Yo sí botaría al señor Cañete… a dónde, no lo sé - por Ana Beltrán
Estos días se ha hablado tanto del señor Cañete, que ya una está un poco saturada. Pero, ¿cómo nos vamos a callar ante sus insultantes y vejatorios comentarios, en este caso, y como todos sabemos, dirigidos a su contrincante femenina?...
Yo sí botaría al señor Cañete… a dónde, no lo sé - por Ana Beltrán
Estos días se ha hablado tanto del señor Cañete, que ya una está un poco saturada. Pero, ¿cómo nos vamos a callar ante sus insultantes y vejatorios comentarios, en este caso, y como todos sabemos, dirigidos a su contrincante femenina? Y no sólo son de mal gusto, sino tan retrógrados que parece que no hayan sido pronunciados por alguien que vive en el siglo XXI, más bien que salieran por boca de un cavernícola. ¿Y es éste el hombre que Rajoy nos presentó como el mejor aspirante posible al Parlamento europeo? Para el Presidente, el «eficiente» exministro es el candidato idóneo, por sus conocimientos sobre Europa y por su habilidad con las lenguas: bilingüe, trilingüe, cuatrilingüe y demás lingües. Y yo añadiría que también, y sobre todo, por el semblante Pepero que lo envuelve, el que ha demostrado con creces estos días. Y bien temprano que lo hizo, como diría la sabia seña María, justo la mañana siguiente al debate, y con la boca bien llena de lenguas, ésas que tiene en su haber…
Lo que en realidad hizo este «caballero», al menospreciar la inteligencia de la señora Valenciano, no fue otra cosa que mostrar su propia torpeza. Ésa es la pura verdad, aunque él no lo crea. El pobre hombre (esto me hace recordar una frase que llamó mi atención cuando era pequeña, la cual decía: «Hay niños pobres y pobres niños». Pues eso.) está tan convencido de su triunfo triunfante, que lanza a los cuatro vientos lo que le viene a la boca. Porque, no nos engañemos, mujeres todas y hombres de buena voluntad, que supongo son mayoría, a este Cañete le va la caña. Y tanto, que tardó días en pedir disculpas. Y como dice un artículo que leí ayer en La Casa de mi tía, con el que estoy absolutamente de acuerdo, al disculparse «lo hizo por lo que dijo, y no por lo que piensa.» Y eso es lo grave. Supongo que se vio obligado a ello, sus comentarios ofensivos le pueden restar un buen puñado de votos (hay qué ver el poder que tienen éstos, que hacen que se le bajen los humos a los más prepotentes…, aunque sólo sea por unos días).
Y ya que hablamos de pensamientos… La mayoría de los gobernantes Peperos, con sus humos bien elevados, no han dejado de demostrar lo que piensan, de ahí sus leyes retrógradas, algunas rayanas en la maldad, y a punto de crear otras para cerrarnos la boca definitivamente. Que su forma de gobernar no esté bien vista por la mayoría de los españoles les trae más que al pairo. Tal y como piensan sienten, dicen… y actúan.