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viernes, 29 de marzo de 2024 00:12h.

¿Cómo se gestó y consolidó Vox?- por Antonio Aguado Suárez

 

FRASE AGUADO

¿Cómo se gestó y consolidó Vox?- por Antonio Aguado Suárez, coherente veterano militante socialista*

 

La gestación de Vox se produjo de forma natural y como consecuencia del desgajamiento del tronco (Partido Popular), que cobijaba a un número bastante considerable de ultraderechistas. Formando parte del PP y como herederos naturales de Fuerza Nueva y de su líder el fascista Blas Piñar.

La primera “puesta de largo” de Vox y donde ya dio un serio toque de atención, fue en las elecciones autonómicas de Andalucía del 2 de diciembre de 2018. Debido al hartazgo del electorado andaluz con tantos años (40 ininterrumpidamente) de gobiernos del PSOE, se produjo una baja participación de solo el 58,65 %, que afectó al resultado y configuración del Parlamento Andaluz.

Con la obtención de 33 diputados regionales el PSOE por primera vez, no podía formar gobierno aún teniendo los apoyos de Adelante Andalucía que obtuvo 17. Insuficientes con arreglo a los 26 del PP y 21 de Ciudadanos que pasaron a gobernar con el apoyo de los 12 de Vox, que consiguió un resultado sorprendente de 395.978 votos, el 10,97%.  

La situación que se produjo fue de lógica preocupación y para que no ocurriera lo de Andalucía, se materializó una alta movilización y participación del 76% en las elecciones generales del 28 de abril de 2019, sirviendo de contención en las pretensiones de Vox, que aspiraba a lograr un mejor resultado del que obtuvo de  2.664.325 votos, el 10,26% y 24 diputados. El temor que se vaticinaba de su preocupante ascenso al menos en esa ocasión se disipó.

El problema se originó cuando por no formarse gobierno, debido a las desavenencias para su configuración entre el PSOE (Pedro Sánchez) y Podemos (Pablo Iglesias), tuvimos que afrontar unas nuevas elecciones el 10 de noviembre de 2019, en las que a Vox más que “un balón de oxigeno”, se le dio la irresponsable oportunidad de obtener cerca de un millón de votos más, concretamente 3.640.063 el 15,09% y 52 diputados.

De ésta forma tan nefasta ha logrado su consolidación y lo malo, es que hay muchos factores a su favor, que de no combatirse con medidas y políticas concretas, que afecten satisfactoriamente a la mayoría social y sobre todo a las personas más humildes y desfavorecidas, éstas con sus descontentos podrían ser susceptibles de compartir y apoyar los discursos populistas y reaccionarios, que continuamente y con tácticas fascistas se vienen exponiendo desde Vox.

Una prueba de su expansión y consolidación, es la reciente moción de censura que pudo ponerle al Gobierno, como consecuencia de disponer del numero necesario (35) de diputados para hacerlo. Aunque se sabia no iba a prosperar, pero a Vox le ha servido como caja de resonancia, para llegar con su discurso populista e impactante a amplias capas de la población.

No importa los despropósitos y barbaridades que exponga, como por ejemplo manifestarse en contra del Estado de las autonomías y que de llegar al gobierno suprimiría a los partidos políticos nacionalistas. Cuando por ser una organización política fascista y totalitaria, deberían ser ellos los suprimidos ya que apoyándose en la democracia, pretenden revertirla y volvamos al represor régimen franquista.

Afortunadamente la moción de censura que presentaron al Gobierno PSOE-Unidas Podemos, no prosperó y solo obtuvieron los 52 votos de su propio grupo y el resto de los votos un total de 298 fueron todos negativos. Esto no debería hacer bajar la guardia en contra de la intransigencia, el odio  y la crispación que sistemáticamente viene practicando Vox. Todo lo contrario, debería servir de ejemplo y revulsivo, para empezando por el Parlamento Español, debatir y aprobar su disolución y posteriormente llevar esa misma medida al Parlamento Europeo, donde también se debería tener en consideración a otros grupos fascistas de diversos países, que cada vez más están sembrando y llevando a la practica comportamientos graves de confrontación, tratando de menoscabar a las instituciones europeas, en las que no creen y de poder las disolverían.

Desde posiciones ideológicas de izquierda el mejor antídoto contra el fascismo, es dotarnos de mayor libertad y justicia social. Para socavarles se hace necesario profundizar en el Estado del Bienestar y en ese sentido, procede derogar la reforma laboral, que sigue siendo un instrumento que obra en contra de la clase trabajadora. Se hace imprescindible que el acceso al IMV (Ingreso Mínimo Vital) se agilice para que, sin dilación lo reciba las 850.000 familias (2,3 millones de personas) que se preveían y es que, desde su aprobación el pasado 10 de junio y hasta ahora, sólo lo han recibido el 9 por ciento de la población que tiene derecho.

Las leyes mordaza (Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana) y Wert o LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) igualmente deberían ser derogadas, pues es evidente los daños que han venido causando, en derechos fundamentales como la libertad de expresión y la discriminación y arbitrariedad con la enseñanza pública respectivamente.

Dotarnos de una banca publica que nos evite seguir siendo extorsionados por la banca privada y renacionalizar servicios esenciales como el energético. Lo mismo con el agua de abasto que igualmente, para acabar con su especulación debería ser remunicipalizada.  Disponer de un parque de viviendas sociales suficientes, para cubrir la demanda existente y que nadie pueda ser desalojado o desahuciado, sino tiene con garantía una alternativa habitacional.

Adoptar medidas para mejorar los servicios públicos, fundamentalmente la sanidad y los servicios socio sanitarios, que como se ha podido comprobar con graves repercusiones, están siendo deliberadamente mermados y privatizados. Las referidas medidas tan necesarias no las comparte Vox y por su gran importancia e incidencia, en grandes capas de la población a las que van dirigidas, éstas podrían alejarse de su mensaje populista y embaucador.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Antonio Aguado Suárez 

ANTONIO AGUADO RESEÑA

MANCHETA 21