Buscar
jueves, 18 de abril de 2024 20:56h.

Ahora Paulino habla de compartir la soberanía - por Chema Tante

Dice un cuento de Pepe Castellanos, que un godo al que se le escapa una verdad, exclama "¡Ay, me equivoqué!". Y, aunque dudo que lo haya escuchado, Paulino, el presidente para poco tiempo, no quiere equivocarse e inicia el rimbombante artículo "Soberanía compartida". con una mentira más grande que el Auditorio de El Sauzal.

Ahora Paulino habla de compartir la soberanía - por Chema Tante

Dice un cuento de Pepe Castellanos, que un godo al que se le escapa una verdad, exclama "¡Ay, me equivoqué!". Y, aunque dudo que lo haya escuchado, Paulino, el presidente para poco tiempo, no quiere equivocarse e inicia el rimbombante artículo "Soberanía compartida". con una mentira más grande que el Auditorio de El Sauzal.

Dice el hombre, sin ponerse ni colorado: "Durante los últimos años he venido insistiendo en la necesidad de revisar la arquitectura constitucional e institucional del Estado". No, mano. Tú estás hablando de esta historia hace algunos meses, desde que has creído que le convenía a tus intereses políticos la vaina esta canarista. Porque tú, a lo largo y ancho de tu carrera política, has sido tan nacionalista de verdad como tu mentor Mauricio. Llenos están nuestras orejas de tus resabios españolistas, con tus protestas de ardor constitucional.

Es más. En cuanto termiaste de dar las instrucciones a tu redactor de turno para que escribiera ese portento de reivindicación soberanista, te fuiste para los madriles, a sonreir de oreja a oreja -daba de cara verte- echándotelas de hombre de estado entre el resto de tus colegas. Las y los que no tienen reparo en que les vean celebrando el 12 de octubre. Porque los que sí tienen sentimientos soberanistas sinceros, como Mas y Urkullu, se quedan en sus respectivas naciones, sin hacer pasar a sus pueblos la vergüenza de contemplar a quien -con menor o mayor, como tú, desdoro- les representa, asistir con carita emocionada a los actos de homenaje al imperialismo castellano.

Es sabido que entre los privilegios del cargo que detentas, Paulino, está el de disfrutar de los servicios de un médico. Pero yo pienso que en tu caso, había que añadir los de un o una profesional de la psicólogía. Porque ese cuadro que presentas, esa fijación que te ha dejado anclado en un papel de candidato, como si fueras a empezar tu vida política, en lugar de terminarla, es relmente patológico. Estás de atar, Paulino.

Esta proclama de la soberanía compartida que tú abrazas ahora de manera tan oportunista, Paulino, podría respetarse si la hubieras formulado cuando tus marrullerías te permitieron ocupar un cargo para el que ni natura, ni salmántica ni las urnas, te habían llamado. Pero, en estos siete añor tú, personajillo presuntuoso, no has perdido ocasión de pegarte tu viajito, a Madrid, a Santiago o a dónde fuera, para participar en todas las manifestaciones de españolismo que se convocaran. Cada oportunidad que el estado español llamaba a rebato, tú Paulino, has ido en la rueda de presentes, abrazado a la rojigualda. No te has puesto una peineta con mantilla, porque el protocolo no te lo ha exigido. 

Y eso, con todo y ser muy bochornoso, no es lo más importante. Lo realmente trascendente es que en ninguno de los actos de tus casi cuarenta años de vida política, tú, Paulino, jamas has movido un dedo para que Canarias rompiera cadenas de dependencia. Para empezar, te restregaré por los besos la realidad de que, tanto en dependencia alimentaria, como energética, comercial, económica o financiera, Canarias, lejos de avanzar hacia la soberanía, compartida o no, ocupa en esto también los peores lugares del estado.

Entérate, velillo: Inportamos la práctica totalidd de los alimentos y materiales que consumimos. Generamos prácticamente toda la energía que precisamos, con combustibes fósiles de los que no disponemos. La absoluta totalidad de los y las turistas que vienen en volúmenes insoportables a Canarias, cosa que tanto te ufana, se contratan y transportan por empresas no canarias: Y todas y cada una de las iniciativas para constituir una banca canaria, han topado con tu preoverbial inepcia. Y, para terminar, es pública y notoria la complacencia que dispensan todas las instituciones en las que tu partido gobierna, Paulino, a las empresas de pa'fuera.

En cuanto a tu acción política para preservar nuestra cultura y nuestra identidad, Paulino, mejor que ni escriba, porque me da el temblique.

¿Que soberanía quieres compartir tú, bobilín?

Chema Tante