles y restaurantes. Cuando estas inspectoras y estos inspectores puedan irrumpir en varios y numerosos establecimientos de manera simultánea, para comprobar la carga de trabajo que se impone a un determinado equipo. Entonces esas unidades de inspección comprobarán cuántas habitaciones tiene que limpiar una kelly, cuántas camareras o camareros tienen que atender a cuántos clientes en el desayuno, cuál es la dimensión de una brigada de sala obligada a servir a legiones de comensales... Entonces se verá cuál es el sudor laboral que alimenta los beneficios empresariales turísticos.
Y eso, no hay encuesta subrepticia que pueda desmentirlo. Marichal, tus bolas ya no te las puedes tragar ni t'u