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sábado, 20 de abril de 2024 03:23h.

Desmemorias y truculencias de José Miguel - por Santiago Pérez

Por alguna razón misteriosa, a menos que ésta sea fruto de su vivencia en el PSC-PSOE -llevado desde el principio  en volandas  por una dirigencia  necesitada de caras presentables electoralmente, tras las que parapetar su propia superviviencia- José Miguel Pérez ha acabado acostumbrándose a tratar a los demás como si fueran  tontos.

Desmemorias y truculencias de José Miguel - por Santiago Pérez, exportavoz socialista en el Parlamento de Canarias *

Por alguna razón misteriosa, a menos que ésta sea fruto de su vivencia en el PSC-PSOE -llevado desde el principio  en volandas  por una dirigencia  necesitada de caras presentables electoralmente, tras las que parapetar su propia superviviencia- José Miguel Pérez ha acabado acostumbrándose a tratar a los demás como si fueran  tontos.

La última ocurrencia ha sido la de acusar a quien ha ganado las primarias, a los  socialistas palmeros y a todo al que se atreva a cuestionar  su sometimiento abyecto a Coalición Canaria, de querer pactar con el PP y  de proteger a los imputados del PSOE:“Los principios del partido hay que mantenerlos en todo lo alto”, ha sentenciado.

Vayamos por partes.

Primera.

José Miguel Pérez ha interiorizado el relato de Coalición Canaria sobre lo sucedido en La Palma. En ese relato se suprime un acontecimiento fundamental para cualquier análisis o valoración  de los hechos: que Guadalupe González Taño, siguiendo instrucciones de Antonio Castro, rompió el pacto con el PSOE en el cabildo de La Palma, cesando a los consejeros socialistas sin ninguna justificación, como ella misma reconoció.  Esa insensatez la realizaron porque, con toda probabilidad, la dirigencia socialista    --es decir, los que están encallados en el gobierno de Canarias--   les dieron garantías de que los socialistas palmeros iban a resignarse a aquella  humillación y hasta apoyarían desde fuera a un gobierno de Coalición Canaria en minoría. Es decir,  se  resignarían  al rol de una oposición castrada de su arma fundamental: la culminación de la función de control a través de la moción de censura.

 Descartada de antemano la posibilidad de exigir la responsabilidad política al Gobierno, ni el propio gobierno, ni nadie, se toma en serio a la  oposición.  

Segunda.

¿Cuáles son los principios del partido de los que habla José Miguel Pérez?

¿Se referirá  a una vaga letanía ideológica, desconectada por completo de  su concreción en propuestas y exigencias políticas concretas?

La dirigencia  del PSC-PSOE ha llevado a la liquidación gran parte de las posiciones políticas que identificaban al socialismo canario, como expresión concreta de sus principios ideológicos: por ejemplo, del principio democrático, las exigencias de democratizar el sistema electoral al Parlamento de Canarias y la modificación del régimen de la radio televisión canaria. Del principio de solidaridad, la exigencia de hacer un balance  de la aplicación del REF, antes de su revisión, para examinar si sus mecanismos fiscales  han contribuido al objetivo que los justificó, la creación de empleo, o  a deteriorar aún más la progresividad  y hacer todavía más injusto el sistema tributario canario.

¿Y la gestión de la dependencia? ¿No habíamos denunciado los socialistas canarios, de acuerdo con los reiterados análisis de la Asociación Estatal de Gerentes y Directores  de servicios sociales, su desastrosa aplicación en Canarias? ¿La simple entrada de  dirigentes socialistas en el Gobierno actuó de bálsamo de fierabrás?

Y entrando en materias medioambientales,  de las que JMP es consejero/espectador, ¿qué fue de la promesa electoral de modificar el Catálogo de Especies Amenazadas, alevosamente aprobado por Coalición Canaria y el PP a finales de la pasada legislatura para facilitar la ejecución de infraestructuras como el Puerto de Granadilla? ¿Tiene algo que opinar el consejero de Medio Ambiente sobre el Proyecto de Inversiones Estratégicas, que pone en manos de la discrecionalidad del Gobierno el respeto a las normas y planes  de Ordenación del territorio y, de paso, a las competencias de cabildos y ayuntamientos? ¿Y algún criterio sobre la  extravagante propuesta  de SU gobierno a que la delimitación de LICs marinos  se aleje de la zona costera, no sea que vaya a entorpecer algunos proyectos que tengan entre manos?

Podría continuar con una larga serie de renuncias, todas las cuales han culminado con la asimilación del victimismo de los nacionalistas, como excusa permanente  para no asumir nunca sus propias responsabilidades. El discurso victimista es radicalmente  incompatible con la democracia y con la razón de ser del derecho al autogobierno.

 Tercera.

¿De dónde se saca José Miguel Pérez  que quienes critican su entreguismo a Coalición Canaria, es porque quieren pactar con el PP?

En toda una vida en el PSC-PSOE no encontré un solo militante ni dirigente que prefiriera pactar con el PP; pero sí, y muchos, que rechazaban la idea de que entre el PP y CC, no en términos de fraseología ideológica, sino en la forma de entender la sociedad canaria, el papel de las Instituciones y en el estilo y las prioridades políticas existan  tantas diferencias que justifiquen que  CC sea algo así como la aliada natural de los socialistas. Y cualquier pacto con el PP, especialmente en las entidades locales, simplemente tabú.

En un sistema parlamentario,  como  el de la Comunidad Autónoma y, en realidad, el de las entidades locales   (un Pleno representativo de los ciudadanos y un gobierno sustentado en la confianza de la mayoría del Pleno )  los pactos entre las fuerzas con representación institucional  son imprescindibles para  la viabilidad del propio sistema.

A partir de un acuerdo programático, los pactos deben ser siempre posibles entre las fuerzas democráticas. La cuestión esencial no es con quién se pacta, sino en qué condiciones. Y las condiciones en que suscribieron y posteriormente han gestionado el pacto con Coalición Canaria han sido de total entreguismo. Y todo  por la obsesión de unos cuantos de “tocar gobierno”, ellos y sus paniaguados. La consecuencia está a la vista: el desdibujamiento  del PSC-PSOE y la merma de su espacio político y de sus expectativas electorales.

Cuarta.

Una de las características esenciales de una democracia pluralista es la  posibilidad  real  de la alternancia, que es la que lo convierte en un sistema abierto en el que la exigencia de responsabilidad al gobernante pueda hacerse efectiva.

Coalición Canaria ha convertido la autonomía del Archipiélago y de muchas de sus entidades insulares y locales  en un sistema político cerrado.  

Esta circunstancia no se ha dado sólo en las Instituciones gobernadas por Coalición Canaria, es verdad. Por eso la gran sintonía que ha habido entre significados  alcaldes socialistas y algún  presidente de cabildo   --que, por cierto, fueron decisivos para encumbrar a José Miguel Pérez,  sin que éste repudiara  hasta ahora esos apoyos--en cuanto a ciertas actitudes  de abuso de poder y  de desprecio del pluralismo.

Es precisamente esa patrimonialización de las Instituciones, que está en el origen de la mayoría de los casos de corrupción, la que ha llevado naturalmente en muchos lugares de Canarias a relaciones de colaboración entre los grupos de oposición con el objetivo de posibilitar la alternancia y  ventilar la Institución. Pero de eso José Miguel Pérez no sabe nada, ni le interesa saber. Porque nunca ha  realizado una labor de oposición que merezca el menor reconocimiento de la ciudadanía.

Por eso nunca entenderá que es ahí, en la oposición, donde resulta más difícil, y más meritorio, “mantener en todo lo alto” los principios democráticos y progresistas. Esos principios  que algunos balbucean como coartada de su entreguismo.

* Publicado con autorización del autor