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viernes, 29 de marzo de 2024 00:12h.

Cooperar para devolver la democracia y la decencia - por Enric Morera

Artículo publicado en LEVANTE-EMV, original en valenciano.

Cooperar para devolver la democracia y la decencia - por Enric Morera, portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas

Desde la aprobación de la reforma del artículo 135 de la CE pactada por PP y PSOE en 2011, las instituciones que elige la ciudadanía han perdido buena parte de su legitimidad y capacidad para decidir sobre sus presupuestos. Así, han nacido un conjunto de normas subsidiarias de ese acuerdo, que son dictadas y modificadas por personas y grupos que no son elegidos democráticamente, que sirven como justificación legal para efectuar los recortes en protección social e impedir la redistribución de la riqueza . El número de ciudadanos que rechazan esas políticas aumenta y crece bajo la percepción de que los partidos que las aplican son corruptos, sean de izquierdas o de derechas. La ciudadanía, no sin razón, considera que el sistema les ha defraudado, ha truncado sus aspiraciones vitales y desprecia a quienes defienden su vigencia tal como está concebido. Nace un nuevo paradigma que asocia crisis económica con corrupción, que rechaza a los políticos sumisos a los dictados de la troika y también a los partidos que los soportan institucionalmente.

Puesto en práctica el acuerdo para pagar primero la deuda pública y sus intereses por delante de cualquier otra necesidad, asistimos al fracaso de la reforma política iniciada en 1978 con la reinstauración de la democracia. En nuestro país se ha robado desde los bancos o cajas a los ciudadanos y nadie va a la cárcel ni devuelve el dinero, se inyectan fondos públicos para su rescate y no cesan los desahucios con una ley declarada ilegal por los tribunales de Europa. Es una descripción objetiva. También lo es que hay agentes económicos, que con puertas giratorias o fomentando la corrupción, han hipotecado nuestro futuro con blindajes de todo tipo para sus negocios. Autopistas, bancos, eléctricas, contratos de larga duración por los servicios públicos ...

Así las cosas, la ciudadanía ha dado un paso adelante, que compartimos, para hacer más fuerte la democracia, recuperar la decencia en la gestión pública y participar directamente en todas las cuestiones que pueden afectar sus vidas. Y esto empieza por el proceso de toma de decisiones, de los datos y circunstancias que confluyen para tomarlas. Construir las leyes y normas a la vista de todos de forma transparente entre la ciudadanía y los gobiernos. Y lo que vale para las instituciones se debe empezar a aplicar en el seno de los partidos para que no acaben desapareciendo como instrumento para agrupar electores con valores compartidos. Hay un claro mandato social para empezar de nuevo.

Nuestro proyecto, Compromís, ha sido y es construir una plataforma ciudadana donde cualquier vecino o vecina se puede apuntar, en su pueblo o en su barrio, para elegir a sus representantes o ser elegido para ejercer esa función, participar en las políticas a proponer o en la campaña para conseguir unos objetivos comunes que es el programa a defender en las instituciones. Somos una cooperativa de representación política: adhesión abierta y voluntaria, control democrático de los miembros, participación económica de cada uno de acuerdo a sus posibilidades, autonomía e independencia sin responder a intereses externos, transparencia total y un programa en permanente construcción que tiene como base primera la defensa de los derechos humanos. Porque no estamos haciendo política únicamente para derrotar al PP, estamos para transformar un sistema que es injusto con las personas.

La crisis económica, del sistema de representación o sobre el modelo territorial ha abierto una posibilidad real para construir esa plataforma electoral plural, que Compromís empezó en 2011. Un plataforma que no debe tener más propietario que las personas que la apoyen y  sus decisiones democráticas. Una opción para liderar una nueva ruptura democrática que nos debe llevar a recuperar el derecho de las personas y de los pueblos a decidir su futuro con plena libertad. Un opción plural para diseñar la política que debe traducirse también en los mecanismos de representación. Si tenemos claro los objetivos, construiremos la alternativa de forma transparente y participativa, sin ningún miedo.

Hablamos de una plataforma electoral autonómica para ganar las elecciones de mayo de 2015. La realidad nos dice que en las Cortes Valencianas se decide cómo se gastan miles de millones de euros y las políticas sociales. Es aquí donde queremos actuar en favor de los que están pagando la crisis, desde donde hay capacidad de verdad, con una fórmula cooperativa. Liderando un nuevo gobierno desde una mayoría otorgada por las urnas. No es ninguna quimera y la demoscopia lo confirma certificando un nuevo espacio electoral emergente unido para la defensa de los derechos humanos, la decencia en la gestión pública y la democracia. Porque si no somos mayoría electoral, volverán a pactar PP y PSOE, como siempre, reformas estéticas para un sistema que no aprovecha. O en el peor de los casos, si jugamos mal, puede que el PP como fuerza más votada continúe al frente de la Generalitat.

El valencianismo de construcción, que fue uno de los elementos más potentes para devolver la democracia durante la dictadura y de modernización del país durante el último cuarto del siglo XX, tiene que dar ahora un paso para ser protagonista. Compromís nació como ese instrumento útil para levantar un orden nuevo a favor de las personas, para rescatar personas. Nos hemos plantado y hemos dicho que no vamos a pagar la deuda que se ha generado por un crisis que no han creado las personas normales. Que no la pagaremos con el futuro de nuestros jóvenes. Que ya está bien de rescates bancarios y economía sin democracia. Hay una mayoría social que nos espera y nos lo pide. No la defraudemos.