Buscar
jueves, 18 de abril de 2024 06:48h.

Apartheid; el rastro de la serpiente - por Gerardo Rodríguez

 

f gerardo
f gerardo

Apartheid; el rastro de la serpiente - por Gerardo Rodríguez, miembro del Secretariado Nacional del STEC-IC

 

Desmond Tutu
Desmond Tutu

El 26 de diciembre de 2021 moría en Ciudad del Cabo el pacifista y destacado luchador antirracista Desmond Tutu. Un mes después, Amnistía Internacional publicaba un exhaustivo informe denunciando que Israel practica, “de facto”, un genuino “apartheid” con la población palestina. En dicho informe documenta crímenes de lesa humanidad, tanto en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza, como en Jerusalén Este y, en general, entre los palestinos de nacionalidad israelí que conforman el 20% de la población. A los gobiernos occidentales el informe, por expresarlo en términos coloquiales, les entró por un oído y les salió por el otro. A Israel, violar las reglas del Derecho Internacional  y las normas básicas de los Derechos Humanos, no le provoca graves contratiempos. Por ejemplo, ningún embargo económico amenaza el vuelo del halcón de Oriente Medio, ni hay preocupación por lo que puedan hacer las fuerzas justicialistas de la OTAN, ni ningún colono, general o presidente será perseguido por ningún tribunal internacional de justicia

 

amnistía israel
De Clerk y MandelA
De Clerk y MandelA

En 1994, Sudáfrica puso fin formal al “apartheid” instaurado en 1948 por Partido Nacional, un partido creado por los afrikáners, descendientes de los colonos holandeses que arribaron a las costas de la Península de El Cabo en el S.XVII. y que un siglo después iniciaron el movimiento “boers”: el expansionismo supremacista de granjeros blancos, con el dogmatismo religioso como guía, que con el fin de conquistar tierras y convertir en esclavos a la población originaria se unieron en caravanas que se internaban en el interior del continente.

CARAVANA BOER
CARAVANA BOER

El “apartheid” consistía en la legalización del racismo a través de 317 leyes, tales como impedir el sufragio a los negros, aislarlos en bantustanes o zonas alejadas sin servicios ni saneamientos, prohibir los matrimonios mixtos, no poder utilizar las mismas playas o los mismos baños públicos, o tener una educación separada y diferenciada. 

APARTHEID
APARTHEID

Casi tres décadas después del fin de la segregación, Sudáfrica es el país más rico de África y una de las naciones emergentes integradas en el llamado grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) pero encabeza el ranking de país más desigual del mundo: el 20% de la población predominantemente blanca detenta el 70% de la riqueza nacional. El presidente del país es negro desde los años de Mandela porque negra es el 80% de la población, pero los dueños ancestrales de las empresas, los magnates de las finanzas, los jefes de los emporios comerciales, los deportistas de élite y hasta los muy antirracistas premios Nobel de literatura que ha dado Sudáfrica (Nadine Gordimer y J.M. Coetzee) son blancos. Es imposible separar esta desigualdad y la miseria que ocasiona de sus orígenes históricos. Lo mismo sucederá con Palestina el día que alcance su plena libertad, pasarán muchísimos años para que la cicatriz  de su “apartheid” desaparezca. Es así porque la estructura racial tiene que ver con el nivel de humanidad que propicia allá donde se instaura esta ideología, esta barbarie: en la cúspide, con el nivel máximo de humanidad se encuentran los blancos y en la base, cercano a la animalidad, los negros, en las posiciones intermedias se situarían los diferentes matices de piel (mestizos, indios o híbridos de todo tipo). Es ahí, en el nivel del reconocimiento y la esencialidad, de la autoestima y el estigma interiorizado, donde la cicatriz es más profunda, más si cabe que en el terreno visible del campo económico y social.

Ciudad del Cabo
Ciudad del Cabo

Ciudad del Cabo está enclavada en un lugar maravilloso, la topografía de la ciudad no tiene parangón en el mundo, si exceptuamos Río de Janeiro. Desde la Mesa, o Table Mountain, la montaña a cuyos pies se extiende la ciudad, se divisa buena parte de la Península del Cabo, salpicada de bellos pueblos y coquetas playas de sublime encanto. Cuando se alza la vista para contemplar el ancho mar, una isla se divisa en la bahía, es Robben Island, considerada Patrimonio de la Humanidad.

 

Robben Island
Robben Island
Celda de Mandela Robben Island
Celda de Mandela Robben Island

No ostenta este galardón por su belleza, ni por contener algún endemismo biológico, albergar arte rupestre o algo similar, lo obtuvo por ser sede de la prisión donde los presos políticos de la dictadura racial estuvieron durante décadas picando piedras, literalmente, es la memoria del sufrimiento y la lucha contra una tiranía la que la convierte en patrimonio de todos. Entre los presos políticos Nelson Mandela, Walter Sisulu y buena parte de la dirigencia del Congreso Nacional Africano (CNA). Cuando se observa la celda donde Mandela estuvo 18 de sus 27 años de cautiverio y se comprueban sus reducidas dimensiones (2 ancho X 2,3 largo X 3 de altura) no deja uno de conmoverse por el frío, el hambre y la falta de espacio que tuvo que soportar un hombre de su envergadura, hoy convertido en icono global cuya cara y cuya lucha es conocida “en Manila y en La Habana, en Chicago y en Moscú”, como reza la sevillana. 

nelson mandela en la carcel
Nelson Mandela en la cárcel
John Carlin
John Carlin

Para saber hasta qué punto el sistema carcelario racial lo marcó, el periodista y escritor John Carlin describe el inicio del día, de cualquier día, del Mandela presidente en “El factor humano” (2008) “…se despertó, como siempre, a las 4.30h de la mañana, se levantó, dobló el pijama de la cama. Había sido un revolucionario toda la vida y ahora el presidente de un gran país, pero no había nada capaz de hacer que Nelson Mandela rompiera los rituales establecidos durante sus 27 años de cárcel (…) ni cuando pasaba la noche en Buckinghan Palace o en la Casa Blanca(…)Las personas encargadas de limpiarle la habitación en todo el mundo se quedaban siempre estupefactas al ver que el dignatario que las visitaba les había hecho la mitad del trabajo…”. Así lo hizo hasta el último de sus días. En Roben Island, cerca del Cabo de Buena Esperanza, con el viento marino tallando su rostro, nunca arrió su bandera aunque supo transformar el odio en ilusión, y la ilusión en la que sería su mayor virtud política, la persuasión. 

Michel Foucault
Michel Foucault

Michel Foucault en “Genealogía del racismo”, analiza este hecho: el dispositivo de la disciplina que actúa sobre los cuerpos para su control en las instituciones; los cuerpos organizados en fábricas, hospitales, escuelas, asilos o prisiones, es la anátomo-política. Eso exactamente padecía Mandela en grado sumo y todos nosotros en diverso grado.

Stellenbosch y Franschhoek, vinos
Stellenbosch y Franschhoek, vinos

No muy lejos de allí, por la misma época, otros cuerpos estaban construidos con otras disciplinas, por ejemplo en los condados vitivinícolas de Stellenbosch y Franschhoek. Las impecables bodegas de estilo europeo que albergan los mejores caldos de África (blancos afrutados, rosados achampanados, suaves y perfumados tintos) son un reclamo del escaparate sudafricano que el viajero recorre en un pequeño trenecillo que lo lleva a bodegas que parecen sacadas de una película de Walt Disney, donde puede degustar ese magnífico néctar que hace siglos trajeron los hugonotes europeos perseguidos por la Iglesia oficial por predicar la pobreza del primer cristiano, no sé si les suena de algo este recurrente episodio de persecución, estigmatización y ensañamiento por parte de la curia romana sobre los disidentes, al venerable Ernesto Cardenal seguro que sí.

Ernesto Cardenal
Ernesto Cardenal

Bien, estos cuerpos bien alimentados e impecablemente ataviados, que no se levantan a las 4.30h para hacer su cama, son los propietarios de esas bodegas emblema que, de vez en cuando, salen para saludar al visitante que devuelve el cumplido con la educación que marcan las normas de buena urbanidad que desde niño le han enseñado, aun cuando conozca la verdad palpitante que se esconde detrás de una franca sonrisa.

Desmond Tutu fue nombrado director de la “Comisión para la Verdad y la Reconciliación” que recorrió los senderos del país escuchando los horrores cometidos a las víctimas y las atroces confesiones de la policía.

Truth and Reconciliation commissio
Truth and Reconciliation commission

En “Un país en África” (2002), John Boorman reconstruye la catarsis colectiva que aquella comisión significó, en una magnífica película donde una conocida poeta metida a periodista, perteneciente a una familia afrikáner, baja a las mazmorras más oscuras de su país para descubrir que su propio hermano cometía las más espeluznantes torturas con el fin de “dormir bien”. La luz que irradia Juliette Binoche en esa inolvidable obra ilumina todo lo que Sudáfrica es: lo sórdido, lo espiritual y lo musical de un territorio único.

Un país en África, Juliette Binoche, John Boorman
Un país en África, Juliette Binoche, John Boorman
Cyril Ramaphosa
Cyril Ramaphosa

Mandela logró algo portentoso, la reconciliación nacional, escenificada en un histórico partido de rugby, porque la alternativa era la guerra civil. Sus sucesores en el cargo no continuaron su legado que, básicamente, consistía en el desarrollo de la justicia social que él no pudo lograr por falta de tiempo. Mediocre Thabo Mbeki, que claudicó en la redistribución de lo rapiñado en los tiempos de la esclavitud y el “apartheid”, en la práctica una gacela sudafricana, una “springbok”, que detentaba el trono donde antes rugió un león, solo preocupado por su estilo y su vestido. Después llegaron Petrus Motlanthe, olvidable y olvidado, y Jacob Zuma, destituido por corrupción e inepto para el cargo, para cualquier cargo. Hoy Cyril Ramaphosa es una fortuna en sí mismo, que quiere conservar y ampliar a toda costa, otorgando tintes de Estado benefactor a su gestión pero no con una agenda de justicia social clara e intencionada.

Mandela logró la paz, pero después de él nadie la ha unido a la justicia y la paz sin justicia es la paz de los cementerios: todos están muertos salvo los sepultureros. Palestina no ha alcanzado ni el primer escalón, para vergüenza de la llamada “Comunidad Internacional”. 

Spweto 1975 - Palestina 2022
Soweto 1976 - Palestina 2022

 

* La casa de mi tía agradece vla gentileza de Gerardo Rodríguez 

GERARDO RODRÍGUEZ
GERARDO RODRÍGUEZ

 

 

mancheta 40