Buscar
jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Canarias, un país sin paso al frente - Roberto Rodríguez Guerra

 

 

TOMÁS MORALESALONSO QUESADALÁZARO SANTANA

“¡Atlántico infinito, tú que mi canto ordenas!…

El alma en carne viva va hacia ti, mar augusto. Atlántico sonoro” (Tomás Morales)

“sobre estos arenales africanos…

sobre mi mar Atlántico” (Alonso Quesada)

“Mas, pese al exterminio,

algo atávico suyo permanece en nosotros” (Lázaro Santana)

roberto rddríguez guerra

 

bandera canaria 2

Canarias, un país sin paso al frente - Roberto Rodríguez Guerra, profesor de Filosofía Moral y Política de la ULL

TOMÁS MORALESALONSO QUESADALÁZARO SANTANA

 

“¡Atlántico infinito, tú que mi canto ordenas¡…

El alma en carne viva va hacia ti, mar augusto. Atlántico sonoro” (Tomás Morales)

“sobre estos arenales africanos…

sobre mi mar Atlántico” (Alonso Quesada)

“Mas, pese al exterminio,

algo atávico suyo permanece en nosotros” (Lázaro Santana)

No resulta fácil/1 dar cuenta de la realidad económica, social, política y cultural de este país desubicado/2 en un océano de contrastes, de bosques y lavas, de laurisilva y aulagas, de riesgos y oportunidades. Y no lo es, entre otras cosas, porque la canaria es una formación social compleja por sus peculiares características físico-materiales (vulcanismos, insularidad, orografía, clima, laurisilva,…), por su historia (aborígenes, conquista, colonización, desposesión,…), por su desarrollo económico (dependencia, extraversión, desequilibrio, terciarización,…), por sus ya crónicas desigualdades sociales (esclavismo, emigración, marginación, desempleo, pobreza,…) o por una cultura atlántica y cosmopolita/3 pero severamente dañada en su particular identidad (aculturación forzada, identidad quebrada, abandono del patrimonio indígena,…).

Son rasgos de la diferencialidad canaria y factores que, además de otros, sitúan a cualquier análisis sobre la coyuntura actual de este “pequeño país de inmenso cielo, de inmenso mar” (Arturo Maccanti)/4 ante la necesidad de una mirada atenta a “la imagen múltiple de la vida insular canaria” (Lázaro Santana), a múltiples fenómenos y tendencias que tienen larga data y que, en cualquier caso, han marcado nuestro devenir en las últimas décadas. Tal análisis no puede eludir sin embargo el incontestable hecho de que los indicadores sociales y económicos de este país que han destrozado algunos que se creen con el derecho muestran la lacerante situación por la que atraviesa nuestro pueblo y territorio. En todo caso, nuestra actual situación sociopolítica -a la que más adelante nos referiremos con cierto detalle- en modo alguno es ajena a los vientos neoliberales desgraciadamente aún en vigor a nivel europeo, estatal y canario. Como tampoco lo es al insularismo y caciquismo propiciado por el régimen ático que nos malgobierna hace ya casi un cuarto de siglo.

A nivel europeo –aunque también mundial- esa ofensiva persiste cuando menos desde la década de los 80 del pasado siglo, si bien se ha intensificado a raíz de la crisis del 2008 adoptando en los últimos años claros matices neoconservadores e incluso fascistas (xenofobia, racismo, ultraderechas, sexismo,…), así como algunas contratendencias neoproteccionistas. Es más, tanto el Brexit como la reaparición de la propuesta de una Europa de dos velocidades/5 muestran que el viejo proyecto de la Unión Europea está roto y que del triple objetivo inicial de construir un espacio económico, político y social europeo tan solo queda el del mercado único. De hecho, aquel proyecto ha quedado reducido a una «Europa de los mercaderes» en la que un centro o triarquía (Alemania, Francia e Italia, a las que -tras el Brexit y en una posición semiperiférica y subalterna- se podría sumar España) hegemonizada por Alemania impone a la periferia (al resto de miembros de la actual Unión) un régimen austericida y desea fervientemente olvidarse de todo compromiso de integración política y cohesión social. Un propósito que -lejos de aquel triple objetivo inicial- no hace más que asumir cínicamente las profundas desigualdades entre el centro europeo hegemónico en el que se concentra la mayor parte de la riqueza y capacidad de decisión y la periferia europea con escasa influencia política, condenada a la terciarización de su economía y a altas tasas de desempleo, pobreza y exclusión social.

En el Estado español esa alianza entre ultraliberalismo económico y conservadurismo ideológico que constituye el neoliberalismo ha encontrado un perfecto aliado en el gobierno del PP. Ese gobierno español -que es «como una familia de peces de colores raros», que desde el Atlántico no logramos ver «sino al través de la piscina del mar» y que de las islas solo se ocupa «para el particular bien de algún diputado inclusero o para equilibrar la deshabitada personalidad de algún rábula pedante que soñara con algún ministerio en Madrid» (Alonso Quesada)- no ceja en su empeño de persistir en el austericidio recesivo, las privatizaciones, la desregulación del mercado de trabajo, la devaluación salarial, la liberalización/externalización de nuestros recursos y servicios estratégicos, la restricción de libertades y derechos ciudadanos y en una peligrosa acentuación de sus perfiles ideológicos neoconservadores.

Pero, por si todo ello no bastara, tampoco este “país acostumbrado a coger la maleta” ha sido ajeno al auge neoliberal. La hegemonía gubernamental de Coalición Canaria (CC) que soportamos desde hace ya un cuarto de siglo ha sido una devota practicante de sus principios y orientaciones. No obstante, si bien el predominio gubernamental de CC ha tenido graves consecuencias económicas, sociales y sociales no es menos cierto que posee ciertos orígenes, rasgos políticos y específicas orientaciones ideológicas que conviene desvelar cuanto antes en tanto que han dado lugar a nuestro particular régimen ático.

El régimen ático

La hegemonía gubernamental de CC se ha basado en una orientación económica neoliberal e ideológica conservadora puesta al servicio de una suerte de capitalismo depredador de nuestro territorio y recursos, de nuestras gentes y servicios públicos, siempre pendiente y dependiente de ayudas, exenciones fiscales o proyectos públicos. Esa hegemonía se ha traducido, además de en una abierta servidumbre ante grandes empresas estatales o internacionales (turísticas, comerciales, de servicios, energéticas, financieras,…), en una tupida y compleja red de alianzas –en no pocos casos con evidentes signos de corrupción- con diversos sectores de las oligarquías económicas canarias y sus insularistas expresiones insulares.

Durante este largo periodo de gobierno de CC (1993-2017), tanto con el apoyo explícito del PP como con la colaboración ocasional del PSOE, esa alianza político-empresarial se ha centrado en la protección y promoción –ofreciendo para ello nuestra tierra, población y recursos- de algunas de las grandes empresas y familias/6 de este “país donde hay quien vive de las subvenciones, sin haber dado nunca un paso al frente”. Esas empresas y familias están fundamentalmente presentes en el ya residual sector agrícola de exportación, en la articulación del binomio canario construcción-turismo, en el sector de la importación (grandes centros comerciales incluidos) o, finalmente, en la depredación de los recursos y servicios públicos a través de los cuantiosos procesos de privatización, concertación o externalización de los servicios de sanidad, educación, agua (extracción y distribución), energías (petróleo, gas,…), residuos,… Y acaso dos de sus características más sobresalientes sean tanto esa dependencia de los recursos públicos y del manejo de estos por parte del poder político/7 cuanto un cortoplacismo pecuniario que ignora todo proyecto de país a largo plazo. Pero la hegemonía gubernamental de CC se ha caracterizado también por otros rasgos específicos. Entre ellos destacaría los siguientes:

a) Un remedo de pacato regionalismo profundamente teñido de insularismo que ha supuesto la renuncia a concebir y defender a Canarias como una nación o territorio histórico dentro del Estado español, a luchar por el más alto grado de autogobierno permitido por el marco jurídico actual o a reformar y ampliar ese mismo marco jurídico y competencial. CC ha carecido siempre de un proyecto propio país orientado hacia el desarrollo endógeno de nuestras oportunidades y fortalezas, así como de ponerlas al servicio de las necesidades y aspiraciones del pueblo canario. En realidad, CC y sus aliados económicos y sociales se han acostumbrado a vivir de las subvenciones y mientras su país se desespera, están como los guirres al acecho. Han practicado durante décadas tanto aquel capitalismo depredador de los recursos (subvenciones, exenciones fiscales, ayudas,…) y servicios públicos (externalización de gestión, concertaciones,…) como una lastimera y subalterna actitud frente al Estado español y las instituciones europeas. Han renunciado a conquistar lo que de hecho y por derecho nos corresponde y se comportan simplemente como mercaderes con nuestros bienes comunes. Han renunciado a construir país, a dar un paso al frente. Han convertido a Canarias en un territorio y sociedad dependiente, sin proyecto nacional propio. Esa es una de sus mayores responsabilidades y deudas históricas para con el pueblo canario.

b) El absoluto predominio del sector ático (ATI) y su insularismo neoliberal en el interior de la misma Coalición Canaria, aunque no sin tensiones que por momentos la han amenazado y amenazan. El control de CC por parte de ATI se ha basado históricamente tanto en su mayor peso elect ral dentro de CC (pese a su progresivo declive) cuanto en una tácita política de alianzas con las otras fuerzas coalicioneras e insularistas provenientes de las AIC/8. Por lo demás, tanto el inicio de esa hegemonía gubernamental en 1993 como su continuidad en la actualidad están marcados a fuego por decisiones de ATI. Recuérdese que la primera moción de censura de la historia autonómica de Canarias fue la que en ese mismo año presentaron las entonces Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC) contra el gobierno del psoecialista Jerónimo Saavedra -del que hasta entonces habían formado parte-, para convertir en presidente del gobierno a Manuel Hermoso. Moción de censura –conviene no olvidarlo- que fue apoyada por el Centro Canario Independiente (CCI-CDS), Iniciativa Canaria (ICAN)/9 y Asamblea Majorera (AM)/10. Pero también que la ruptura del último pacto de gobierno entre PSOE y CC (junio 2015-diciembre 2016) ha estado indudablemente provocada por los más relevantes representantes de ATI. Entretanto, de una a otra ruptura, CC se ha mantenido en la presidencia del Gobierno tanto en solitario como con apoyos parlamentarios del PP o mediante pactos de gobierno con el PP o con el PSOE/11. Es más, salvo el paréntesis del gobierno de CC presidido por Román Rodríguez -en el que ATI ostentó la Vicepresidencia y la Consejería de Economía y Hacienda a través de Adán Martín-, todos esos gobiernos han estado presididos por líderes políticos de ATI. Por último, la hegemonía ática –puntual y débilmente discutida por AHI, AGI, API o AM- ha otorgado a estas mismas fuerzas políticas un papel casi residual y ha llegado hasta el punto de convertir a este país en un lugar en que “para ser presidente, te basta con perder las elecciones”/12.

c) La configuración a su medida e interés del sistema político canario a partir del tan extravagante como injusto sistema electoral canario basado en las circunscripciones insulares, la triple paridad e injustificables barreras electorales/13. Sustentada sobre la ya mencionada red de alianzas con fuerzas políticas de raigambre insularista y cuasi-caciquil (AHI, API, AGI, ATI,…) obligadas a coaligarse por las amenazas de las barreras electorales, CC ha dominado la vida política canaria durante las últimas décadas. No ha logrado sin embargo convertirse en verdadero partido. Sus propios orígenes, composición y vocación insularista lo dificultan seriamente/14, al tiempo que se convierten en el motor de sus evidentes tensiones internas/15 y, paradójicamente, en el sustento de la hegemonía política ática (ATI) en su interior.

d) Su consciente y deliberada utilización del enfrentamiento entre islas, entre sus oligarquías insulares y, particularmente, del pleito interinsular entre las dos islas capitalinas para ocultar los conflictos e injusticias sociales, así como para encubrir su constante defensa de aquellos intereses oligárquicos y redes clientelares al precio de abandonar las necesidades de la mayoría social y de convertir a Canarias en un “país dividido”. Durante años el régimen ático ha intentado disimular ese insularismo mediante el recurso a un pseudonacionalismo («lo nuestro») que en realidad no ha sido más que una artimaña electoralista bajo la que se escondía tanto su visceral defensa de lo suyo cuanto su sempiterno insularismo, esto es, división y enfrentamiento interno/16. Hoy, en un nuevo giro para el marketing electoral, intenta disfrazarlo mediante el aún más perverso recurso a un bionacionalismo que quiere “dar pericia –la suya- a los negocios públicos” (Lázaro Santana) y ocultar su constante depredación de nuestro patrimonio natural. Es más, recurriendo nuevamente a los sentimientos y necesidades de las diferentes islas, el régimen ático sustenta ahora una suerte de neoinsularismo -nueva expresión del tradicional insularismo- a través del uso de los fondos públicos (tanto canarios como estatales y europeos) para -además de sostener la ya mencionada red de alianzas político-empresariales- promover un complejo y tridimensional enfrentamiento entre las islas no-capitalinas y las capitalinas, entre las no-capitalinas y Gran Canaria (la distribución de los fondos de IGTE es el penúltimo ejemplo de ello) y entre las dos islas capitalinas.

e) Su constante empeño en promover la inestabilidad política en buena parte de las instituciones canarias y, especialmente, en Cabildos y Ayuntamientos a fin de doblegar a las fuerzas políticas (PP y PSOE) con las que pacta. En ese empeño su arma favorita ha sido la imposición de pactos en cascada que de antemano sabe que va romper por donde le convenga y en el momento en que le interese/17.

f) La intensa utilización de los recursos públicos (económicos y políticos) para crear una inmensa y opaca red clientelar (asesores, liberados, asesorías/informes técnicos, colonización de las instituciones por el partido,…) que no solo garantiza apoyos o, cuando conviene, complicidades y silencios. Esos mismos recursos también se utilizan para establecer, mantener o quebrar alianzas políticas u gubernamentales.

g) Un enorme control, mediante el uso de aquellos recursos públicos, sobre los medios de comunicación tanto públicos (RTVC) como privados.

Pero, como adelantábamos más arriba, los «frutos» socio-económicos del régimen ático son tan deficientes como graves. Es cierto que algunos de sus rasgos, en especial los relacionados con la estructura económica canaria, tienen larga data. Pero a lo largo del último cuarto de siglo mucho ha hecho CC para agudizarlos y nada para revertirlos.

Dependencia y desequilibrio económico

Un somero acercamiento a la estructura y composición actual de la economía canaria desvela los profundos desequilibrios entre sus sectores económicos, desequilibrios convertidos ya en rasgos estructurales de nuestra economía. Así, con datos generalmente de 2015/18:

1.- El sector primario (agricultura, ganadería y pesca) ya tan solo representa el 1,5% del PIB canario y el 3,3% de empleo. La superficie de explotación agrícola y ganadera ha descendido un 6,7% en los últimos 5 años (2009-2014) mientras crece exponencialmente la ocupación urbanística y, especialmente, turística del suelo, acompañada de duros procesos de gentrificación de las más relevantes zonas turísticas y cascos históricos/19. A ello se suma un importante descenso de la agricultura de exportación y la de consumo propio. Lo mismo ocurre en el caso de la ganadería, aunque existen repuntes en ganado bovino y producción de leche, queso y miel. De modo similar se ha comportado la pesca, tanto en lo que se refiere a la acuicultura como a la pesca congelada y la pesca fresca. Todo ello revela, en suma, los elevados índices de dependencia alimentaria del exterior y nuestro escaso grado de soberanía alimentaria.

2.- El sector secundario (industria, construcción, energía y agua) representa el 15,2% del PIB canario. Mientras la industria experimenta (fundamentalmente en el sector de la alimentación) una levísima subida (0,7%), la construcción sufre un claro descenso. Es más que obvia la escasísima penetración de las energías limpias y alternativas. Tampoco se ha avanzado significativamente en los procesos de la potabilización y desalinización de agua, al tiempo que la extracción y distribución de la misma sigue en manos de unos pocos aguatenientes y algunas empresas externas que -debido a los procesos de externalización de este servicio público- han llegado a controlar su distribución y hasta importantes concesiones de extracción.

3.- El sector servicios (turismo, comercio, sistema financiero y transportes) ha experimentado una nueva subida en su contribución al PIB, constituyendo el 85,3% del mismo (en 2010 representaba el 81,4%). En su interior destaca el turismo que, por un lado, representa en el 2014 el 35,9% del empleo en Canarias, el mayor porcentaje de los últimos años. En todo caso, el turismo se muestra tan reacio a generar empleo estable y de calidad como incapaz –por saturación- de tirar de la construcción en tanto que motor de empleo. El comercio en Canarias avanza decididamente hacia un proceso de oligopolización, centrado en el desarrollo de las grandes superficies comerciales, el apoyo descarado a los grandes importadores y la vergonzosa asfixia a los pequeños comercios. Un proceso que, al mismo tiempo, se ve agudizado por los procesos de gentrificación y turistización de nuestras ciudades (cascos históricos), con la consiguiente expulsión de las clases populares a las periferias, la desaparición en ellos de los pequeños comercios y su sustitución por todo tipo de franquicias.

4.- Por último, el sector de Tecnología e I+D experimenta una tendencia general positiva, aunque su importancia productiva es realmente escasísima. Mayor número de hogares canarios con ordenadores (72,3%) y conexión a internet (72.6%), aunque seguimos por debajo de la media estatal y europea. En el uso de las TIC en centros educativos hay leves mejoras, pero se mantienen registros inferiores a la media estatal de número de alumnos por ordenador (5,1%) o de porcentajes de centros universitarios con banda ancha (34,1%). Las empresas parecen haberse incorporado rápidamente al uso de las TIC. Pero el porcentaje de gasto en I+D respecto a PIB durante 2013 sigue tendencia negativa situándose en un raquítico 0,3%. Por otra parte, la inversión en educación ha caído hasta límites severos. En la última década se ha reducido en cerca de 1 millón de euros, con el conocido aumento de la ratio alumno/profesor, la carencia de infraestructuras y recursos diversos,…. Y todo ello en un contexto de crisis social severa. Al tiempo, se van reduciendo progresivamente las escuelas rurales y con ello se pone en peligro la igualdad de oportunidades para estas poblaciones y sectores populares. Así mismo se consolida la tendencia a la privatización/concertación del servicio público de educación. También las universidades sufren esta tendencia.

En resumidas cuentas, lo más relevante de la estructura productiva actual de este país que, cual sabina herreña, resiste a los vientos de tanto dislate puede resumirse como sigue: a) el casi residual peso del sector primario (1,5% PIB); b) la evidente debilidad del sector secundario (15,2% PIB), y en especial la escasa relevancia de la industria; c) la absoluta hegemonía del sector terciario y, fundamentalmente, del turismo (83,3%); y d) la notoria debilidad del sector tecnológico. En conclusión, la economía canaria muestra actualmente, por una parte, un evidente desequilibrio entre sus sectores económicos; por otra, una intensísima terciarización y, más concretamente, turistización; por otra, una drástica carencia de soberanía energética; y, por último, una peligrosísima dependencia alimentaria del exterior o carencia de soberanía alimentaria que hoy se si sitúa nada menos que en torno al 90%.

Cabría recordar aquí aquella sentencia de Thomas Sankara, el Che Guevara africano y presidente asesinado de Burkina Faso: “Hay gente que me pregunta: ‘¿Dónde está el imperialismo?’ Simplemente mira en el plato cuando comes: el maíz, el arroz o el mijo importado; ahí está el Imperialismo, no hay que mirar más lejos”. A todo ello habría que sumar una política de privatización de nuestros recursos y servicios estratégicos, de liberalización depredadora y mercantilización de nuestro territorio y recursos naturales (la Ley de Iniciativas Turísticas es su último ejemplo y la Ley del Suelo de Canarias será -si no lo remediamos- el próximo), así como por la obsoleta, ineficiente, privatizadora y contaminante política energética de un país incomprensible que teniendo de sobra sol y viento, busca bajo la tierra combustible, que rechaza todo apoyo decidido a las energías alternativas y tiene hoy su mayor exponente en introducir el gas y buscar petróleo, aunque –de lo cual nada se sabía- parece que han encontrado telurio.

No obstante, si bien lo que aquí nos interesa es la coyuntura actual, no conviene perder de vista que una mejor comprensión de los problemas y tendencias de nuestra economía exige señalar que estos no son rasgos meramente coyunturales. En realidad son ya rasgos permanentes, estructurales, del modelo económico que se nos ha impuesto/20. Basta para ello comparar la anterior participación en el PIB canario de los diferentes sectores productivos de nuestra economía con la que respectivamente tenían estos mismos sectores en 1960, en 1975 y en 1985. Y nada más elocuente y efectivo a este respecto que una sencilla tabla como la siguiente:

 

TABLA

 

En suma, la desagrarización, la desindustrialización, la terciarización y la turistización, con las correlativas consecuencias de dependencia, extroversión y desequilibrio intersectorial, son los rasgos estructurales de un modelo económico que es el fruto no solo de la influencia que sobre nuestra economía han tenido los ciclos o flujos económicos internacionales/23. También, y de modo especial, de las imposiciones y directrices europeas y estatales, de la sumisa aceptación de las mismas por parte de aquellas alianzas político-empresariales canarias. La clase política y empresarial canaria ha sido tan consciente de los desastrosos efectos de este modelo económico que tan cínica como constantemente proclaman a los siete vientos la necesidad de cambiar nuestro modelo productivo, de reagrarizar nuestra economíarecuperar la pesquería, de diversificar nuestra estructura productiva.

 

 

El último debate sobre el estado de nuestra nacionalidad no ha sido más que otra reiteración de la misma cantinela, además del consabido todo va a mejor pese a la cruda realidad. Pero los hechos son tozudos. Ya sabemos fehacientemente que no son más que cantos de sirena de quienes “se dan golpes de pecho, porque en el pecho llevan la cartera”. Baste recordar a estos efectos algunas de las clavijadas de nuestro último presidente del gobierno: desde la promoción y defensa de las ya citadas Ley de Islas Verdes y Ley del Suelo de Canarias hasta su apuesta por la extracción de petróleo y la introducción del gas, pasando por sus vergonzantes declaraciones sobre las ventajas que los bajos salarios canarios ofrecen para las inversiones extranjeras o sobre las oportunidades turísticas que ofrece a Canarias el recrudecimiento de las relaciones EEUU-México a raíz de la llegada de Trump a la presidencia de los EEUU.

En verdad, el acceso de Fernando Clavijo (CC) a la presidencia del gobierno de Canarias ha representado una vuelta a los orígenes, al insularismo económicamente neoliberal e ideológicamente conservador característico de la tradición ática y de las AIC. Así, denostando abiertamente el tímido proyecto de un regionalismo moderado de Paulino Rivero (su antecesor coalicionero y ático en la presidencia del gobierno canario), el régimen ático ha vuelto a imponer tanto el neoinsularismo a que más arriba nos referíamos como una intensa recuperación de su orientación neoliberal. Pese a que en campaña se comprometió una vez más a liderar un cambio de modelo económico/24, lo cierto es que Clavijo pronto se desveló como un gaznápiro discípulo de Friedman, como un fervoroso muchacho de Chicago,…, como un creyente sin fisuras de ese pretendido dogma teórico económico que reza que si las empresas prosperan, la sociedad prospera también. Desde luego, no cabe más que reconocer–como mostrábamos más arriba- que en Canarias algunas empresas y familias mucho han prosperado al socaiere de tales dogmas. Pero no parece que le haya ocurrido lo mismos a la mayoría social de «este país que desespera». En fin, más de lo mismo: el único horizonte de desarrollo para este genuflexo presidente canario es “más petróleo, más gas y más turismo”/25.

Emergencia social

Por su parte, los datos acerca de la situación social de esta tierra de tajinastes y verodes, de tilos y viñátigos muestran la angustia de paisanos y paisanas mutiladas por el desamparo y la violencia a que los somete este modelo socio-económico:

a) La tasa de desempleo en Canarias es del 26%, según la EPA de septiembre de 2016. Existe así una reducción de la tasa de desempleo respecto de los últimos años, pues en 2014 era del 32,42%., en 2013 del 33,73% y en 2012 del 32,58%. Ahora bien, el problema es que la actual tasa de desempleo canaria no solo es insoportable en sí misma. Es, también, mucho más alta que la media estatal (18,3%, para el 4º trimestre de 2016) y no digamos ya de la media de la zona euro (9,6% en enero de 2017). Es también que este “país destrozado” ha soportado históricamente tasas de desempleo muy por encima de la media estatal, así como que el empleo generado es mayoritariamente precario, abrumadoramente temporal, en peores condiciones de trabajo (más horas y peores medidas de seguridad, descansos, vacaciones, etc.), peor pagado, además de con menor protección (y mayor preocupación) por despido. Hasta la idea y reivindicación de trabajo digno promovida por la OIT es tomada por reivindicación desmesurada e imposible –se dice desde la ortodoxia neoliberal del régimen ático y sus aliados empresariales- porque dificulta o imposibilita el crecimiento.

b) Nada debe extrañarnos por tanto que, si bien con datos de 2015, la tasa de pobreza en Canarias alcanzara el 37,9%, la de población en riesgo de pobreza el 28,5% y la de pobreza material severa el 12,4%.

c) A todo ello hay que añadir el fuerte aumento de la desigualdad social. De hecho, tan solo entre 2007 y 2012 la brecha entre los más ricos y los más pobres en Canarias se incrementó en cerca de un 25%, convirtiendo a Canarias en una de las comunidades del Estado con mayor nivel de desigualdad. Lo que la Agencia Tributaria señalaba para 2011 -que 21 familias controlan el 8% del PIB de canario (cerca de 42.000 millones de euros) y que sólo el 0,2% de la población (4.000 personas) posee el 80% de la riqueza- refleja con crudeza una dolorosa realidad que continúa agravándose.

d) Por otra parte, la Encuesta de Condiciones de Vida del INE para 2014 indica que la renta media anual de los hogares canarios pasó de 22.037€ en 2013 a 21.539€ en 2014. Pero también que en 2014 la renta media anual por hogar en Canarias es nada menos que un 18% menor que la media estatal. Es más, a estos datos se deben sumar importantísimas deficiencias en los niveles de protección social pues: a) 58.000 hogares no percibían entonces ningún tipo de ingreso (el 7 % de la población); b) teníamos casi el triple de parados de larga duración que en 2007; c) uno de cada dos desempleados no cobraba prestación ni subsidio; d) un 17 % de la población estaba sometida a riesgo de exclusión social; e) el gasto de los hogares canarios se había reducido un 22% ciento desde 2007; y f) en unos años (2007-2014) las desigualdades sociales habían crecido un 12%. Frente a esa situación en 2014 el número de personas que percibió prestación por desempleo fue de 138.982, un 12.8% menos que el 2013. Canarias era así la segunda comunidad autónoma con menor tasa de cobertura de desempleo con una ratio del 39.2%, mientras que la media estatal está en 45.3%.

e) Así mismo, la protección por dependencia es igualmente muy baja. Solicitó tal protección el 1,92% de la población (3,41% media estatal) y las concesiones fueron 1,51% (media estatal 3,26%)/26. Por su parte la PCI recibió un creciente número de solicitudes, pero sin embargo estaba ocurriendo un descenso gradual en el número de concesiones: de 3.035 en 2011 a 2.152 en 2013.

En suma, puede decirse que los graves indicadores sociales muestran que en este país “un espectro, mi pueblo, sobrevive” (Lazaro Santana) y mucho tienen que ver con los altos niveles de desempleo, con la mala calidad y temporalidad del mismo o con la evidente carencia de una protección social adecuada. Pero también con la elevada concentración de la riqueza en unas pocas empresas y familias/27, con las amplias desigualdades salariales existentes, con las altas tasas de bajos salarios y, en suma, con la pobreza laboral (trabajadores y trabajadoras pobres). Poco queda pues de aquellas “risueñas Islas Afortunadas” (Nicolás Estévanez).

Y, pese a este elevado grado de desprotección social y desigualdades, no parece existir peligro de explosión social en este país de perenquenes y pinzones azules. Sin duda, las causas o razones de esto último son complejas y pueden estar relacionadas con muy diferentes fenómenos y factores. Uno de ellos cabe achacarlo a sea cierta ausencia de conciencia crítica -tanto en diversos sectores de la mayoría social cuanto en las propias fuerzas progresistas- acerca de la colonialidad de la sustancia y las formas del ejercicio del poder estatal y europeo en Canarias. Así mismo, es evidente que en ello ha influido la ya citada hegemonía local de una burguesía cuyo objetivo parece ser consolidar la ultraperificidad, mantener las distancias económicas, políticas y sociales con el centro del capitalismo europeo para que sigamos siendo pobres, dependientes y enfrentados y, de este modo, ser merecedora de las migajas que ceden los poderes europeos y estatales.

Una burguesía insularista y provinciana que quiere que sigamos siendo un país subvencionado para lucrarse con tales migajas e incluso invertir fuera lo exonerado aquí (RIC), que no quiere darse cuenta de que esos poderes “traen limpia la bolsa, y el cuaderno de anotar la suma en que valoren el favor que nos hagan” (Lázaro Santana). Como también puede estar influyendo la preeminencia de cierto sindicalismo pactista y mayoritariamente atrapado en la lógica de la competitividad empresarial y espacial y carente en su estrategia de un modelo alternativo de sociedad. También pueden ser factores explicativos tanto nuestra propia realidad archipielágica o insularmente fragmentada cuanto la práctica ausencia de un proletariado industrial y la terciarización-turistización de nuestra estructura económica, así como la fragilidad y la frecuente estacionalidad del empleo que esta genera. Como también puede influir la importancia que tienen los ingresos no-salariales o, más concretamente, la pervivencia del sistema obrero-campesino (trabajador con pequeñas rentas derivadas de la agricultura, también de la pesca de cercanía), la persistencia de la economía sumergida, la ayuda de las redes familiares y comunitarias, el trabajo invisible y no remunerado de las mujeres (cuidados,…) y la labor de redes de solidaridad/28.

Son, en suma, formas de aliviar y soportar la sociedad del malestar en que viven “las arenas de mi patria” (Nicolás Estévanez), aunque contienen muchos elementos y dimensiones comunitarias sumamente relevantes (apoyo, reconocimiento, solidaridad sociabilidad).

Abandono del patrimonio cultural e identidad quebrada

Y ¿qué decir del estado de la cultura en este país de Cantos Canarios y Cantata del Mencey Loco, de timples y folías, de modernistas y fetasianos, de indigenistas y surrealistas, de atlantes y harimaguadas? Abandono, desconocimiento, desidia,…, y algún que otro gesto. En este país “en busca de Valentina”/29 la cultura y el patrimonio aborigen han sido despreciados y marginados durante siglos. Sus vestigios, hábitats, saberes, formas de vida,…, hollados y solo parcialmente rescatados por algunas instituciones y, sobre todo, particulares. De la doliente historia del cuasi exterminio, aculturación forzada, esclavitud y marginación de los aborígenes canarios casi ni se habla. Nuestros gestores han estado mucho más preocupados por apropiarse de sus símbolos y proteger el patrimonio aristocrático y religioso colonial que por poner en marcha políticas serias de conservación de nuestro patrimonio aborigen y de recuperación de su legado.

Por otra parte, ¿quiénes son para nosotros Alonso Quesada, Oscar Domínguez, Pérez Galdós, Cristino de Vera, Tomás Morales, Jorge Oramas, Tony Gallardo, Saulo Torón, Josefina de la Torre, Felo Monzón, Luis Feria, Nivaria Tejera, Santiago Santana, José Abad, Federico Cuyás, Arturo Maccanti, Lola Massieu, Néstor de la Torre, Ángel Guerra, Plácido Fleitas, Alfonso García Ramos, José Lujan Pérez, Eugenio Padorno, Ángel Sánchez, Tomás de Iriarte, Nicolás Estévanez, Claudio de la Torre, Ángel Guimerá,…? ¿Algo más que nombres de calles, plazas o edificios con los que nos tropezamos?

Quizá se promueva su presencia en alguna biblioteca, museo, sala de exposiciones, teatro o auditorio. Quizá se admita convertirlos en pretexto para alguna que otra celebración o aniversario en el que –no podía ser de otra forma- sacarse alguna foto o ponerse alguna medalla. Poco más. Nuestra gente poco acceso tiene a ellos y ellas. Nuestros hijos e hijas prácticamente los desconocen porque, entre otras cosas, “en la escuela no me hablaron de ti” (Taller Canario de Canción). Nuestras creadoras y creadores han sido y son relegados a lo ocasional y anecdótico para llegar a ser poco menos que extraños para nuestro pueblo. Han quedado prácticamente dejados de la mano de algunos mecenas, entidades o personas que se resisten a tamaño abandono. A los supuestos nacionalistas que nos malgobiernan y constantemente proclaman la defensa de «lo nuestro» poco les interesan. Han llegado hasta suprimir o devaluar flagrantemente los programas y proyectos de contenidos canarios en el sistema educativo. Eso lo dice casi todo.

Pero la situación es aún más grave. Una de las conclusiones a que ha llegado la reciente Comisión de estudio sobre la situación de la cultura en Canarias y su contribución al desarrollo económico y social de las Islas (comisión compuesta por diversos expertos y parlamentarios designados por el propio Parlamento de Canarias) sostiene –asómbrense porque no es para menos- que “solo la inmensa ignorancia y el desprecio de buena parte de la sociedad por su propia cultura e historia impiden el justo reconocimiento de la obra de sus creadores”/30. Como si los poderes públicos, a los que el artículo 44.1 de la Constitución les indica que “promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho”, no tuvieran responsabilidad alguna en ello. Como tampoco parecen ser conscientes los redactores del estudio de que el derecho de acceso a la cultura presupone el derecho a los medios que faciliten su acceso, es decir, a los medios necesarios para el conocimiento y la asimilación de los valores culturales inherentes a la sociedad, algo en lo que sin duda mucho tienen que ver los derechos sociales, el sistema educativo y los medios de comunicación.

Pero para comprender el nivel y alcance del susodicho estudio basta simplemente con recordar lo manifestado por la Asociación de Profesionales de la Gestión Cultural en Canarias acerca del mismo. Para tal Asociación este es un estudio “plagado de errores, incoherente, irresponsable, confuso y excesivamente gubernamental(…), no responde a criterios de calidad mínimamente exigibles(…), muestra un preocupante desconocimiento conceptual, técnico y político de las estrategias de desarrollo territorial apoyadas en los sectores culturales y creativos(…), relaciona e interpreta equivocadamente estudios, documentos y datos(…), muestra una gran debilidad analítica. Establece relaciones causales incoherentes y carentes de fundamentación(…) y realiza afirmaciones irresponsables”/31.

Poco más cabe decir al respecto. No obstante, vale la pena señalar que el Informe también indica que “desde 2011 hasta la actualidad [2016] el presupuesto dedicado a la política cultural ha sufrido una pérdida de hasta el 86%”, o que ”en el período 2008-2013, el Gobierno de Canarias ha aplicado un recorte presupuestario de más de un 25% en el sector de la cultura, con la menor tasa de inversión pública en dicha área de toda España”. Como también reconoce la “falta planificación” y de “coordinación entre las distintas administraciones públicas”.

Pero no deben sorprendernos tales consecuencias pues, en consonancia con el neoliberalismo del régimen ático, el propio Gobierno de Canarias ya había apostado -mucho antes y a través de la Estrategia Canaria de Cultura (2012-2015)/32, entre otras cosas- por “el cambio del actual modelo de gestión cultural… propiciando un desplazamiento del centro de gravedad de la gestión cultural directa del Gobierno hacia el fomento de entornos propicios para la acción cultural (pública, privada, mixta o asociativa)”, en suma, privatización o externalización de la gestión cultural, abandono de las mismas obligaciones constitucionales al respecto. Y todo ello, nada más y nada menos, que bajo el rótulo de democratización de la gestión cultural. Se han olvidado –como dijera Arturo Maccanti- de que “la memoria es otra forma del amor humano”. Es más, el mismo estudio reconoce que “no se han cumplido los objetivos [de la Estrategia Canaria de Cultura] y seguimos demandando la consolidación de estructuras estables”.

Y ello, fundamentalmente, porque la falta de voluntad política para hacerlo ha sido una constante a lo largo de los últimos años. A partir de ahí, otros tantos proyectos, fines y objetivos que -mucho nos tememos- volverán a ser nuevas promesas incumplidas aunque, eso sí, encubiertas bajo un papanatismo europeista y españolista barnizado con la idea de un supuesto mestizaje cultural voluntario en el que la propia identidad queda diluida y quebrada.

Inestable normalidad estatal y continuidad del régimen ático

Por último, la actual coyuntura canaria está igualmente marcada tanto por la polifacética crisis que afecta a los componentes centrales del sistema político español cuanto por la continuidad del régimen ático.

La crisis de la monarquía, del parlamentarismo, de los partidos y sindicatos tradicionales, del modelo territorial,.., nos ofrecen claros ejemplos de ciertas dinámicas de agotamiento del sistema político surgido en la transición democrática, es decir, abunda en la extendida conciencia de crisis del Régimen del 78. Por su parte, el reciente ciclo electoral ha roto el bipartidismo y el turnismo de PP y PSOE, ha consolidado la irrupción de fuerzas alternativas y ha abierto la posibilidad de una nueva dinámica de cambio político que aspira a expresar el sentir de una mayoría social de cambio.

Es cierto que la oportunidad histórica de propiciar un nuevo proceso constituyente y democratizador que sirviera de base para cambiar España y Canarias parece afrontar una nueva etapa de incertidumbre. Pese a que aún no están del todo cerradas las puertas del cambio y pese al más que importante avance de las fuerzas que lo apoyan, lo cierto es que no han ganado y que la situación político-institucional actual es de relativa normalidad inestable. De relativa normalidad en tanto que, finalizado el ciclo electoral, hemos entrado en un nuevo periodo en el que han quedado provisionalmente –y solo provisionalmente- determinados los límites político-institucionales (que no sociales) del cambio.

Por su parte, los movimientos alternativos y las fuerzas del cambio siguen teniendo una importante presencia social, pero también parece que su capacidad de ruptura con el status quo atraviesa por algunas dificultades. De inestabilidad de la normalidad debido a que la mayoría minoritaria del PP le obliga a contar con la colaboración de otras fuerzas políticas, entre las que destaca Ciudadanos e incluso el ocasional -aunque decisivo apoyo- de un PSOE en crisis/33. Una situación en la que, no obstante, el PP cuenta con la ventaja y posibilidad de exigir ese apoyo en cuestiones sustanciales bajo amenaza de convocatoria de nuevas elecciones generales en las que podría mejorar sensiblemente sus posiciones.

En cuanto a este país de volcanes y dragos, de frondosos barrancos y desérticos arenales–además de lo ya comentado- cabría señalar que hoy es perceptible tanto la persistencia del ciclo de protestas iniciado hace ahora una década (la pervivencia del «espíritu de Vilaflor») como la continuidad del régimen ático con que ha culminado el corto pero intenso ciclo electoral iniciado con las elecciones europeas de 2014 y finalizado (pace Rajoy) en las elecciones estatales de junio de 2016.

En esta tierra de cedros y aulagas hemos asistido a un amplio conjunto de protestas sociales frente a los desafueros del poder europeo, estatal y canario. Así lo muestran –por mencionar algunas de las últimas- las movilizaciones sociales contra la LOMCE y la Ley Mordaza, contra la Ley de Islas Verdes y la Ley del Suelo, contra el TTIP y el CETA, contra la violencia machista y el desmantelamiento del sistema público de pensiones, contra los recortes en la sanidad y en la educación públicas,... Esas protestas y movimientos han jugado y juegan un importante papel crítico y de movilización social. Y no parece que vayan a ceder en un futuro próximo.

Por su parte, el ciclo electoral se cerró de forma ambivalente, pues si bien es cierto que generó cierta ruptura con el tradicional tripartidismo canario (PP, PSOE, CC) también lo es que ha revalidado –con algunas dificultades- la prolongación del régimen ático.

La fuerte crisis económica y la situación de emergencia social que ha estado afectando a la mayoría social canaria, la profunda crisis que afecta al PSOE al canario, la progresiva pérdida de apoyos electorales y las tensiones internas que viene experimentando CC y, junto a todo ello, la ilusión por el cambio se tradujeron -pese a los desproporcionados e injustos efectos del sistema electoral canario- en una nueva situación política. Esta nueva situación viene avalada tanto por la fuerte irrupción de Podemos como por un leve ascenso de Nueva Canarias (NC) y la aparición de la Agrupación Socialista Gomera (ASG) con tres escaños. Ciertamente, la aparición de estas dos nuevas fuerzas (Podemos y ASG) más el ascenso de NC parecían abrir en principio la oportunidad de un acuerdo histórico con el PSOE y, de este modo, acabar con el régimen ático y con un sistema político-parlamentario que tradicionalmente convertía a CC en fuerza de gobierno a través de las coaliciones que esta última ha firmado con el PP o con el PSOE.

Sin embargo, el nuevo pacto en cascada firmado entre CC y PSOE pronto se encargó de desinflar considerablemente tal oportunidad. Mediante ese pacto el PSOE canario, en franca crisis interna y evidente debilidad externa, se trocó una vez más en muleta de CC y la convirtió –otra vez- en la fuerza política gobernante en Canarias, pese a que CC fuera en realidad la tercera fuerza en apoyo electoral. En cualquier caso, en una muestra más de la inestabilidad política que el régimen ático ha promovido insistentemente en este país con mar azul y estrellas verdes, el pacto en cascada estuvo amenazado –incluso antes de ser firmado- por diversos incumplimientos áticos (en Tenerife se produjeron todos esos incumplimientos) y finalmente -tan solo un año y medio después de ser firmado- el pacto terminó por romperse en diciembre pasado. Con ello el gobierno de CC quedaba en franca minoría, si bien no por ello roto.

En realidad, los incumplimientos áticos contaban con que, tras la ruptura del gobierno de coalición con el PSOE, CC obtendría el apoyo del PP y la ASG para preservar el poder y la permanencia en el Gobierno y, de este modo, dar continuidad al régimen ático. Las evidentes afinidades ideológicas y programáticas entre el PP canario y CC, así como los intereses del PP a nivel de Estado (el apoyo de CC al gobierno de Rajoy), se han traducido en el descarado apoyo del PP canario al gobierno en minoría de CC. Por el momento, ese apoyo es desde fuera, pero no parece improbable que el PP pronto se convierta en socio de gobierno de CC. Recuperarían así lo que ha sido, salvo alguna excepción, elbipartidismo gubernamental liberal-conservador que ha caracterizado buena parte de la reciente historia del sistema político canario, aunque en esta ocasión con el inestimable apoyo de –y, ¡claro está!, las debidas compensaciones a una Asociación Socialista Gomera cuyo socialismo –si alguna vez lo fue- se ha reconvertido a franco insularismo caciquil/34. De esta forma, el régimen ático garantiza de momento su supervivencia y las oligarquías y el caciquismo canario vuelven a asegurarse la defensa de sus intereses.

Un país con paso al frente: construir un proyecto de país

El análisis de la actual situación socio-económica y cultural canaria muestra, en suma, la necesidad y urgencia de un profundo cambio estructural en Canarias. Es seguro que tal cambio sólo será posible a medio o largo plazo, que requiere importantes transformaciones que exigen tiempo, voluntad política, poder y una orientación adecuada. Requieren un auténtico proyecto común de país y un movimiento popular que, construidos colectiva y democráticamente, sean capaces de revertir esta situación. Requieren un país con paso al frente. Más aún, dados los rasgos de la actual coyuntura, precisamos una estrategia política que se haga cargo de las incertidumbres en torno a la ventana de oportunidad surgida del 15M y la crisis del Régimen del 78.

Se avecina un periodo en el que la prioridad acaso deba centrarse en la conquista de avances parciales, en la acumulación de fuerzas, en la articulación colectiva de un proyecto autodeterminista de país/35 y, en suma, en la construcción de un movimiento popular canario. Sin duda, para unas y otras tareas es primordial la colaboración con los movimientos sociales, el movimiento obrero, el municipalismo y las fuerzas del cambio en tanto que aliados fundamentales de los sectores populares. Con unos y otras habrá que tejer alianzas diversas que, diferenciando entre antagonistas (PP, CC), adversarios (PSOE) y potenciales aliados (Podemos, Sí se puede, IU, AC25M, Somos) de ese proyecto de país y de cambio, abran la posibilidad de distintas formas de colaboración y/o acción política y, quizá finalmente, dar un verdadero paso al frente para recuperar nuestra mutilada identidad y lastrado desarrollo. Solo así “tendremos ocasión de ser hacedores de historia según nuestra compacta voluntad” (Lázaro Santana).

Roberto Rodríguez Guerra 

La Laguna, marzo de 2017

Notas:

1/ Un primer borrador de este texto fue presentado como documento de análisis y reflexión para el movimiento sociopolítico canario Sí se puede. Posteriormente, a propósito de un homenaje a mi querido amigo José de León (Pepe el uruguayo) en ocasión de su cumpleaños, tuve la oportunidad de oír las décimas endecasílabas a las que el repentista y verseador canario Yeray Rodríguez puso por título “Un país sin paso al frente”. Las décimas de Yeray sintetizan, a su modo, buena parte del análisis de la realidad canaria que aquí se presenta. De ahí el título de este trabajo y que haya decidido reproducir en él, entre comillas altas o inglesas, algunas de sus expresiones. (“País sin paso al frente” está disponible en https://youtu.be/NIW_Whxdpro).

2/ Con esta expresión Yeray Rodríguez alude a la persistente y frecuentemente interesada desubicación (o incluso desaparición) de la posición geográfica de Canarias. Un país, dice Yeray, “que vive en un rectángulo que viaja, y que según los mapas sube o baja, o está en el continente equivocado”. Pese a que se le ha ubicado en muy diversos espacios geográficos –desde el Mediterráneo, bajo las Islas Baleares a en el Atlántico cerca y por debajo de Cádiz y Portugal- la realidad es que este «solar atlántico» (Alonso Quesada) es parte –como manifestaba Faustino García Márquez en «Gran Canaria, un futuro en común». Discurso en ocasión de la entrega de Honores y Distinciones 2017 del Cabildo de Gran Canaria- de nuestro continente africano próximo a Marruecos y al Sáhara, y al mismo tiempo integrante de la región natural de la Macaronesia, esto es, de las μακάρων νη̂σοι (makárôn nêsoi) o "islas afortunadas".

3/ “Yo amo a mi puerto, en donde cien raros pabellones

desdoblan en el aire sus insignias navieras,

y se juntan las parlas de todas las naciones

con la policromía de todas las banderas” (Tomás Morales).

En adelante citaré a diversos poetas y escritores canarios a fin de hacer referencia a esa “imagen múltiple de la realidad insular canaria” a que se refiere Lázaro Santana. Sin embargo, a fin de aligerar el texto no daré cuenta exacta de cada una de esas referencias extraídas de las obras de Tomás Morales (Las rosas de Hércules, Las Palmas de GC, Cabildo de Gran Canaria, 1977), Alonso Quesada (Insulario, Santa Cruz de Tenerife, Viceconsejería de Cultura y Deportes, 1988), Lázaro Santana (Destino, Las Palmas de Gran Canaria, Hiperión, 1981; y Cuaderno Guanche, Madrid, Ediciones JB, 1977), Arturo Maccanti («La tierra sola», en A. Maccanti, Vivir sobre la vida. Poesía reunida, Santa Cruz de Tenerife, 2010) y Nicolás Estévanez («Canarias», en María Rosa Alonso, Poesía de la segunda mitad del siglo XIX, Islas Canarias, Viceconsejería de Cultura y Deportes, 1988).

4/ Recuérdese aquí que la idea de una construcción de la Unión Europea a varias velocidades fue defendida ya en 1974 por el entonces canciller alemán Willy Brandt. En aquel momento defendía que, dadas las fuertes diferencias económicas, culturales y sociales entre los Estados europeos que podrían formar parte de la Unión, era preferible avanzar hacia una integración diferenciada, en función de esas diferencias. Por su parte, la más concreta idea de una Europa de dos velocidades se popularizó hacia comienzos de la década de 1990 para diferenciar entre aquellos países europeos económicamente fuertes y abiertamente dispuestos a la adopción del euro y a una decidida integración y aquellos otros que no lo estaban.

5/ La mejor prueba de ello es, como señalaba la Agencia Tributaria para 2011, no solo que 21 familias controlaban por entonces el 8% del PIB de canario (cerca de 42.000 millones de euros) sino también que el 0,2% de la población (4.000 personas) poseía el 80% de la riqueza.

6/ Lo cual ha dado lugar a un modelo acumulación, de capitalismo depredador, altamente dependiente de las regulaciones y decisiones del poder político. De ahí su constante necesidad de presionar sobre las decisiones del poder legislativo y, sobre todo, del gobierno o poder ejecutivo canario. Prueba de ello son, por citar un ejemplo actual, las declaraciones de la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores que ha llegado al extremo de calificar despectivamente de «paseíllo parlamentario» el procedimiento legislativo para el debate y, en su caso, aprobación de la Ley del Suelo de Canarias.

7/ Las AIC se crearon en 1985 como una federación de partidos insularistas en la que se integraron la Agrupación Gomera Independiente (AGI), la Agrupación Herreña Independiente (AHÍ), la Agrupación Insular de Lanzarote (AIL), la Agrupación Tinerfeña Independiente (ATI), la Agrupación Palmera Independiente (API) e Independientes de Fuerteventura (IF).

8/ ICAN (Iniciativa Canaria) se había constituido hacia finales de 1990 a partir de la integración en la misma de Asamblea Canaria Nacionalista (ACN), Asamblea Majorera (AM), Izquierda Canaria Unida (ICU), Unión de Nacionalistas de Izquierda (UNI) y Roque Aguayro, definiéndose entonces como una organización de izquierda nacionalista.

9/ Posteriormente, en 1993, las AIC, ICAN y AM se unieron para crear Coalición Canaria (CC). Este hecho provocó la salida de ICAN (y, por tanto de CC) de un número importante de sus miembros, sobre todo algunos pertenecientes a ICU (que luego formarían IUC) y la mayoría de los miembros de UNI. En CC se quedaron sin embargo la muchos miembros de ICU (con sus dos máximos líderes en Gran Canaria –José Carlos Mauricio- y Tenerife –Wladimiro Rodríguez Brito- al frente) y algunos de UNI (con Román Rodríguez como líder más destacado). Esos hechos provocaron sin duda una profunda crisis en la izquierda alternativa canaria, crisis que solo varias décadas después comienza a superarse con la emergencia de IUC, Sí se puede y, finalmente, Podemos.

10/ Véase, para este y otros datos de interés sobre esta problemática, J.A. García Rojas, A. Adelfo y J.E. García, «¿Un viaje de ida y vuelta? La difícil articulación entre isla y nación de Coalición Canaria (1993-2009)», Revista Española de Ciencia Política, IX Congreso de la AECPA, 2009, disponible en http://www.recp.es/uploads/files/congresos/congreso_09/grupos-trabajo/area03/GT03/08.pdf

11/ Recuérdese que Coalición Canaria ha ostentado la presidencia del gobierno de Canarias incluso tras haber sido la segunda fuerza en votos en 2007 y en 2011 y, peor aún, la tercera fuerza en votos en 2015.

12/ Por mi parte he tenido ocasión de abordar los problemas del (y posibles alternativas al) sistema electoral canario en los artículos de opinión “De nuevo sobre el sistema electoral canario” (disponible en http://www.eldiario.es/canariasahora/canariasopina/nuevo-sistema- electoral-canario_6_339876041.html) “El sistema electoral canario: ¡¡Ampliemos el debate!!” (disponible en http://www.eldiario.es/canariasahora/canariasopina/sistema-electoral-canario-Ampliemos-debate_6_506459358.html).

13/ ATI no solo surgió como fuerza política de corte netamente insularista. También fue la principal impulsora y la fuerza hegemónica en el proyecto de las FRAIC (posteriormente las AIC). En aquel proyecto se pretendía una construcción de Canarias a partir de las islas y de sus instituciones fundamentales, los Cabildos Insulares, a los cuales se consideraba como la piedra angular de la autonomía canaria.

14/ Los diversos los intentos de CC de superar su carácter de coalición de partidos y construirse como un solo partido (incluido el intento de absorber y usar las siglas del Partido Nacionalista Canario) se han saldado hasta la fecha con sonoros fracasos y puntuales amenazas de abandono por parte de algunos de los miembros de la coalición.

15/ La isla –como sostiene Faustino García Márquez en “Gran Canaria, un futuro en común”, disponible en https://juanglujan.wordpress.com/2017/03/19/gran-canaria-futuro-en-comun-faustino-garcia-marquez/) es la unidad geográfica y administrativa más clara y contundente que cabe imaginar», pero esto en modo alguno justifica situarla por encima de todo, concebirla como entidad enfrentada a las otras islas y olvidar –como sostiene Antonio Morales en su discurso de salutación en ese mismo acto- que es decisivo “fomentar nuestro sentimiento de comunidad”.

16/ Una reflexión algo más detenida sobre la práctica de la inestabilidad política por parte de CC puede verse en Roberto Rodríguez Guerra, «La política de la inestabilidad», publicado en diversos medios digitales canarios y disponible en http://rrguerra.webs.ull.es/2016/10/05/la-politica-de-la-inestabilidad/.

17/ La mayor parte de los datos económicos que seguidamente se relacionan provienen del Informe Anual del CES de Canarias, 2016.

18/ El Decreto 85/2015 del gobierno de Canarias, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley de renovación y modernización turística de Canarias y el Plan General de Ordenación del municipio de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), son buenos ejemplos de tales procesos en tanto que regulan los usos turístico y residencial de los alojamientos impidiendo la convivencia de ambos y, en la práctica, negando el uso residencial de tales alojamientos por parte de sus propietarios.

19/ Un buen trabajo sobre la evolución de la economía canaria desde los momentos posteriores a la Conquista hasta el presente, de sus fluctuaciones entre el librecambismo y el proteccionismo, puede encontrarse en A. Macías Hernández, «Canarias: una economía insular y atlántica», en L.G. Germán Zubero, E. Llopis Agelán, J. Maluquer de Motes i Bernet. y S. Zapata Blanco (eds.), Historia Económica Regional de España. Siglos XIX y XX, Barcelona, Crítica, 2001, pp. 476-506.

20/ Los datos para 1960 han sido tomados de F. Quintana Navarro y R. Díaz Hernández (“La radical transformación de la estructura productiva: una economía de servicios volcada hacia el turismo”, en A. Millares Cantero, S. Millares Cantero, F. Quintana Navarro y M. Suárez Bosa (dirs.), Historia contemporánea de Canarias, Las Palmas, La Caja de Canarias, 2011, p. 489), que refieren a la agricultura el porcentaje aquí he adjudicado al sector primario.

21/ Los datos para 1975 y 1985 han sido tomados de R. F. Díaz Hernández, “La estructura sociolaboral canaria entre 1950 y 1996: de la primacía del primario a la hegemonía del terciario”, disponible en http://www.cervantesvirtual.com/obra/la-estructura-sociolaboral-canaria-entre-1950-y-1996—de-la-primaca-del-primario-a-la-hegemona-del-terciario-0.

22/ Sobre las evolución y los ritmos de expansión/crisis de la economía desde 1960 hasta poco después de la crisis de 2008 puede verse el ya citado trabajo de F. Quintana Navarro y R. Díaz Hernández, “La radical transformación de la estructura productiva: una economía de servicios volcada hacia el turismo”, p. 492 y ss.

23/ Véase http://www.laprovincia.es/canarias/2015/07/07/clavijo-asume-compromiso-liderar-cambio/723033.html

24/ Chema Tante, “El genuflexo Clavijo miente pero no engaña, en su postura de apoyo a empresarios”, en http://www.lacasademitia.es/articulo/politica/genuflexo-clavijo-miente-no-enganha-postura-apoyo-empresarios-chema-tante/20160822081234057689.htm.

25/ Datos actualizados sobre atención a mayores en “Cinco datos que demuestran que Canarias tiene uno de los peores servicios de atención para mayores de 65 años”. http://www.eldiario.es/canariasahora/sociedad/Canarias-comunidades-servicios-atender-mayores_0_506749518.html

26/ Una visión actualizada acerca de los grupos canarios de poder en Canarias puede verse en los cinco reportajes sobre “el gran lobby empresarial” del Mapa del poder en Canarias (disponible en http://www.mapadelpoderencanarias.com/reportajes/). En todo caso, no puedo menos que recordar aquel poema de Lázaro Santana (“La peste”, en Bajo el signo de la hoguera, Islas Canarias, Viceconsejeria de Cultura y Deportes-Gobierno de Canarias, 1989, p. 129 y s.) en que señalaba: “Cambrelenes, Sorianos, Bravos de Laguna, Bergasas, Vegaguerras, Olartes, Armas, Clavijos: todos los nobles ciudadanos están aquí…Al margen del horror, del sobresalto, con la mente libre, estos próceres notables urdirán los proyectos pertinentes a realizar en época propicia”. Hoy podrían añadirse unos cuantos apellidos de sobra conocidos para tener el cuadro -siempre incompleto y plagado de aspirantes- de nuestros nobles ciudadanos.

27/ Según recoge el informe La economía sumergida pasa factura. El avance del fraude en España durante la crisis, elaborado por el sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), (disponible en http://www.gestha.es/archivos/actualidad/2014/2014-01-29_INFORME_LaEconomiaSumergidaPasaFactura.pdf), la economía sumergida en Canarias sigue creciendo. Su tamaño aumentó durante la crisis y alcanzó el 27,9% del PIB en 2012, lo que supone más de 11.205 millones de euros ocultos.

28/ Hace ahora unos años Taburiente y Mestisay, dos de los más representativos y reconocidos grupos de la reciente cultura musical canaria, dedicaron un disco-documental—homenaje a legendaria cantautora canaria Valentina Hernández, la de Sabinosa. En este trabajo Taburiente y Mestisay realizan un recorrido conjunto por su propia historia musical, al tiempo que desarrollan un proyecto musical que pretende servir para el reencuentro y la reivindicación del acervo cultural canario. Taburiente y Mestisay decidieron que “sería hermoso citar a un montón de amigos para grabarlos mientras cantaban, tocaban y bailaban con nosotros en sus lugares de origen, en grabaciones donde se oyera el viento y el mar, el ruido de la calle y el olor de la tierra mojada islas adentro”. Esa decisión da lugar a una magnífica versión coral de “En busca de Valentina”, canción que da título al disco conjunto. En ella participan cerca de un centenar músicos e intérpretes canarios (Luis Morera, Olga Cerpa, Totoyo Millares, Fabiola Socas, José Antonio Ramos, Candelaria González, Andrés Molina, Olga Ramos, Germán López,…) en muy diversos lugares de la geografía canaria en los que se grabaron tambores y chácaras gomeros, pitos y tambores herreños, lapas majoreras y conejeros panderos de Pascua, acordeones y timplistas, …, y muchos otros instrumentos musicales. Por lo demás, en la grabación participaron bailarines aficionados, alumnos y alumnas de escuelas folklóricas, bailadores del Baile de la Virgen herreños o, incluso, la Banda de Agaete. Para su disfrute https://youtu.be/CqOMhtggzlA.

29/ Disponible en http://www.parcan.es/files/pub/bop/9l/2016/379/bo379.pdf (la citada conclusión se encuentra en la p. 13).

30/ Véase http://www.laopinion.es/cultura/2016/12/21/gestores-culturales-rechazan-informe-comision/734215.html.

31/ La Estrategia Canaria de Cultura (2012-2015) está disponible a través del siguiente enlace (http://www.gobiernodecanarias.org/opencms8/export/sites/cultura/oficinadeapoyo/descargas/estrategiacanariacultura.pdf.

32/ A la deriva ideológica y crisis del PSOE he tenido ocasión de referirme en el ensayo Roberto Rodríguez Guerra, “Del psoecialismo electoral (Notas apresuradas sobre la evolución del PSOE”, disponible en http://rrguerra.webs.ull.es/del-psoecialismo-electoral-espanol/. A su crisis reciente me he referido en el artículo de opinión “Ya no nos vale”, publicado en varios medios digitales de las islas y disponible en http://rrguerra.webs.ull.es/2016/10/04/ya-no-nos-vale/.

33/ Esto último es, sin duda, otra expresión del uso de los recursos públicos por parte de CC (#ElTalonariodeCC) para romper, crear o mantener gobiernos.

34/ Para un acercamiento a las diferencias entre los enfoques autonomista, independentista y autodeterminista en Canarias, así como una apuesta por este último, véase el excelente trabajo de Jorge Stratós (heterónimo de Pablo Ródenas) «El trilema nacional canario», Viento Sur (disponible en http://vientosur.info/spip.php?article12352#_ftn1.

35/ En cierto terreno ambiguo, si bien diferente, situaría por mi parte tanto a Ciudadanos como a Nueva Canarias. Ciudadanos se mueve entre los antagonistas y los adversarios, aunque se muestra a nivel estatal como parte y muleta servil de los primeros y es probable que en Canarias se comporte de la misma manera. Por su parte, Nueva Canarias se mueve entre los adversarios y los posibles aliados, aunque tiende a acercarse a los segundos, si bien su fuerte pragmatismo y ciertos desatinos de su política de pactos electorales dificultan enormemente este acercamiento. En todo caso, una política popular de alianzas bien graduada y articulada debería partir de la posibilidad –a sopesar en cada caso concreto- de “acuerdos puntuales y locales con las fuerzas antagonistas”, de “acuerdos puntuales, de oposición y hasta poselectorales con las fuerzas adversarias” y de “acuerdos electorales y hasta organizativos con las fuerzas aliadas”, si bien olvidándonos del ansiado mito de la unidad de la izquierda, esto es, en el marco de confluencias y no de forzadas unidades que impliquen la desaparición de la rica y valiosa diversidad de la izquierda.

http://www.vientosur.info/spip.php?article12476#sthash.419yyth0.dpuf

* En La csa de mi tía por gentileza de Roberto Rodríguez Guerra

ROBERTO RODRÍGUEZ GUERRA RESEÑA