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viernes, 19 de abril de 2024 00:09h.

Clavijo, la Ley del Suelo, el protocolo de un gobierno sin argumentos y el cambio climático - por Federico Aguilera Klink

 

federico aguilera klink"Después de asistir al debate organizado por la ULL sobre el actual proyecto de la Ley del suelo, tengo la impresión (a pesar de que apenas se profundizó en las cuestiones clave pues no es posible debatir de verdad sobre un texto tan amplio y complejo con 6 personas y poco tiempo) de que seguimos en 1993, pero con un territorio mucho más deteriorado (y además en un contexto de cambio climático agravado), ya que lo que parece que se está proponiendo es una ‘racionalización’ del uso del suelo en nombre de una obsoleta noción de ‘desarrollo sostenible’ cuyo objetivo es permitir la continuidad de las mismas actividades económicas y estilos de vida que impiden un mínimo desarrollo sostenible y que se amparan en la excusa de que hay inversiones importantes que van a crear empleo. Y claro, ¿Quién se puede oponer a crear empleo aunque luego no sea cierto que se cree dicho empleo?"

Clavijo, la Ley del Suelo, el protocolo de un gobierno sin argumentos y el cambio climático - por Federico Aguilera Klink, catedrático de Economía Aplicada en la ULL *

 

El Contexto

 

“Ocho de cada diez personas piensan que en España, las leyes están hechas para proteger a los poderosos. El dato -reflejado en el informe de Oxfam ‘Gobernar para las élites’- es tan poco edificante como descriptivo. Por un lado, refleja la imagen que 37 millones de españoles tienen de las leyes que rigen su convivencia; un sistema viciado donde unos pocos se enriquecen a costa de todos. Y por otro, señala una lectura todavía más peligrosa. La clase política española, esa amalgama de 80.000 representantes sufragada con dinero público, ha dejado su papel como protector de los más débiles para garantizar el enriquecimiento de aquellos que, cada vez, son más ricos”.

Daniel Montero. Clase política: cuando el guardián ensancha la brecha. 2014

 

El caso de Canarias

En el año 1993, un grupo de profesores de la Universidad de La Laguna publicamos el libro titulado “Canarias, economía, ecología y medio ambiente” que finalizaba con el siguiente párrafo:

“En cualquier caso,…, la idea central que proponemos se debería materializar en un replanteamiento del estilo de vida que sea compatible con una noción de isla diferente de la actual, la cual se parece más a un inmenso garaje o a un solar o parcela que espera impaciente su urbanización”.

Después de asistir al debate organizado por la ULL sobre el actual proyecto de la Ley del suelo, tengo la impresión (a pesar de que apenas se profundizó en las cuestiones clave pues no es posible debatir de verdad sobre un texto tan amplio y complejo con 6 personas y poco tiempo) de que seguimos en 1993, pero con un territorio mucho más deteriorado (y además en un contexto de cambio climático agravado), ya que lo que parece que se está proponiendo es una ‘racionalización’ del uso del suelo en nombre de una obsoleta noción de ‘desarrollo sostenible’ cuyo objetivo es permitir la continuidad de las mismas actividades económicas y estilos de vida que impiden un mínimo desarrollo sostenible y que se amparan en la excusa de que hay inversiones importantes que van a crear empleo. Y claro, ¿Quién se puede oponer a crear empleo aunque luego no sea cierto que se cree dicho empleo?

El problema, tal y como ya ocurrió con el Puerto de Granadilla y otras infraestructuras, consiste en que cuando el Gobierno se va quedando sin argumentos (que no los tiene porque son simplemente excusas) para dar vía libre a inversiones innecesarias, habitualmente financiadas con fondos públicos, para que las empresas constructoras tengan ‘trabajo’ y ‘creen empleo’, o financiadas con deuda pública con cargo a las dotaciones RIC que no encuentran destino (o incluso con fondos privados) se pasa a aplicar el “Protocolo” de descalificación de los que cuestionan las obras, leyes y similares.

En el caso de la Ley del suelo, hace ya unos días que Clavijo empezó a usar el Protocolo insistiendo en dos cuestiones, la inversión va a crear mucho empleo y cuidado con los del no a todo.

1.Según Clavijo, hay 1.000 millones de euros para invertir que van a crear 15.000 empleos. Me sorprende que sólo haya dicho que se van a crear 15.000 empleos. Sus colegas de partido lo mínimo que prometían, hace unos años,  era el pleno empleo y punto. Recuerdo que fue Ricardo Melchior el que afirmó en 2004 que la construcción de infraestructuras traería el pleno empleo. “El presidente del Cabildo insular, Ricardo Melchior, que intervino a continuación del titular de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Luis Suárez, compartió su convicción de que "la Isla necesita las dársenas del puerto de Santa Cruz y la de Granadilla". Para Melchior, "puertos y aeropuertos son vitales para el desarrollo sostenido de la Isla", que "con el cierre del anillo insular logrará el pleno empleo".

 http://web.eldia.es/2004-06-29/actualidad/actualidad0.htm

En cualquier caso, el Presidente del Gobierno debería saber, y de hecho lo sabe, que nunca se va a crear el suficiente empleo para acabar con el paro actual por mucho que insista en ello. Es más, según Pablo Elorduy, el Plan Juncker con una inversión de 640 millones de euros apenas ha conseguido crear en España 5.000 empleos, 3.000 de ellos temporales. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=212975 Así es que crear 15.000 empleos con 1.000 millones de euros es muy poco realista y además no se sabe en qué tipo de actividades ni con qué costes sociales.

2.Para Clavijo, ya están otra vez ‘los del no a todo’. En la época de Paulino Rivero se apoyaron desde el Gobierno las manifestaciones públicas contra las prospecciones petrolíferas, mientras se descalificaban las que se organizaban contra la construcción del Puerto de Granadilla, pero todavía no han empezado a descalificar las posibles manifestaciones contra la Ley del suelo, es decir, estamos por ahora en la fase de descalificación genérica de ‘los del no a todo’. Tiempo al tiempo.

Pero la realidad es tozuda y obvia. De esta situación tan injusta, con tanta desigualdad y tanto paro no se sale con una Ley del suelo que permita aumentar el crecimiento económico y que deteriore más el territorio de Canarias sino, al contrario, empezando a cambiar la lógica económica de más crecimiento. Hace unas semanas, Clavijo culpaba al capitalismo y no a la RIC de las desigualdades sociales en Canarias (12.04.2016). Claro, él no tiene nada que ver con un gobierno que gobierna para las élites empresariales, ni con un capitalismo que mantiene la RIC y que según la AEAT, la Agencia Tributaria, desde 1994 ha dotado unos 30.000 millones de euros sin que se sepa en qué se han gastado. Así es que la RIC, que es un mecanismo injusto fiscalmente y que amplía las desigualdades no tiene nada que ver con él, con Clavijo. Hay que crecer más en términos de PIB para crear empleo precario y con bajos salarios y, sobre todo, para hacer grandes negocios sin pagar impuestos. El medio ambiente es un adorno.

Y sin embargo, si el Gobierno derogase la RIC para que los empresarios pagaran los impuestos que les corresponden (que tampoco son muchos y que habría que aumentarlos, sobre todo si son grandes empresarios) en lugar de dotar la RIC, podría haber más dinero para prestaciones sociales, desempleo y, en definitiva, para dotar una Renta Básica que es una medida inevitable, necesaria y factible. No se puede seguir engañando a la gente con la ilusión de que van a tener empleo si crecemos más, es una ficción.

Por otro lado y de acuerdo con el Informe de Oxfam titulado ‘La ilusión fiscal’, publicado en 2015, “Según la AEAT, el tipo efectivo que pagaron las grandes empresas en 2013 fue de 5,3% mientras que el de las PYMES fue el del 16%. Si la presión fiscal efectiva de las grandes empresas hubiera sido al menos como la de las PYMES, podrían haberse recaudado 8.227 millones de euros adicionales, el equivalente a la inversión pública para la escolarización de 1.103.998 alumnas y alumnos”. Es más, “Entre 2007 y 2014  la recaudación  en el Impuesto de Sociedades ha caído un 56,3%, lo que ha supuesto una pérdida de ingresos de 25.234 millones de euros en la recaudación de 2014, una cantidad que permitiría duplicar las dotaciones para prestaciones por desempleo asignadas en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para este 2015”. Sin embargo la recaudación por IRPF ha aumentado en un 1.10 %, según la misma fuente. En otras palabras el Estado del Bienestar del que los grandes empresarios tanto se quejan, no está financiado por ellos sino por los ciudadanos de a pie y, en menor medida, por las PYMES, que son las que, además, generan más empleo.

Pero además, hay un aspecto fundamental que deja de lado esa ficción que orienta la Ley del suelo basada en un ‘crecimiento económico sostenible’, y es el problema del cambio climático y la dependencia que tiene la economía del medio ambiente. Parece claro que se están tomando muy pocas medidas relevantes para frenarlo y que la situación es casi irreversible por lo que lo razonable sería empezar a tomar medidas ‘racionales’ para tratar de evitar daños muy graves en lugar de seguir creciendo como si no pasara nada, es decir, tendríamos que empezar a prepararnos para crear estructuras institucionales y económicas que atiendan a lo que se nos viene encima. No se olvide que el turismo puede ser la primera actividad que empiece a disminuir, por mucho que se hable de ecoturismo y cosas por el estilo, con un cambio climático que ya ha provocado la subida de 2 grados de temperatura, con unas implicaciones cada vez más inesperadas y con unos cénits de los recursos naturales cada vez más próximos. Ferrán Vilar habla ya de ‘Estado de alarma climática’ precisamente por esa subida de la temperatura.

Por otro lado, la Cumbre de París ha sido un fracaso anunciado y trabajado por sus principales organizadores y financiadores que son un potente grupo de multinacionales. Parafraseando al libro de Noemi Klein, ‘Esto lo cambia todo. Capitalismo contra el clima’, pero al revés, Clive Spash, antiguo profesor de Economía en Cambridge y actualmente en la Universidad de Viena, ha escrito un lúcido artículo titulado ‘Esto no cambia nada: el acuerdo de Paris para ignorar la realidad’. Y en eso estamos, ignorando la realidad gracias a los engaños de multinacionales, políticos y medios de comunicación que configuran un cóctel realmente letal para la supervivencia humana. ¿Cuándo lo tomaremos en serio? Posiblemente cuando la interacción y aceleración de los impactos cuestione nuestra complacencia aunque quizás nos encontremos entonces con la incapacidad de tomar medidas relevantes.

Más aún, en un reciente artículo publicado en Marzo de este año por Bill McKibben, se afirma. “El calentamiento global es algo diferente del ruidoso debate político que encontramos en la superficie del planeta. En realidad, sucede mediante constantes y silenciosas interacciones que se dan en la atmósfera, donde las estructuras moleculares de ciertos gases atrapan el calor que, de lo contrario, se propagarían hacia el espacio exterior. Si no se analiza correctamente el proceso químico, no importará cuántos acuerdos históricos sobre el cambio climático se firmen o cuántos discursos se den; y parece que, en los Estados Unidos, estos procesos químicos se han entendido de manera errónea. Verdaderamente errónea”. El error consiste en prestar atención al CO2 pero ignorar o minimizar las emisiones de metano y sus implicaciones para el calentamiento global. Lo que ocurre es que en Marzo de 2016, “Investigadores de Harvard publicaron un estudio revolucionario en la revista científica Geophysical Research Letters. Tras analizar datos obtenidos vía satélite y realizar observaciones sobre el terreno, llegaron a la conclusión de que en Estados Unidos se están vertiendo cantidades masivas de metano. Entre 2002 y 2014, los datos muestran que las emisiones de metano en el país norteamericano aumentaron más de un 30 %, lo cual explica entre el 30 % y el 60 % del enorme repunte de las emisiones de metano observado en toda la atmósfera terrestre”. Su origen se encuentra en los procesos de fracking. Pero además se empieza a conocer mejor el poder calorífico del metano. Así, “Las viejas concepciones químicas de la Agencia de Protección Ambiental (EPA)… asignaban al metano un poder calorífico entre 28 y 36 veces mayor que el del dióxido de carbono, mientras que una cifra más exacta sería entre 86 y 105 veces mayor que la potencia del CO2, durante las próximas dos décadas”. La conclusión es clara, “necesitamos poner fin a la evolución de la industria del fracking, tanto en los EE.UU. como en el resto del mundo. Incluso siendo optimistas con las posibles correcciones de fugas, las emisiones de metano continuarán aumentando si no paramos este nuevo método de extracción de combustibles fósiles”.

http://www.sinpermiso.info/textos/avances-de-las-investigaciones-quimicas-en-relacion-al-calentamiento-global-revelan-un-futuro

Al mismo tiempo, un Informe publicado en Abril de este año por Tim Jackson y Robin Webster, para el grupo parlamentario inglés All-Party Parliamentary Group (APPG),  titulado ‘Límites revisitados. Una revisión del debate sobre los límites del crecimiento’, señala que podemos encontramos a sólo unas décadas del cénit de los principales recursos naturales y que sólo cuatro de los doce escenarios modelizados evitarían el colapso siempre que se combinase la estabilización de la población humana con la  disminución de la producción industrial por persona así como la incorporación de soluciones tecnológicas como el reciclaje de recursos y el control de la contaminación.

Por estas razones, Ferrán Puig, en uno de sus espléndidos trabajos sobre el cambio climático, también de 2016, titulado ‘El cambio climático: propuestas desde la sociedad civil tras la cumbre de Paris’, http://www.ceipaz.org/images/contenido/2.FerranPuig-AnuarioCEIPAZ.pdf#sthash.82jnRpIL.dpuf   y tras mostrar la gravedad de la situación actual así como los malentendidos sobre disminución de emisiones y aumento de temperaturas en el planeta recuerda que los científicos serios reconocen la imposibilidad de más crecimiento económico y menos emisiones. Concretamente:

“Recordemos las palabras no desmentidas de Kevin Anderson y Alice Bows, del Tyndall Centre for Climate Change Research de la Universidad de Manchester, quienes, tras denunciar el abismo entre la ciencia del cambio climático y la hegemonía del economicismo, señalaban en 2012: ‘Fuera de micrófono y a pesar de las concesiones al ‘crecimiento verde’ pocos, o ningún científico que trabaje en cambio climático, estaría en desacuerdo con el amplio alcance de esta conclusión [que los compromisos de reducción de emisiones son incompatibles con el crecimiento económico]. El elefante en la habitación permanece impasible, mientras la aquiescencia colectiva y la disonancia cognitiva bloquean a todo aquél que se atreva a plantear las preguntas difíciles.” [corchetes añadidos] Insiste Anderson en 2015 en relación a la dualidad de los científicos del clima: “Ocurre simplemente que nosotros los científicos no estamos preparados para aceptar las revolucionarias implicaciones de nuestros propios hallazgos, e incluso cuando lo conseguimos somos reticentes a proclamar estos pensamientos abiertamente. En cambio, mi longeva implicación con muchos colegas científicos hace que no tenga ninguna duda de que, aun cuando trabajan con diligencia, muchos eligen al final censurar su propia investigación.” [énfasis añadido]”.

Actualmente resulta complicado plantearse en la universidad algunas preguntas relevantes, te acusan de alarmista o te miran como si fueras un iluminado sin base empírica y nada científico. No es nada nuevo, siempre ha sido así, atreverse a cambiar las preguntas cuestiona una gran parte del trabajo académico que se hace y crea incomodidad aunque precisamente cambiar las preguntas debería ser la base del trabajo de investigación, tal y como sugiere el principio de precaución, sobre todo en cuestiones complejas como la ambiental. Pero si lo haces puedes quedar fuera de las publicaciones más académicas por lo que, con frecuencia, hay que optar por la relevancia social frente a la relevancia académica y muchos investigadores jóvenes saben que esto puede suponer la cancelación de sus contratos por la ‘falta de calidad’ de su investigación.

Pero la situación es tan ‘alarmante’ que Ferrán “no cree que exista, otra respuesta global a problema tan global y acuciante que la Declaración del estado de emergencia mundial. Coincide así con Luis González Reyes quien, desde una posición de veterana militancia ecologista, realizaba hace poco este mismo llamamiento. Estado de emergencia tal que, una vez garantizados unos mínimos alimenticios y sanitarios para todos los habitantes de la Tierra, eso signifique la detención total de los movimientos exotérmicos distintos de los que sean estrictamente necesarios para garantizar dicha subsistencia, la canalización de información veraz y la seguridad no agresiva… En definitiva, para conseguir un nivel de acuerdo que permita cierta cohesión en los objetivos generales hay que reducir, como hemos visto, la desigualdad de forma drástica a nivel mundial”.

Y volvemos al principio, el capitalismo no es un sistema autónomo, ajeno a los políticos y a la política. Las desigualdades las legitiman los gobiernos y los parlamentos aunque se consideren democráticamente elegidos…. Recordar esto parece de risa pues, al contrario, no hay capitalismo sin gobiernos, ni parlamentos a su servicio, sin personas convenientemente educadas para ser obedientes consumidores. La mayoría de los presidentes y ministros de un gobierno sabe bien quién le ha puesto y a quién se debe. Por aquí comienza el cambio, por la capacidad de comprender, de ver y de actuar de las personas de manera independiente.

Pero en Canarias el gobierno sigue insistiendo en más crecimiento y más gas como energía de transición, es decir, para obstaculizar a las renovables, y una ley del suelo que permita invertir más y más. Menos mal que frente a la propaganda de proyectos como el de La Gorona del viento, (Central Hidroeólica del Hierro, CHE) que ‘permitiría’ que ‘El Hierro se independizara del petróleo’, dos de los ingenieros que han participado en la realización de ese proyecto, Sergio González y Juan Lorenzo, han explicado de manera clara y honesta las posibilidades reales del mismo en un artículo que todo el mundo debería de leer y del que destaco este párrafo, “No hay ningún documento escrito que indique que la producción de la nueva central renovable fuera a sustituir más allá del 70 % de la energía eléctrica consumida en la isla. Sin embargo, debido a la estacionalidad del régimen de vientos en la isla, la mejor estimación de producción de la CHE no supera el 55 % de la demanda, sin entrar en ninguna otra restricción técnica para garantizar la seguridad del sistema eléctrico insular. ¿Qué queremos decir con esto? Que la máxima producción teórica de la CHE sería de unos 24.000 MWh al año, lo que equivaldría al 13,6% del consumo energético de la isla, porcentaje que, con una estimación incluso de 8 MWh adicionales por el coche eléctrico, alcanzaría un tope de un 15,5% de renovables. Nos podemos preguntar qué pasa con el resto. La respuesta es que seguiremos abasteciéndonos de fuentes derivadas del petróleo”.

http://www.diarioelhierro.es/t26496/pag02.asp?Id_registro=151989&BDi=INICIO&Id=26496&Md=7

Termino con una cita de Daniel Yankelovitch que usa habitualmente Jorge Riechmann y que viene bien para contextualizar la situación en la que nos encontramos:

"El primer paso consiste en medir todo lo que se puede medir fácilmente. Eso es correcto. El segundo paso estriba en ignorar lo que no puede medirse, o darle un valor cuantitativo arbitrario. Eso es artificial y engañoso. El tercer paso consiste en suponer que lo que no se puede medir fácilmente en realidad no importa mucho. Eso es ceguera. El cuarto paso estriba en decir que lo que no puede medirse fácilmente no existe. Eso es el suicidio."

 

* En La casa de mi tía por gentileza de Federico Aguilera Klink