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jueves, 18 de abril de 2024 10:09h.

El ámbito sindical: ¡La última batalla! - por Miguel Reneses

 

MIGUEL RENESESSe ha celebrado recientemente el XI Congreso de la Unión Sindical de Madrid Región con el resultado de un 52% a favor del actual Secretario General y un 47% de apoyos para una lista alternativa que encabezaba Mercedes González, Secretaria General de la Federación de Industria de Madrid.

El ámbito sindical: ¡La última batalla! - por Miguel Reneses, de CONVERGENCIA DE LA IZQUIERDA.

Se ha celebrado recientemente el XI Congreso de la Unión Sindical de Madrid Región con el resultado de un 52% a favor del actual Secretario General y un 47% de apoyos para una lista alternativa que encabezaba Mercedes González, Secretaria General de la Federación de Industria de Madrid.

¿Cuáles eran las diferencias?

Lo constatable es que no afloraron las evidentes de proyecto sindical, porque no se sustentaban en tesis políticas y organizativas alternativas, distintas, renovadoras, de cambio, todos votaron los documentos oficiales más allá de una u otra cuestión concreta…y si estas tesis no existen, se vista como se vista la confrontación acaba siendo por el poder político en el sindicato y como influir en su gestión y en su control.

Esta afirmación global y general hay que matizarla con que muchos delegados y delegadas que apoyaban la lista alternativa podían tener razones y argumentos sindicales sinceros y críticas concretas razonadas, pero esos argumentos no daban para una lista alternativa ni para plantear el Congreso de mayor nivel de tensión en los últimos años.

Mucho menos para realizar una enmienda a la totalidad de la gestión desarrollada, que de manera no oficial todo el mundo reconocía su dificultad en el momento de mayor virulencia de la crisis económica, y en todo caso un balance que no es de una u otra parte sino del conjunto de la organización. Por tanto todos sabemos que el voto de la gestión realizada es un voto táctico si precede a una confrontación de listas.

Los argumentos de fondo eran del tipo: renovación:  comodín universal cuando no se tiene otra cosa; de género: hay que elegir a una mujer, aunque en las dos comarcales previas que controlaba la alternativa cambian a mujeres por hombres; juventud: para dar paso a otra generación, que no era el caso; la lucha contra la burocracia: en todo caso lo sería “entre burocracias” las de las federaciones más potentes y con más aparato contra la Unión en solitario, todo ello  con una Confederación situada de falso perfil, silbando o instalada en el “buenísimo” que aún es peor; lo injusto del reparto de los recursos existentes: sea o no verdad la más real de todas cuando de lucha por el poder se trata y por tanto el control de los medios sindicales es clave para “ganar” el sindicato.

Lo cierto es que detrás de estas excusas y algunas más, lo que existe es una profunda discrepancia con el modelo sindical, y especialmente, de su aspecto sociopolítico, el espacio donde el sindicato converge con las organizaciones políticas, donde converge con las mayorías sociales, donde se hace actor ciudadano e interviene en la acción política y social más allá de la empresa; y este modelo no es el de Cedrun ni de secretario general alguno, es el de las Comisiones Obreras mientras no lo cambien.

La batalla librada, es pues, una batalla por el modelo sindical, por hacer de CCOO una fotocopia de otros modelos sindicales: verbigracia el alemán, donde existe un claro reparto de papeles con el Partido Socialdemócrata: el sindicato en la empresa y el Partido en el salario indirecto con la exclusiva de las instituciones. De ahí el apoyo a la minoría de las grandes secciones sindicales y las dos grandes federaciones, porque los resultados del Corredor de Henares y el Sur tienen que ver con el peso de la industria que en ambas comarcas aún es relevante.

Y en este modelo falta un actor fundamental emboscado en todo el proceso. ¿Con qué Partido se desarrolla este modelo? Por los apoyos recibidos, por la virulencia con la que se expresó, por la sintonía con otros procesos evidentemente con Unidos Podemos y con las sucursales de Iglesias y Garzón en Madrid, ahí está el comunicado del Partido Comunista de Madrid reclamando para sí ese espacio, cuyo discurso y mensajes populistas han aflorado inequívocos, enmascarando el verdadero objetivo: el cambio de modelo sindical.

El modelo sindical actual es el modelo que se impone en la denostada transición y que el sindicalismo de clase y especialmente CCOO debería defender con más vehemencia¨

  • Un modelo mixto en la empresa: Con secciones sindicales para la acción sindical del Sindicato, y los Comités de Empresa como instrumentos convergentes y unitarios de todos los trabajadores y trabajadoras de las empresas al margen de su afiliación y simpatías sindicales. Y estos se eligen en unas elecciones regladas con la participación de millones de trabajadores y trabajadoras. Por eso los sindicatos españoles no sólo representan a sus afiliados sino al conjunto de trabajadores que han podido votar sus delegados/as y, por tanto, tienen una gran representatividad.
  • Un modelo mixto en la sociedad, donde el sindicato pone en marcha su trabajo sociopolítico y su encuentro con la sociedad civil y las instituciones. Es este aspecto el que permite las movilizaciones generales y los mayores avances de los sectores más débiles de los trabajadores que no disponen de potentes secciones sindicales o no forman parte de ningún sector estratégico capaz de alterar la normalidad ciudadana en cualquier conflicto.

Esta es la parte singular del modelo sindical español y la parte a preservar con todas nuestras fuerzas.

Es aquí donde se refuerza el poder contractual del sindicato, debilitado con las últimas reformas laborales y donde su concurso es clave para el mantenimiento y mejora del salario indirecto: servicios públicos esenciales, educación, sanidad, pensiones, cobertura de desempleo, dependencia… pero también la presión para que los recursos públicos vías presupuestos, tengan como orientación la lucha contra la desigualdad y los servicios sociales.

Por eso, más allá, de críticas sindicales legítimas, la izquierda tiene que defender la trinchera del sindicalismo de clase, autónomo y sociopolítico de CCOO: la guerra sólo ha hecho que comenzar, y la pérdida de este modelo y sus valores, puede hacer desaparecer o debilitar el instrumento de defensa y de cambio más importante que tienen los trabajadores y trabajadoras: CCOO.

            ¡Viva el sindicalismo de clase!

            ¡Viva CCOO!

https://convergenciadelaizquierda.es/2017/04/ambito-sindical-la-ultima-batalla/

 

* En La casa de mi tía por gentileza de Miguel Reneses, con la colaboración de CONVERGENCIA DE LA IZQUIERDA

MIGUEL RENESES

convergencia de la izquierda