Buscar
viernes, 29 de marzo de 2024 00:12h.

De cacería en el Congreso español - por Nicolás Guerra Aguiar

 

NICOLÁS GUERRA AGUIAR 100  El señor Fernández Díaz, exministro del Interior, fue angelical víctima de una “cacería”: no logró la presidencia de la Comisión de Exteriores (Congreso) tal como pretendió el Partido Popular (el señor Antona lo preside en Canarias). El PP también fracasó para bendecirlo y elevarlo al mismo cargo en la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas: salvo su gente (nadie se opus-o), los restantes partidos se negaron.

De cacería en el Congreso español - por Nicolás Guerra Aguiar *

fernández díaz    El señor Fernández Díaz, exministro del Interior, fue angelical víctima de una “cacería”: no logró la presidencia de la Comisión de Exteriores (Congreso) tal como pretendió el Partido Popular (el señor Antona lo preside en Canarias). El PP también fracasó para bendecirlo y elevarlo al mismo cargo en la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas: salvo su gente (nadie se opus-o), los restantes partidos se negaron.

   Y como a la tercera va la vencida -vencida y desarmada por el sistema democrático tal patriótica intención-, fue digitalmente dirigido a la de Peticiones. Comisión que, desde el punto de vista de la valoración institucional, resulta ser leche cacharro o leche machanga, construcciones estas con el estricto significado (‘Ser algo infructuoso, ineficaz, improductivo’) presente en Gran Canaria, Fuerteventura y Tenerife. Por tanto, ajenas absolutamente a desprecios, burlas o descréditos. Pues desde lo estrictamente lingüístico “leche machanga” y “leche cacharro” son eso, frases usadas (Academia Canaria de la Lengua) “…para expresar incredulidad, menosprecio o futilidad con respecto a algo”

leche machanga.leche cacharra

   Ese “algo” –valga otro ejemplo- es también el Senado, realidad constitucional para la cual también rechazo voces como “incredulidad”, “menosprecio”. Pero sí encaja el tercer sustantivo de la definición, “futilidad” (‘Cosa inútil o de poca importancia’). No obstante, hago prudente matización: para evitar interesadas suspicacias, aclaro que el adjetivo “machanga” referido a la leche en la primera frase es ajeno a las voces machangada, machango, machanguería, machangadasmachanguiento, machanguear (en Gáldar, machanguiar) y macharengo, relacionadas todas ellas con distintos significados: gestos grotescos o graciosos (“¡Cuando se toma tres rones no hace más que machangadas!”); dichos o hechos a veces cabreantes (otras, emputadores); figuras hechas sin esmero; personas cortitas de raciocinio; comportamientos de niños impropios en adultos… (Dicho sea, pues, por si alguien quedara u quedase sorimbado y me diera a conocer ante el Santo Oficio. No, gracias: vi en Utrech algunos artilugios suyos, más propios de mentes dementes.)

sansofé  Pues bien: el señor Fernández Díaz es quien le concedió la más alta condecoración del Cuerpo Nacional de Policía a una Virgen. Además, telefoneó al homólogo ministro francés para ir juntos a Roma por la beatificación de un matrimonio normando... Ya en las cosas del pecaminoso mundo, es también el mismo exministro reprobado (‘Dado por malo, no aprobado’) por todas sus señorías… salvo las del Partido Popular, el suyo y el del señor Antona: se le acusó de haber utilizado cargo y medios de las fuerzas de seguridad para espiar a adversarios políticos con el absoluto silencio del PP, acaso anclado aún en la soberbia de entonces para premiar los méritos de quien estuvo a punto de recuperar las viejas prácticas de la policía político – social franquista, “la social”, la misma que irrumpió con mandamiento judicial y Policía Armada (1971) en la redacción de la revista canaria Sansofé para disolver una clandestina reunión de profesores de instituto… pero solo encontraron a la señora de la limpieza.

   El señor Fernández Díaz argumentó a su favor ante la vencedora reprobación: el fiscal había rechazado hasta en hernando ppcuatro ocasiones “que se me pueda achacar ningún delito”. Pero olvida el señor exministro algo: la fiscalía toda depende del señor fiscal general del Estado, está a sus órdenes directas. Ni es elegido ni propuesto: lo nombra el Consejo de ministros. No obstante, el portavoz del PP en el Congreso de los diputados, señor Hernando, aprovechó la ocasión para elevar a su compañero de filas casi a la consideración de mártir, acaso primer protomártir en la España democrática, tal vez semicrática (‘medio poder’): “la cacería del PSOE” contra su elección como presidente de la Comisión de Exteriores, afirmó, permite considerar "líder de la oposición" al señor Iglesias.

 

   Y como todo lo que es tiene su razón de ser, tal aseveración (quizás aristotélica, acaso descartesana) reproduce por enésima vez desideologizaciones, tomaduras de pelo, coñas, macabros sentidos del humor… cuando no absoluto desprecio a la ciudadanía: acusa a los psocialistas por ¡incumplimiento de la palabra dada, de una promesa! Pues el PSOE, en efecto, llegó al acuerdo de abstenerse para no entorpecer su elección, el mismo PSOE que días antes había apoyado la reprobación. (Se cubrió de gloria.) Sin embargo, rectifica a las veinticuatro horas (¿quién lo decidió?): en clara desorientación desdice, mangonea y ningunea a su portavoz el señor Hernando (“El reparto de las presidencias es equitativo y justo”, había afirmado), y lo ridiculiza. Porque el ayer mentor ideológico del señor Sánchez (el de “No es no”) se había transformado en el personaje machadiano del poema “Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de don Guido”: Gran pagano / se hizo hermano / de una santa cofradía; / el Jueves Santo salía, /llevando un cirio en la mano / —¡aquel trueno!—, / vestido de nazareno.

don guido machado

     Sin embargo, los psocialistas podrán decir lo que quieran sobre su no de última hora (“No es no”, repetía el señor Sánchez desde tiempos atrás. Y con razón, según se ve). Pero el fracaso del Partido Popular en el Parlamento para colocar al señor Fernández en la presidencia de cualquier Comisión que exija urna no se debe al PSOE sino –y es justo reconocerlo- a Podemos. Sí, al Podemos “populista”. (Si los populistas pretenden atraerse a las clases populares, ¿por qué el PP se adjetiva “popular” si mucho ultraconservador –con mis respetos- milita en ese partido?)

   Podemos, en efecto, forzó al PSOE a radical cambio de la noche a la mañana. Su oposición a la presidencia del señor Fernández fue coherente, seria y rigurosa con su pensamiento y palabras orales. Era consciente de sus limitaciones, pero actuó con fidelidad a principios ideológicos que pregona y defiende: no se puede apoyar a un político de tan reprobable comportamiento como el señor exministro. En consecuencia, el PSOE se vio obligado al radical cambio y a dejar en ridículo a su portavoz. Si no hubiera sido por Podemos, los psocialistas habrían permitido tal inmoralidad ética.

* En La casa de mi tía por gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

nicolás guerra aguiar reseña