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viernes, 29 de marzo de 2024 00:12h.

¡Ya es que da asco! - por Isidro Santana León

 

isidro santana leónAl menos a mí me causa náuseas oír a los voceros del sistema colonialista español, desde los políticos manchados de sangre y corrupción hasta los plumíferos y tertulianos babosos y rastreros, distorsionando una realidad axiomática, inapelable, cuando hablan de estar en contra del Derecho de libre Determinación de los Pueblos.

¡Ya es que da asco! - por Isidro Santana León *

Al menos a mí me causa náuseas oír a los voceros del sistema colonialista español, desde los políticos manchados de sangre y corrupción hasta los plumíferos y tertulianos babosos y rastreros, distorsionando una realidad axiomática, inapelable, cuando hablan de estar en contra del Derecho de libre Determinación de los Pueblos.

Creo que es su labor lacayil –la de estos mercenarios de la palabra y la pluma–, aunque entran en una gran contradicción que casi nadie atisba, cuando dicen estar en contra de un derecho universal y de pueblo –un derecho, no lo olvidemos– y encima se jactan de demócratas.

El reino de España, para ser miembro de las Naciones Unidas tuvo que aceptar la Carta de la organización internacional, con todas sus consecuencias, y en ella se encuentra la resolución 1514 que explica,  de forma diáfana, este derecho de los pueblos a elegir su destino.

resolución 1514

Las constituciones de los Estados se tienen que supeditar al marco internacional y la constitución universal pero, sin embargo, el fascismo rancio y medieval de esa cosa que se llama España, cree que puede cumplir lo que le interesa –por ejemplo con Gibraltar– y saltarse lo que no.

Es curioso como los voceros del sistema cacarean el derecho de Escocia a la autodeterminación –después de que el Reino Unido optara democráticamente y mediante plebiscito por el Brexit–, pero lo que quieren para unos no lo asumen con los mismos parámetros.

No hay que olvidar que el sistema corrupto español ha reformado la constitución para mantener a un monarca que nadie ha elegido o también para fijar el techo de gastos y que así el pueblo pague el latrocinio de los banqueros y políticos corruptos, asuntos para los que no hicieron ninguna consulta popular sino que lo impusieron desde su dictadura parlamentaria. Al menos el Reino Unido, aunque sea un país capitalista, otorga el derecho de los pueblos a decidir cumpliendo con la legislación internacional vigente.

El Reino Unido no metió los tanques en Escocia ni se opuso, usando la propaganda más fullera y engañosa, que sí utiliza España, para influenciar sobre el pueblo británico, ni el pueblo británico vota en un plebiscito que es de competencia exclusiva de Escocia.

No hay que olvidar el referéndum que se hizo para si los españoles y canarios querían entrar en la OTAN, negándose Catalunya, Euskadi y Taknaria, oposición que no asumieron y mas, el asesino Felipe González Márquez, dijo sacar al Estado de la organización militar cuando estaba en la oposición, haciendo todo lo contrario cuando llegó al poder: metió al Estado en la médula de la OTAN.

Esta entelequia llamada España se debe de desintegrar lo antes posible, por el bien de los pueblos sujetos a ella por mor de las monarquías territorialistas de la época, y más porque es un Reino que nunca ha cumplido con su palabra, con unos precedentes negros de criminalidad contrastada y porque es un anacronismo que jamás le dará respuesta al pueblo sino beneficios a los tiranos y su laya.

Aunque no he hecho mención directa, el buen lector sabe que me refiero a Catalunya y en el caso de Canarias no nos vale ni el derecho de libre determinación sino la descolonización e independencia, por ser una nación ocupada por la fuerza de las armas con más de 500 años de sojuzgamiento, cuya solución natural, legítima y legal pasa, inexorablemente, porque España desocupe esta colonia en África y que el pueblo canario dirija soberanamente su destino.

Si los pueblos que están sujetos a la entelequia en contra de su voluntad y por imposición se segregaran de ésta, con total seguridad que podrían mantener relaciones comerciales, diplomáticas y bilaterales con las otras naciones que componía el vetusto Reino y, con total seguridad, la prosperidad en la que entrarían dichas naciones le daría una calidad de vida, social y a todos los niveles, que la propaganda oficial le nubla.

Con todo, apoyo el derecho de Catalunya a decidir y en el caso de mi ocupada nación, Taknaria (Canarias), exijo que España saque sus garras de nuestra patria ateniéndose al derecho internacional.

* En La casa de mi tía por gentileza de Isidro Santana León

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