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jueves, 28 de marzo de 2024 09:57h.

Cuando la soberbia y la arrogancia se apoderan de las instituciones - por Isidro Santana León

isidro santana leónCuando la soberbia y la arrogancia se apoderan de las instituciones, es igual que si llegara el fascismo al gobierno.

Cuando la soberbia y la arrogancia se apoderan de las instituciones, es igual que si llegara el fascismo al gobierno.

Para hacer honor a la verdad, he de confesar que siempre sentí un especial afecto por el grupo político Roque Aguayro –el mismo que sentía por quien fuera alcalde de Agüimes durante tantos años, Antonio Morález–, al observar el bien hacer en su municipio. Sin embargo, creo que la gente se contagia o trasforma desde que pisa alfombras rojas, bien porque se ve condicionada por los grupos de presión o por otros políticos que llevan toda la vida moviéndose en el meollo colonial –como es el caso del ínclito Román Rodríguez–, llegando a convertirse en personajes autoritarios y ajenos al sentimiento del pueblo. Desde un principio me pareció un engendro el pacto entre Roque Aguayro, NC y los trepas que oportunistamente entraron en PODEMOS para ir juntos al Cabildo, notándose tempranamente una similitud en la forma de proceder con el partido que antes gobernaba dicha institución, el PP. Paradójicamente, siendo el PP un partido de derechas, no se atrevió a matar el ganado guanil que le instaba los ecolojetas que ahora están embarcados en PODEMOS, al notar la reacción adversa de la sociedad canaria con este acto despreciable, necrófilo y asesino que se pretende materializar por segunda vez.

Queda al descubierto que cuando el dinero suena la ambición toca el clímax de la amoralidad y si hay que matar se mata, mas,  quienes no dudan en aniquilar animales tampoco les temblará la mano si en algún momento lo tuvieran que hacer con personas. Dinero, dinero, dinero de Europa para comprar voluntades; subvenciones coloniales para parchear la colonia e impedir su desarrollo y mantenernos en la dependencia. Proyectos innecesarios que se elaboran para mendigar partidas, de cuyas cantidades siempre se “pierde” algo por el camino.

Alega un ecolojeta de PODEMOS, metido a consejero del cabildo de Gran canaria, un tal Juan Manuel Brito, que “la erradicación del ganado salvaje es una medida ecologista”… Yo me pregunto que cómo se podría llamar a la medida de aniquilar animales… La argucia que intentan infundir es que el ganado guanil se come los pinos que se “reforestan” con las partidas europeas, además de la flora endémica… ¡Mentira!

Hay que hacer saber a nuestro pueblo, que no existe tal reforestación sino forestación, además en lugares donde nunca hubo pinos como es los altos de Gugüi. Por otra parte, este ganado guanil lleva miles de años en nuestra isla –vino con nuestros antepasados– sin que la flora endémica se haya extinguido por su culpa, como tampoco la ha extinguidos los incendios ocasionados por la mano del hombre, según estudios y aseveraciones de biólogos y botánicos: nuestra flora renace hasta de las cenizas. Mientras gran parte nuestro pueblo sufre una situación paupérrima, estos del Cabildo dilapidan el dinero en oficios innecesarios, como es sufragar los gastos de los matarifes que traen de España para darse gusto con el arte de matar: lo llevan en los genes.

En favor del nuestra fauna guanil, hay que decir que estas cabras tienen un alto valor genético, útil para mezclar y favorecer la cabaña caprina canaria, motivo por el que debieran estar protegidas. Estas cabras son las autoras de limpiar el sotobosque de maleza, haciendo de cortafuego contra los incendios. No obstante, la decisión de la nueva casta del Cabildo parece inamovible, no consideran las peticiones del pueblo ni su sensibilidad con los animales, atisbándose una actitud de arrogancia y despotismo por parte del presidente del y su séquito. Ni por asomo se les ve la intención de buscar otra alternativa que la de matar para poner a salvo sus subvenciones, tales serían entregar las cabras a los pastores o que el Cabildo las recoja en goros y cree empleo para muchas personas.

Muy decididos y fanfarrones con las cabras guanilas, pero no se atreven con el hotel Oasis y otros que están metidos en el espacio natural de la Charca de Maspalomas, además de las tantas construcciones y carreteras que han arrasado por yacimientos arqueológicos y ecosistemas, sin importarle el medio, porque su medio son las subvenciones. Pues, si señor, los progres y cristianos se han vuelto reaccionarios y heréticos, dándole con la puerta en la cara al pueblo canario y destruyendo una especie de nuestro patrimonio como es el ganado guanil. Te lo recordaré toda la vida, Antonio, se te cayó la careta…; a los trepas que entraron en PODEMOS no les digo nada porque su naturaleza es acabar en cualquier partido y de cualquier color, ya que sé de dónde proceden, cuáles han sido siempre sus intenciones y a dónde van: son más de lo mismo. Creo… no, estoy seguro, que sólo logrando la independencia de Canarias se acabara con esta morralla colonial.

* Remitido para ser publicado en La casa de mi tía por Isidro Santana León