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jueves, 28 de marzo de 2024 09:39h.

La cabra que se soltaba, siempre pasaba por el patio... - por El Padre Báez

... haciendo los destrozos de matos pertinentes (dejando como prueba de su estadía, aparte los destrozos en los matos, sus cagarrutas).

La cabra que se soltaba, siempre pasaba por el patio... - por El Padre Báez, presbítero *

... haciendo los destrozos de matos pertinentes (dejando como prueba de su estadía, aparte los destrozos en los matos, sus cagarrutas). Todo era por desgaste de la soga, o por estar muy holgada en el lazo de amarre en la pata, que de tanto tirar, a veces conseguía su objetivo: ir más allá del pesebre. Tragedia para un menor cogerla, pues una vez suelta huía y no se dejaba coger tan fácilmente, como para la madre, que presumía entre sus vecinas de tener el patio más bonito de flores, y ahora se lamentaba de tal desgracia, pues éste quedaba en un auténtico destrozo, por comido, pisado, roto, etc., Sucedía que no siempre tan lejos de la casa, en choza o a la sombra de un árbol la cabra tenía siempre los ojos fijos de donde le podía salir quien la atendiera (echarle de comer), con lo que suelta, lo primero que hacía es -en lugar de ir en cualquier otra dirección-, ir a la que instintivamente le llevaba el comer: la puerta al fondo del patio donde se regodeaba con exquisiteces y colores, aunque no se plantara nada de ello pensando en ella sino en competir en estética de patios de casas con las vecinas, donde todas tenían el preceptivo, rico y variado jardín (¡como se pedían gajos de lo que no se tenía -y hasta se robaban gajos a escondidas- para llevarlos a otros patios, y la generosidad o no de la donante era; “¡sabes, que ahora no pegan; ya te daré,  y te plantaré un gajito!”...!).. Eran conversaciones en torno a las flores, y la envida de quien tenía las más originales y extrañas, cuales joyas botánica, hoy endémicas y no por acción de las cabras, sino por el abandono de práctica tan sensible como espiritual [con una rosa roja en las manos, mi madre me dijo un día: “¡hijo, aquí está Dios!”]).

El Padre Báez, que hoy comparte los patios, con las flores y las cabras; o con las cabras en los patios, menos flores. Al presente, ni unas, ni otras (hemos perdido valores naturales, nos hemos encementado). Y si cabras libres: “¡a por ellas!”; es orden del cabildo, que las matan, si sueltas, o escapadas, se hicieron en los riscos donde es su mundo o hábitat (y se lo roba para plantar unas plantas, engañando a europa, donde no pegan o prenden). ¡A ladrones y mentirosos! Este es el cabildo que tenemos, encima matacabras, pero mañana, le leemos la cartilla en el Valle de Agaete, a donde están invitados: presidente, consejeros, y cuantos quieran asistir de la institución y por descontados todos sin excepción, que es libre y gratis. Yo no dejaría de ir, solo por ver y oír a Víctor y a Saúl de 13 años, que tienen sus cabras, a ver qué opinan o nos dicen al respecto, ya acabado el carnaval, cogemos a las cabras por los cuernos (el cabildo a tiros).

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“... se resisten y no obedecen...” (Dt. 30, 15-20). / “... acabarán mal...” (salmo 1). / “... malvados, ni abandonan sus caminos, ni sus planes criminales...” (Is 55, 6-7). / “... se entregan a la matanza de las cabras... cabras de matanza...” (salmo 43). / “... de ubres abundantes...” (Is. 66, 10-14a).

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Ayer, LA PROVINCIA se hizo eco de lo de las cabras. Lean el correo que me puso el hermano sacerdote Paco Martel al respecto:

“Fernando, un saludo y la bendición de buenas noches para ti y para todos tus proyectos salvadores de cabras y  otras cosas. Me alegró mucho ver en LA PROVINCIA de hoy -por ayer- tu carta de salvación de las cabras... ¡bueno, es un camino para ir sembrando vivas a la vida  de las cabras! Mi salud, todavía esperando a ver si salgo de estos vértigos y tu no dejes de rezar por esa intención... ¡cuídate y cuida siempre lo principal que lo demás nos viene por añadidura!... buenas noches: Paco.”

* En La casa de mi tía a petición de El Padre Báez