Buscar
sábado, 20 de abril de 2024 00:57h.

Conspiraciones espiatorias y judiciales - por Nicolás Guerra Aguiar

  A veces, estimado lector, uno se levanta en la del alba, echa un vistazo a periódicos, se entera de algunos acontecimientos (nos ocultan otros) y llega a la confirmación de que este mundo necesita unas cuantas sesiones psiquiátricas...

Conspiraciones espiatorias y judiciales - por Nicolás Guerra Aguiar

  A veces, estimado lector, uno se levanta en la del alba, echa un vistazo a periódicos, se entera de algunos acontecimientos (nos ocultan otros) y llega a la confirmación de que este mundo necesita unas cuantas sesiones psiquiátricas. Así, el caso de Egipto: los militares secuestran al primer presidente democrático y suspenden la Constitución. Y colocan al frente del Estado precisamente a quien debía velar por el cumplimiento riguroso de la misma: el presidente del Tribunal Constitucional. Y el Premio Nobel de la Paz, señor El Baradei, es propuesto como primer ministro interino, cargo que no pudo lograr en las urnas y nombramiento al que se niega una de las partes colaboracionsistas.

   Un Ejército, recordemos, que hasta la caída de Mubarak repelió con la fuerza las manifestaciones populares y fortaleció la dictadura con los mismos mandos que ahora se convierten en garantes de la democracia. El presidente impuesto por el Ejército jura respetar la Constitución y la Ley, pero disuelve la Cámara Alta del Parlamento, democráticamente elegida. Habrá que cambiar las reglas: derrocar y hacer prisionero a un presidente elegido en las urnas será constitucional, Europa lo bendice. Además, los Hermanos Musulmanes serán llevados a campos de concentración: once millones de votos son un disparate. (Pero en pureza democrática no se les puede marginar. Ese poder solo lo tiene el pueblo.)

  Y ya de paso, si vamos a reclamar rigor democrático, miremos hacia dentro: en Canarias no gobernó el partido más votado en 2007 (PSOE) ni el PP en 2011, vencedor en las urnas. En puridad, pues, tanto la alianza CC-PP (2007) en contra del señor López Aguilar como el pacto CC-PSOE (2011) para dejar fuera al señor Soria López, ¿no son acaso suaves golpes de Estado frente a la mayoritaria voluntad popular? Y solo de pasada: ¿dónde están representados en el Parlamento de Canarias los casi cien mil votantes que eligieron otras opciones políticas?

 Por otra parte, el también Premio Nobel de la Paz, señor Obama (¡qué aciertos los de Estocolmo!), no solo no cierra la cárcel de Guantánamo –flagrante atentado a los elementales Derechos Humanos- sino que ordena bombardeos con aviones no tripulados, como en Pakistán: casi cien personas asesinadas en seis meses. Y en nombre de la seguridad nacional espía a todo bicho viviente que se mueva, aunque sea amigo de tenderetes. Algo así lo habían adelantado en su país, años 50: todo sospechoso de ideas comunistas se convirtió en enemigo, aunque fuera angelical. Por tanto, la maquinaria legal llevó al ostracismo a muchos intelectuales acusados con pruebas inventadas por la misma policía.

  Y misiones extranjeras, oficinas -Comisión Europea en Washington, las de Europa en Naciones Unidas-, embajadas de países amigos –Corea del Sur, Japón, Italia…- son violadas en su intimidad a través del espionaje de organismos oficiales norteamericanos, siempre con la excusa de la seguridad nacional, como si también Inglaterra, Alemania, Grecia o Francia subvencionaran y entrenaran en sus territorios a guerrilleros para sembrar el terror y la muerte en ciudades norteamericanas.

  Por esta razón, porque gracias a él lo sabemos, EE UU considera al joven Edward Snowden como traidor a su patria,  renegado ciudadano que en vez de ascender con el poder de su inteligencia y su capacidad de conocimientos técnicos denuncia cómo funciona el país defensor de la libertad. Un joven que cree en las instituciones, en el sistema democrático, en el respeto a las ideas, a la privacidad, es un hipotético enemigo. Por tanto, si además da a conocer que el señor Obama autoriza escuchas y espionajes a amigos u organismos y contraviene todas las disposiciones legales de países civilizados, doble prisión para él. Y si los afectados por las escuchas denunciaran ante Cortes Supremas y Naciones Unidas y estas las admitieran a trámite, estoy seguro de que EE UU llevaría a cabo hábiles campañas en las que hablaría de confabulaciones y conspiraciones contra la libertad de su país.

 Porque resulta coñón aquello de que se cree en las instituciones judiciales siempre que perjudiquen al contrario, tal es el caso de los partidos políticos españoles. Mientras se investiga o imputa a otros, las reacciones son contundentes: “Máximo respeto a la Justicia, dejémosla actuar”; “Alguna base habrá”; “Hemos de acatar sus fallos”. Pero si los investigados o encausados son ellos, la cosa cambia y, sobre la marcha, los buenos procedimientos se vuelven sospechosos e, incluso, empiezan a hablar de supuestas conspiraciones judiciales.

  Así, el PSOE acusó al PP de recurrir a la teoría de la conspiración para disimular la supuesta corrupción de los casos Gürtel, Bárcenas. Porque también se llegó a afirmar (señor PPFloriano) que "alguien podría tener la impresión de que lo que hay abierto no es un procedimiento judicial, sino una causa general contra el PP y sus dirigentes". Vale, señor. Pero es que cuando se trata de lo contrario (el supuesto es el PSOE de Andalucía) el principio de acción-reacción es inmediato, así actúa el señor PSOEJáuregui: "Estoy diciendo que es chocante cómo los autos de la jueza Alaya coinciden siempre con hechos políticos relevantes para los socialistas andaluces". Y los señores de Convergencia, con más de lo mismo: el hijo del señor Pujol, el de las ITV, es más inocente que el 28 de diciembre, confabulaciones del Estado contra nuestra soberanía.

  Por tanto, una de tres: aquí no ha pasado nada de nada con las ITV, Gürtel y ERES y todo son cortinas de humo, inconsistentes y, por tanto, confundidoras pistas; no hay fundamentaciones jurídicas para las imputaciones. Dos: los señores fiscales, jueces y policías que investigan no están a las alturas intelectuales y profesionales que se exigen. Tres: los políticos imputados son unos santos que por cumplir con su deber se han visto enredados en marañas de humanos. Eso les ha pasado por tender sus manos a los mortales. Lección aprendida. (Mientras, la ciudadanía permanece aparradita, enguirrada, es lo más cómodo.)

También en:

http://canarias-semanal.org/not/9340/conspiraciones_espiatorias_y_judiciales

http://www.teldeactualidad.com/articulo/opinion/2013/07/09/8788.html

http://www.canarias7.es/articulo.cfm?Id=306036

http://www.infonortedigital.com/portada/component/content/article/15-opiniones/23727-conspiraciones-espiatorias-y-judiciales