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sábado, 20 de abril de 2024 01:42h.

 Los 950 euros del salario mínimo y el "cuarto estado" - por Gerardo Rodríguez

 

FRASE GERARDO RODRÍGUEZ

Los 950 euros del salario mínimo y el "cuarto estado" - por Gerardo Rodríguez, miembro del Secretariado Nacional del STEC-IC *

El aumento a 950 euros del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha generado una considerable polémica auspiciada por los augurios catastrofistas que algunos predicen  para la marcha de la economía. A lo largo de la historia del movimiento obrero y de los trabajadores en general, cada conquista supuso siempre un conjunto de predicciones apocalípticas que la realidad acabó por desmentir con el paso del tiempo (la jornada laboral de 8 horas, la seguridad social universal, la gratuidad de la educación, el sufragio universal, el voto secreto, el derecho a un periodo vacacional, la abolición del trabajo infantil, etc.).

Las conquistas de los trabajadores, como la reciente del SMI, me traen el recuerdo de “El Cuarto Estado” (1901) de Giuseppe Pelliza da Volpedo, la obra de arte más estética, consistente y simbólica de las que representan las luchas sociales vindicativas. Es así, entre otras cosas, porque lo que observamos al contemplarlo es un grupo de obreros en movimiento que camina hacia nosotros, que avanzan erguidos con paso firme mirando al frente y sin miedo, emancipados de un pasado donde solo contaban como fuerza de trabajo. Avanzan hacia la luz desde los tormentos, hacia la esperanza desde la postración, hacia una nueva identidad, investidos de nueva dignidad. 

EL CUARTO ESTADO GIUSEPPE PELLIZZA DA VOLPEDO

Pintados a tamaño natural, los trabajadores caminan hombro con hombro, mujeres con hombres, niños con jóvenes y jóvenes con viejos. La colectividad es más importante que las individualidades, aunque tres figuras destaquen en primer plano, es más importante el coro que el drama al que nos acostumbran los héroes solitarios luchando contra las adversidades. La resistencia, las conquistas laborales, las mejoras de la calidad de vida de quienes realmente generan riqueza, son corales, nos dice el pintor, y surgen del devenir histórico de una realidad cambiante y de saber situar la razón al servicio de la voluntad y de la coyuntura histórica.

GIUSEPPE PELLIZZA DA VOLPEDOPelliza da Volpedo, pintor de luengas barbas valleinclanescas, cultivó las causas sociales, sindicales y políticas y dignificó al proletariado en los albores de la Revolución Industrial, cuando eran mercancía que se compraba o despedía arbitrariamente, con jornadas laborales de 12, 14, 16 horas, malviviendo en cuartuchos hacinados y viviendas insalubres, comidos por los piojos y cercados por las ratas, con niños malnutridos trabajando desde los 8 o 9 años.

Cuando se pintó “El Cuarto Estado” en 1901, se iniciaba también la larga marcha de los trabajadores por el reconocimiento de sus derechos y su cumplimiento efectivo, una tarea tan  colosal como las dimensiones del propio cuadro e igualmente jalonada de vicisitudes. Recordemos que al NOVECENTOcuadro nunca se le otorgó la importancia que atesoraba desde el punto de vista artístico,  fue proscrito por Mussolini y olvidado en un armario del que escapó indemne con la Liberación posterior a la 2ª Guerra Mundial y, con el paso del tiempo, se convirtió en icono de las luchas sindicales. El cine lo redescubrió con “Novecento”, la película de Bernardo Bertolucci para, posteriormente, ser seriado en posters como aquel en que lo observé por primera vez en mi vida, cubierto por el polvillo de serrín de una carpintería y ajeno a la liturgia del trabajo de los que limpian, pulen y dan esplendor a la madera, transformándola en tablas para el piso, en muebles perforados de gavetas o en camas de recio porte que soportarán un día el peso del vencido por el sueño, la fatiga o la muerte.

“El Cuarto Estado” es el cielo de los trabajadores, que caminan como si fueran dueños de su destino, aunque ya sabemos que todavía en 2020 no lo son y se les discute un salario mínimo de 950 euros que merecen con creces, como en otros tiempos otras conquistas que se decían “imposibles”. Creo que hoy se puede decir que los trabajadores han mejorado sus condiciones mucho, algo o poco, según qué, cuándo y dónde se mire, pero en modo alguno aquellos sueños de transformación EL CUARTO ESTADO FRAGMENTOse realizaron por completo. Es más, Pelliza pintó su obra con la técnica del puntillismo, un trabajo artísticamente estajanovista, pretendiendo decirnos que muchos puntitos unidos conforman un conjunto, un orden y una dirección y realmente así fue durante mucho tiempo y así se alcanzó el Estado de Bienestar que relativamente perdura, pero a medida que aumentaba su calidad de vida también se desvirtuaba la unidad y la colectividad de las reivindicaciones y el individualismo consustancial al sistema económico neoliberal hacia acto de aparición y socavaba la unidad de los que venden su fuerza de trabajo porque no tienen otra cosa. Los puntitos del cuadro de Pelliza comenzaban a descomponerse como las lágrimas bajo la lluvia pero aún es pronto para decretar su defunción definitiva.

Giuseppe Pelliza da Volpedo se suicidó a los 38 años, antes le dio tiempo para empujar la autoestima de los estigmatizados, aquellos a los que elevó su estatus con su arte y que hoy deberían rendirle justicia histórica y honrar su memoria. Platón decía que conocer es recordar y eso es lo que pretendo al calor de esta medida justa sobre el salario mínimo a percibir por los trabajadores.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Gerardo Rodríguez 

gerardo rodríguez

 

 

MANCHETA 16