Con Dimas Martín encerrado, se cree tener todo arreglado  nº2 - por Isidro Santana León *

Artículo publicado en el 2004 en prensa digital.

Como venía diciendo, el sistema aplica un lenitivo de cara a la parroquia encerrando a Dimas Martín, mientras, aquiescentes los fiscales y jueces con las corruptelas de la clase política y empresarial, ni se sonrojan. Es normal que también se haga con la finalidad de que estos entogados, que viven en la oscuridad del subsuelo, se den una manita de jabón para quitarse el negro tufo, ya que anda muy en entredicho la integridad e imparcialidad a la que dicen que se deben.

La conjura fue en aquelarre, donde participan los estómagos agradecidos, voceros, plumíferos, culificistas y demás bazofia del Sistema, dándole manivela a su aparato de propaganda mendaz y proselitista de mono-expresión, sacándole mucha espuma sensacionalista a la pastilla de aseo consignada, pero que, en el fondo, ese jaboncillo sólo solventa efímeramente el olor nauseabundo del colonialismo, pues, la impregnada raña de 500 años no se la quita ni con “Tierra sol”. ¡Y qué bien!, todo el aliento ignorante de la gente empieza a soltar frescor “Profidén”, creyendo los ingenuos que, por fin, se mete a un político corrupto en la cárcel.

Sí, toda una ilusión suspendida en brillantes pompas de jabón, mientras que, a su vez, se estaba derribando, instrumentalmente, una filosofía insumisa y alzada contra el colonialismo español, en la que están identificados los mahoreros de Titeroygakat (Lanzarote).

Una auténtica maquinación de la oligocracia que administra la colonia que, sin embargo y como era de esperar, el paliativo producto de limpieza se hace contraproducente, ya que no logra arrancarle el rancio secular a los intrusos poderes coloniales, aunque llenos de ronchas y lamparones se queden con el encarcelamiento de Dimas.

Claro, todo está tan podrido que cuando por un lado tratan de maquillar por otro vuelve a emanar la pus… Pues, sí señor, habría que preguntarle a la inquisición colonial: ¿por qué el corrupto Domingo González Arroyo –alias El Marqués de Las Dunas, sui-generis elemento sustractor de los bienes públicos, denunciado en reiteradas ocasiones por turbios negocios inmobiliarios, no se encarcela…? Este personaje, El Marqués, se ha saltado la ley de protección del territorio –aprobada por los de su propia laya–, inclusive, este licántropo, se ha pasado por los cataplines el mandato de los jueces en lo que se refiere a la paralización de obras –por denuncias de los ecologistas–, es atrapado en grabaciones telefónicas ofreciendo terrenos a cambio de votos y muchos más asuntos y rumores que el pueblo no conoce… ¿por qué el señor Marqués sigue campando a sus anchas por estos lares como si tal cosa y la justicia no se inmuta? (Como este hay muchos, eh). Yo les diré por qué. Lógicamente, porque este fascista, ultranacionalista español, es intocable por su competencia y lealtad en la estabilidad del colonialismo español en Canarias. Haga lo que haga, esté dentro o no de las leyes impuestas en nuestra nación –que él conoce de sobra–, jamás irá a la cárcel. Aquí las leyes están hechas para intimidar, coaccionar, perseguir e imbuir en la obediencia y la sumisión al pueblo canario y sus legítimos derechos. Si, un poder que hace leyes a medidas para la sujeción de nuestro pueblo, un poder que te apavora e intimida y otro que te reprime brutalmente si te saltas las leyes defendiendo tus derechos: esos son los tres pilares en que dicen que se afianza la “democracia” española y que yo le llamo oligocracia.

Es más, es este personaje, corrupto y corruptor –típico del Medievo– un columnero del españolío gallego, andaluz…, colonos a los que ha favorecido en Fuerteventura convirtiéndolos en su feudo electoral para poder medrar vitaliciamente en la gestión pública –como la mayoría que están en política–, apelando a sus hipotecados votos.

No hay que olvidar las perras destinadas al destrozo de Tindaya, donde, con el cuento del godo Chillida se ha evaporado con el Magec africano, y salen a relucir otra vez las indecentes cascarrias de los fiscales y jueces –absoluto silencio– con el controvertido empleo o desaparición del dinero público para el agujero de la Montaña. Está claro que, de ejecutarse este proyecto, bajo la argucia de la llamada del turismo, quienes únicos se beneficiarán son la empresa de minería –la traquita– y las comisiones opacas que, a priori, ya se han acordado, destinadas con absoluta seguridad a la casta política que defiende este negocio, vendepatrias que una vez más destruyen nuestro territorio, patrimonio y señas de identidad. Sin embargo, como es menester, la consigna es que los jueces y fiscales anticorrupción se inhiban ante los señores feudales, abriéndose la sospecha de que habrá tarta para todos.

Existe un ingente dossier de denuncias fundamentadas por corrupción contra la casta política colonial y empresarial, cuyos archivos de los casos abarca habitaciones enteras, usándose finalmente los folios de las demandas ciudadanas para cuando acudan al retrete, desde el ilustre Juez Decano hasta el portero de los magistrales edificios, desembocando las disconformidades del pueblo en los pozos negros de los juzgados y de las Audiencias Provinciales: ahí los escribanos del sistema sólo narran los guiones de los censuradores, muy de pasada y sin hacer demasiado ruido, por miedo a que les quiten el bocadillo de la boca. ¡Más miserables imposible!..... Continúa.

* En La casa de mi tía por gentileza de Isidro Santana León