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viernes, 29 de marzo de 2024 00:12h.

“Date cuenta, Albert” - por Mario Erre

 

manifestación orgullo

MARIO ERREEl pasado 1 de julio tuve el honor y placer de participar por enésima vez en la manifestación Estatal del Orgullo celebrada en Madrid en el marco incomparable e inolvidable del “World Pride 2017”, albergado en esta edición por la capital española.

 

“Date cuenta, Albert” - por Mario Erre, activista LGTBI y miembro de Podemos *

El pasado 1 de julio tuve el honor y placer de participar por enésima vez en la manifestación Estatal del Orgullo celebrada en Madrid en el marco incomparable e inolvidable del “World Pride 2017”, albergado en esta edición por la capital española.

Honor, placer, vocación y obligación multiplicadas por el hecho de haberlo hecho por tercer año consecutivo subido a la carroza, camión, autobús o como quieran llamarlo de mi partido, Podemos, y con mi gente. No les voy a aburrir o divertir contándoles lo que allí vivimos, que sería lo segundo mas que lo primero, dado que este tipo de encuentros entre lo político y lo lúdico suelen dar para bastante, todo sea dicho. Lo que pretendo hacer es una reflexión sobre la oportunidad y el oportunismo, lo conveniente y la conveniencia, entendida esta última en el peor de los sentidos. Y sí, una crítica mas negativa que positiva pero que intentará que sus destinatarios la entiendan como lo primero, por el bien de todas y todos y por el suyo propio en última instancia.

Cualquiera que, de verdad, conozca o haya asistido a esta manifestación, que no “cabalgata”, sabrá que esta es, como todo en la vida, algo similar al arriba mencionado paseo en carroza: compromiso y divertimento: luchar sin perder la sonrisa ni el buen humor, como se demuestra en ese año a año cada vez mas interminable desfile multitudinario que comienza encarándose alto y claro al sistema para ir poco a poco descarándose y transformándose en un festival de amor y color que tanto molesta a quienes no son capaces de comprender ni el amor porque viven odiando ni el color porque sus voces traslucen una vida vivida con desgana en blanco y negro, cuando no solamente en negro.

Este año, al igual que el anterior, el color político lo puso además de nuestro morado, las dos carrozas socialistas (la del PSOE y la de su marca europea, el PES) aportando con su rojo una, justo es reconocer, impecable historia reciente en la consecución de derechos para ciudadanos orgullolas personas LGTBIQ. También trató de ponerlo la carroza de Ciudadanos, con un cortejo que aportaba un naranja descolorido que traslucía un tufo al blanco y negro del que antes hablaba y que, una vez más, recibió un sonoro y merecido abucheo a su paso. Tan sonoro y tan merecido como el que recibió su líder, el bancario con ínfulas de banquero Rivera, mientras portaba la pancarta de la cabecera que exigía “Derechos para todo el mundo”, entendido ese mundo como personas y países a una misma vez.

ALBERT RIVERADeberían Albert Rivera y sus fans darse cuenta de ello y analizar el motivo en lugar de “sostenerla y no enmendarla” en el mejor estilo “El Rey desnudo”. Deberían él y sus ciudadanos devenidos en súbditos encerrarse y visualizar el vídeo de la manifestación hasta entender por qué a nosotros, sus por orden superior odiados perroflautas fuimos aplaudidos, por no decir ovacionados desde Atocha hasta Colón con muy contadas, súbditas y minoritarias excepciones mientras ellos, tan formalcitos y perfectos yernos y nueras, eran objeto de iras y burlas tan solo unos metros mas adelante.

Y si sus cerebros no alcanzan a comprenderlo por carencia de autocrítica o debido al alarmante estado de demolición en el que le están dejando los medios oficiales (y no esas “Demoliciones Iglesias” que es como esta gente, en una nueva demostración de humor cuñado y carente de ingenio, ha bautizado a Podemos) yo les voy a dar un par de pistas.

Querido Albert y queridos sus súbditos naranja: no se puede estar en misa y repicando. No se puede ser las estrellas de EsRadio y de la diversidad al mismo tiempo. No se puede apoyar las leyes de igualdad de la Comunidad de Madrid y no obligar a que las desarrolle e implante el gobierno de Cristina Cifuentes, gobierno que depende de vuestro apoyo para seguir robando. No se puede hacer una ley de gestación subrogada y decir que es altruista pero que al mismo tiempo la mujeres que serán víctimas de ella alquilen vientre y derechos disfrazándolo de “compensación por las molestias”. No se puede, por el mismo motivo, legislar para una inmensa minoría de G y meter en el saco a LTBIQ y G sobrante. No se puede desfilar montado en carricoche del brazo de una pandilla de insultones amargados interesadísimos en legislar contra las mujeres y contra el sentido común y que dicen “son nuestros hijos” cuando realmente lo que están pensando es “son nuestros negocios” porque casualmente algunos de ellos están relacionados con el nauseabundo emporio creado en torno a este desagradable asunto de los vientres de alquiler. No se puede llevar a un personaje tan casposo como vuestro diputado Félix Álvarez haciendo gestos de burla hacia los homosexuales tal y como se les debe de percibir en vuestro cerril y antiguo universo en blanco y negro justamente subido a una carroza en la manifestación del Orgullo. En definitiva: no se puede tratar a un colectivo discriminado con un discurso elaborado en las guaridas de quienes lo discriminan.

Cuando os deis cuenta de todo eso y de alguna otra cosa mas descubriréis lo agradable y lo bien que sienta a cuerpo y alma ver y, especialmente, escuchar como decenas o cientos de miles de personas te aplauden y te gritan que sí se puede.

Querido Albert, date cuenta.

* En La casa de mi tía por gentileza de Mario 'Erre' Rodríguez

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