La actual democracia del Régimen franquista - por Erasmo Quintana *

Cuando vemos la defensa que algunos hacen del rey emérito, tratando de justificar, blanqueando las actuaciones que hizo cuando ponía a buen recaudo las suculentas comisiones que recibía -ejemplar codicia del emérito-, colocándolas en lejanos paraísos fiscales para no tributar en el país del que era  jefe de Estado y de quien cobraba su munificente sueldo, no salimos de nuestra perplejidad. Defendiendo lo indefendible, de lo que se trata es de naturalizar el sistema mismo (el estatus y bienestar económico de las clases privilegiadas), ese del que la Corona era (y es) su cabeza principal. Defendiendo pues a la Corona se están defendiendo ellos mismos. 

Sorprende, porque incluso el PSOE de Pedro Sánchez defiende esta pseudo- democracia, afirmando que la misma es “democracia plena”. Lo dice alguien que pertenece a un partido que nació republicano y ahora está a partir un piñón con la Monarquía. Esto, ¿qué demuestra?, que también el PSOE forma parte intrínseca del Sistema. Con la muerte del dictador hubo, en efecto, aspiración de que España sería un país democrático. Nos vendieron que se había hecho una Transición “modélica” y ejemplo para el mundo. La propaganda oficial se encargó de hacernos ver que se pasaba de una dictadura militar fascista a una democracia plena, pero lo que en realidad sucedió fue que lo hecho no supuso más que una continuidad de aquel régimen franquista.

No hubo rompimiento con lo que había y fue continuismo: el mismo Ejército, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los mismos Jueces, ministros, la Guardia Civil y Policía Nacional, Gobernadores Civiles, los mismos represores políticos como Billy el Niño, Procuradores en Cortes y todo el sistema que existía continuó como estaba, y en las academias militares permanece vivo el espíritu de Franco.

Hasta el día de hoy, nada ha cambiado. No hay más que ver la naturalidad en la aparición del partido Vox, ala desmembrada del PP, donde siempre convivió la derechísima con la extremaderecha del desaparecido Blas Piñar. Mientras en otras democracias europeas impiden que los enemigos de las libertades democráticas (Vox lo es) puedan luchar desde dentro para derribarla, aquí en España se les pone puentes de plata y se les arropa. Me repito, no aprendemos de la historia. Adolf Hitler llegó al poder en Alemania mediante elecciones libres, pero cuando se vio con mayoría absoluta aupado al poder, se quitó la careta y acabó la democracia, convirtiendo su país en una dictadura militar nazi. A los de Vox ¿no se les ve el ramalazo? Dejen que alcancen el poder en España, y les diré un cuento. A quienes se les caerá también la careta será a muchos españoles, esos fascistas vergonzantes, todavía agazapados, hasta que puedan manifestarse con orgullo, porque para haber mundo tiene que haber de todo.

La degradación democrática en nuestro país es un hecho, llegando a la convicción de que la nuestra es una “democracia tutelada”, siendo en efecto que allí donde la justicia no funciona debidamente, no podemos disfrutarla. Ésta es por definición libertad, igualdad y fraternidad. Analicemos bien las tres cualidades y lo que ellas quieren decir. Un país es libre cuando la Justicia, en verdad, es igual para todos, con independencia de la extracción social, el color de la piel o las creencias más recónditas. España era parte integrante de las llamadas “democracias plenas”, reconocidas por la prestigiosa revista The Economist, pero ahora se encuentra en el grupo que dicha revista cataloga como integrante de las “democracias defectuosas”. No le falta razón. El solo hecho que se viene dando en el CGPJ (y Tribunal de Cuentas), que según la sacrosanta Constitución manda que se renueven sus cargos, sin que ninguno repita, cumplidos cinco años, y que los actuales miembros desobedecen no abandonando los sillones va para seis, porque al PP no le interesa perder la mayor parte de jueces que alcanzó cuando Rajoy tuvo mayoría absoluta. Esto es tramposo y lo propio de una  dictadura. ¿No responde más a algo legítimo del anterior Régimen franquista? ¿Qué c... de democracia tenemos?

Por otro lado, la treta del PSOE es antigua: cara a la galería, el mensaje es de rechazo a la visita del emérito, y entre bambalinas “tranquilos, estamos con la Corona”. Algo natural, miren por dónde, pues el Partido Socialista forma parte del Sistema que se ha heredado del dictador Franco; es una pata más del mismo. Razón por la que el partido de Pablo Iglesias Posse, que nació republicano y lo fue durante muchos años, ahora, gracias a Pedro Sánchez, es declaradamente monárquico. Pero la izquierda-izquierda no comulga con las mismas piedras de molino. Ahí tenemos al ministro Alberto Garzón que no se ha andado con chiquitas y, refiriéndose al ciudadano Juan Carlos de Borbón y Borbón, afirmó que “es un delincuente acreditado”. Y que “Toda España sabe que el anterior jefe de Estado, todavía rey emérito porque se hizo así por Mariano Rajoy para protegerle y blindarle, todos sabemos que esa persona es un ladrón”.

La casa Borbón francesa, históricamente ha supuesto un pesado baldón para España desde Felipe V, que la inauguró. Solo escapa de tan lamentable saga, Carlos III, quien se ganó el calificativo de “El mejor alcalde de Madrid”. Absolutamente nadie de su descendencia quiso imitarlo, para infortunio de la Corona y de España. Este penúltimo, el emérito, lo tiene claro como se ha visto. Mientras venía en coche de la regata en Galicia, una periodista le preguntó si ya había dado alguna explicación de lo suyo, a la que con fina chulería respondió: “¿Explicación sobre qué?”.  Genio y figura…

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana