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jueves, 25 de abril de 2024 23:07h.

Davos 2019 (III) Riesgo global - por Francisco Morote (2014)

 

FRASE MOROTE 3

Nota de Francisco Morote: A partir de este 21 de enero de 2019, un año más, se reúne en Davos, Suiza, el Foro Económico Mundial,  "cumbre de cumbres" del 1% más rico de la población mundial, de ese " puñado de individuos (que) posee la misma riqueza que la mitad de la humanidad", según el secretario general de la ONU, Antònio Guterres. De esa minoría, en palabras de Samuel Huntington, de la que dice: "tienen escasa necesidad de lealtades nacionales, consideran las fronteras nacionales como obstáculos que, por fortuna, están desapareciendo y creen que los Gobiernos nacionales son restos del pasado y que su única utilidad es la de facilitar (sus) actividades...". 

En suma, en Davos se reúne una vez más esa ególatra élite mundial capitalista que viene promoviendo desde hace décadas una globalización neoliberal al servicio de sus intereses financieros y empresariales. Esa élite para la que los derechos laborales y en el fondo los mismos derechos humanos son impedimentos inmerecedores de tomar en consideración.   

Con motivo, pues, de este "evento" ofrezco una serie con la recuperación de cinco artículos en los que desde una perspectiva altermundista hice la crítica del Foro Económico Mundial y del Homo Davosianus.

Davos 2019 (III) Riesgo global - por Francisco Morote (2014). Presidente honorario de Attac Canarias *

davos2014Terminó el cuadragésimo cuarto Foro Económico Mundial de Davos. Este año estuvo dedicado a analizar los 31 riesgos globales que según el estudio ” Riesgos globales 2014 “, elaborado por 700 expertos de todo el mundo, amenazan la economía internacional. De todos esos riesgos, según el estudio citado, el principal de ellos para la próxima década es la desigual distribución del ingreso, la creciente brecha entre los ricos y los pobres y la consiguiente agitación social. ” La insatisfacción puede llevar a la disolución del tejido social, especialmente si los jóvenes sienten que no tienen futuro”, sentenció Jennifer Blanke, economista jefa del Foro Económico Mundial.

Está bien que esos expertos del Foro Económico Mundial hayan identificado la brecha entre pobres y ricos como la principal amenaza  a la economía mundial en la próxima década, pero a mi juicio ese no es el riesgo global número uno. Para mi el riesgo global número uno, sin la menor duda, es la existencia de esa minoría de propietarios de la riqueza del mundo que se reúnen, precisamente, en el Foro Económico Mundial de Davos, y que lo hacen, no para reflexionar sobre los problemas globales, sino para consensuar el modo de concentrar aún más la riqueza del planeta en sus manos. Por si fuera poco, ellos son, además, la élite económica que hundió el mundo en la crisis de 2007 – 2008, como cuenta el periodista Andy Robinson en su libro ” Un reportero en la montaña mágica”. Ellos que representan tan solo al 1% o 2% de la población mundial, son el principal riesgo global para el 99% restante de la humanidad, porque imponen, con su inmenso poder económico, mediático y político, las ideas que privilegian al capital sobre el trabajo y la propiedad privada sobre la pública. Ellos y solo ellos son los que han impuesto e imponen, como dogmas universales, las dispensas y rebajas fiscales sobre los capitales y las grandes empresas, las reducciones y congelaciones salariales y la precarización del trabajo, la privatización de los bienes comunes, como el agua, y de los servicios y prestaciones públicas, como la educación , la sanidad , los servicios sociales y las pensiones. En fin, todo lo que ha contribuido y contribuye a hacerles a ellos más ricos y a nosotros más pobres.

Que quede claro; ellos, los super-ricos, plutócratas y bancócratas, que se juntan en Davos son, por lo tanto, el principal riesgo para la economía mundial, y la primera tarea para arreglarla es poner fin a su poder global desmesurado. Que nadie se llame a engaño, los que acuden desde todo el mundo al Foro Económico Mundial desde hace  44 años son el enemigo público global número uno, el enemigo al que hay que derrotar.