La derogación de la Ley Laboral de Rajoy: el parto de los montes - por Erasmo Quintana, socialista *

El PSOE, o Pedro Sánchez, que es lo mismo, suscribió y acordó para alcanzar el Gobierno de coalición con Unidas Podemos, eliminar la Ley Mordaza y derogar la Ley Laboral de Mariano Rajoy, que hizo recaer en el pueblo llano los efectos de la crisis económica de 2012. Haciendo hincapié en recuperar los derechos que habían sido pisoteados a los trabajadores en aras de “hacerle frente a la crisis”, surgida de la reforma impuesta por la patronal y el gobierno del PP.

Pero como la cabra tira al monte, el PSOE, fiel a su propia línea desde que Felipe González se convirtió en el “dios” de los socialistas, dando muestras en su trayectoria antiobrera (se dicen partido socialista “obrero” español), nacido cuando lo hacía el régimen del 78. Han sucedido desde entonces varias reformas laborales, siempre, qué casualidad, a favor de la patronal y, por tanto, en contra de los trabajadores, que son los que invariablemente pagan los platos rotos.

Ahora le toca a Nadia Calviño, ministra de Economía, neoliberal donde las haya, obedeciendo directrices de su jefe Pedro Sánchez, para refrenar los ímpetus de esa socialista de verdad, que es Yolanda Díaz (UP). Los medios de difusión mercenarios de la ultraderecha destacan en estos días que varios ministros consideran a Yolanda más peligrosa que Pablo Iglesias, ya que “no va con el cuchillo entre los dientes”, y “suele eludir la trifulca con la más amable de las sonrisas”, “pero después hace lo que le da la gana”.

Sorprendente. Todo esto lo dicen de alguien a quien lo único que se le escucha es la prioridad de su política en ayudar al menesteroso, los que tienen problemas para llegar a fin de mes, a los desheredados de la fortuna. A alcanzar que los trabajadores recuperen unos derechos adquiridos, conseguidos en base a mucha lucha, pues los derechos no se mendigan, se conquistan, si es necesario, por la fuerza. 

Este panorama es el que nos indica que quien único está en la izquierda es, con todas sus deficiencias, Unidas Podemos. Todo lo demás es centro, derecha y ultraderecha. Ya sabemos -pues el movimiento se demuestra andando-, qué intereses defiende el PSOE. Nadia Calviño fue candidata de España a la cartera de Economía de la Unión Europea, que al final no consiguió, y sabemos la posición derechosa de tan alta institución. A nadie se le esconde, por tanto, la vocación y militancia de derechos de la Calviño, esa que, sentada junto a Yolanda Díaz en el Congreso, mientras ésta aseguraba la necesidad de derogar la Ley Laboral de Rajoy, se le dibujaba un rictus de disgusto y desaprobación en el rostro por aquello que la de UP decía.

Datos como los descritos son los que nos confirman que si el PSOE hace tímidas políticas de izquierda es porque gobierna con la formación morada, que lo obliga, como puede. Para firmar el acuerdo de co-gobernanza con Unidas Podemos, Pedro Sánchez lo hizo con inusitada rapidez y alborozo. Ahora que toca hacer realidad aquellos acuerdos, respetándolos a rajatabla, todo es miramiento, escrúpulo, y duda sobre duda su cumplimiento. Parece que no es de personas serias esta conducta, la que se puede contraponer a los políticos del s. XIX y principios del XX, cuando el primer edil de Guía, Rafael Almeida, renunciaba a la alcaldía, abandonando la política para siempre, por negarse a aceptar el chalaneo corrupto que le rodeaba. Era la época en que la palabra dada valía más que una firma.    

Rafael Almeida

Porque soy un poco bruto, no entiendo que Mariano Rajoy modificara la Ley Laboral sin tanto problema y ningún alboroto como el de ahora, que se quiere derogar. En aquellos momentos no hubo tanto jaleo y ninguna oposición, cuando la derecha, mirando más los intereses del gran capital que los de la clase trabajadora, le dio la vuelta al calcetín de unos derechos adquiridos por los trabajadores de nuestro país, después de mucho enfrentamiento y lucha que aspiraba conseguir unos mínimos derechos laborales. Lo está demandando, pero no se le puede dar a la CEOE capacidad de bloqueo en cualquier negociación empresarios-trabajadores, pues significa prerrogativas y ventajas de aquéllos sobre éstos.

La avaricia del ser humano es épica y tiene su máxima expresión en los poseedores de megafortunas. Éstos, cuanto peor le va económicamente a la sociedad, más beneficios sacan y menos impuestos pagan. Los ricos en España son más ricos en 2020 que en 2019. Hablamos de las 100 familias más ricas del país. Amancio Ortega aumentó su fortuna en 10.000 millones de euros el año pasado, incluso con la terrible pandemia que hemos padecido, liderando el ranking de los megamillonarios españoles. Todo esto mientras hoy en España hay 7 millones de pobres de solemnidad. Y está gobernando una formación progresista. ¿Se imaginan si lo estuvieran haciendo PP y Vox?

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana