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viernes, 29 de marzo de 2024 10:20h.

Día de la Hispanidad - por Isidro Santana León

Todos los 12 de Octubre conmemora España la gran salvajada cometida sobre los pueblos de América, así como su nefando colonialismo, tal si fuera una proeza dignificante para la raza humana esa parte de su necrófila historia.



 

Día de la Hispanidad - por Isidro Santana León

Todos los 12 de Octubre conmemora España la gran salvajada cometida sobre los pueblos de América, así como su nefando colonialismo, tal si fuera una proeza dignificante para la raza humana esa parte de su necrófila historia.

Da grima, y no menos desprecio, que un estado que se hace llamar democrático celebre este holocausto del siglo XVI, cuestión análoga a si Alemania celebrara el genocidio nazi. El espíritu invasor de este reino se invetera año tras año, aferrándose a seguir sujetando colonias, como lo hace con la nación canaria, anacronismo que, de inmediato, debe de erradicar las Naciones Unidas.

Pero ahora se desluce su garbo, sus ceremonias y sus pendones, porque a quien hay que felicitar en este octubre del 2012, en nombre de la libertad y del anticolonialismo, es al pueblo venezolano y en especial a su mandatario, Hugo Chávez Frías, por su incuestionable victoria al capitalismo, al colonialismo y al imperialismo. Logro que se extiende a todo el sur de América y Caribe y, por qué no, al resto de los países latinoamericanos que, poco a poco, porque se lo exige la historia y sus intereses nacionales, inexorablemente irán entrando en la senda Bolivariana, que es el principio del fin del neoliberalismo en el mundo.

Ya no saben qué adjetivo inventar para vilipendiar al presidente venezolano, pues la evidencia y la limpieza de los comicios ha tirado por tierra toda la propaganda de los países corruptos, de postizas democracias, sobre todo por los intereses que tienen sus empresas en el suelo de Bolívar. ¡Por qué no te callas! Ahora no sólo no lo mandan a callar sino que, hasta el dictador Mariano Rajoy –hermano ideológico de José Mª Aznar, golpista al mandato legítimo de Hugo Chávez en el año 2000–, le manda sus felicitaciones por la limpieza del sufragio, teniendo que doblar la cerviz ante el jefe de estado americano porque sabe qué intereses españoles están en juego y que Chávez no se anda con rodeos para truncar cualquier operación fascistizante en su país. ¡

Larga vida a Chávez!¡Viva Latinoamérica libre¡ ¡Que jodida está la prensa reaccionaria y los plumíferos pesebreros con esta victoria! Sólo han podido engañar a los intoxicados futboleros, analfabetos y despolitizados de la arruinada España y Europa, pero no al pueblo combativo, libre y digno de Venezuela. ¡Qué grande es la historia!: mientras el egoísmo capitalista impulsa la guerra, la enemistad y la destrucción en una parte del mundo, en otra, en el Nuevo Continente, los países buscan la cooperación, la solidaridad, la paz, la justicia y el bienestar de los pueblos. Ninguna filosofía es aplicable en todos los tiempos para la construcción de un mundo humanizado. Son los actos, los principios y la osadía de algunos hombres en cada momento de la historia, los que eficazmente propulsan los cambios. Hugo Chávez, siguiendo las huellas de Bolívar, el arrojo de José de San Martín, los versos de José Martí, el entusiasmo de Artigas, la valentía del General Santa Ana, de Miguel Hidalgo… ha logrado, como querían sus predecesores, unificar y cohesionar América Latina dentro de una gran nación que aspira a la igualdad, la fraternidad y la justicia.

Carece España de autoridad moral alguna para hablar de democracia, de justicia o de legitimidad, cuando desde tiempos inmemoriales se han legado el mandato del estado una prosapia que el pueblo no ha elegido y que, cual privilegio medievalista, sufraga por la fuerza la clase productora.

El sistema venezolano es un ejemplo que, por supuesto, la laya mamona arribista, explotadora y estafadora, estigmatiza de lo que España es en realidad: un país de corruptos, de tramposos. Me da igual que sigan celebrando sus viejas y despreciables glorias mientras Canarias consiga apartarse de esa leprosa a la que ya nadie se quiere arrimar, pues sólo se le acercaban por su exhibición de riquezas y oportunidades, que se llevaron unos cuantos y que tienen a buen recaudo, contando con ella, en la actualidad, tan sólo con el fin de que preste su suelo y el de su colonia para operaciones militares.

Le ha pedido ayuda a China, a Rusia etc., además creo que terminará pidiéndosela a Irán y, por cercanía lingüística, a Venezuela. Los piojos se pegan allá donde hay sangre y España, por instinto de supervivencia, se pega a cualquier coyuntura… ¡qué más da la que sea!, como si el Borbón tiene que hacerse republicano, eso si, sin presentarse a las elecciones.