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viernes, 29 de marzo de 2024 07:52h.

Do yus pitinglis (¿No fumas, inglés?) - por Nicolás Guerra Aguiar

La celebración de tantos actos en la zona de Good Night Triana coincidiendo con la Feria del Libro y del Diccionario Poliglotizado ha hecho reverdecer nuestra esencia de colonia inglesa, época aquella que tanto calentó a Alonso Quesada y dejó potentados místeres en la Isla nuestra por el siglo XX (los místeres Harris, Leacock, Pavillard, Bonny) o los del XIX (los Elder, Miller, Swanston -¿el del jabón suasto?-, Jones, Wood –incluso Wood y Wood, como mi colega don Manuel-, Russell, Blandy, Fyffes –“Fae” en Sardina de Gáldar-), riguroso rastreo que llevó a cabo el polifacético escritor don Alfredo Herrera Piqué.

Do yus pitinglis (¿No fumas, inglés?) - por Nicolás Guerra Aguiar

  La celebración de tantos actos en la zona de Good Night Triana coincidiendo con la Feria del Libro y del Diccionario Poliglotizado ha hecho reverdecer nuestra esencia de colonia inglesa, época aquella que tanto calentó a Alonso Quesada y dejó potentados místeres en la Isla nuestra por el siglo XX (los místeres Harris, Leacock, Pavillard, Bonny) o los del XIX (los Elder, Miller, Swanston -¿el del jabón suasto?-, Jones, Wood –incluso Wood y Wood, como mi colega don Manuel-, Russell, Blandy, Fyffes –“Fae” en Sardina de Gáldar-), riguroso rastreo que llevó a cabo el polifacético escritor don Alfredo Herrera Piqué.

  Muchos de ellos están relacionados con el Puerto, la agricultura (platanera, tomate, tabaco, cochinilla), grandes comercios, tráfico marítimo, suministro en los servicios portuarios, varaderos, astilleros, primera estación carbonera, servicio de correos interinsulares, iniciación del turismo, hoteles, establecimientos mercantiles, seguros, primer teléfono en Las Palmas, diseño de Ciudad Jardín (zona exclusiva de chalés para la colonia británica). Y, por supuesto, con una destacada presencia en el habla de Canarias, donde se crean palabras a partir de la pronunciación de las voces inglesas.

  Así, por ejemplo, lo que nuestros culturizados pollillos de hoy llaman bizcocho fue el queque (anglicismo cake); el guiri fue el choni (Johny) de antes, de la misma forma que la papa quinegua es King Edward; el cambullonero (can buy on) usaba flis (fly) para ahuyentar a las moscas, y el chapapote actual fue siempre piche (pitch) en Gran Canaria, que a veces olía mal y daba fos (faugh). Y como al míster choni le gustaba el trinqui (drink), el consumo del alcohol le hacía alongar (to longer) su cuerpo cuando oía un ladrido, pues ya sabía que el cáncamo (can´t come on) de su mujer azuzaba al chucho (switch) cuando lo imaginaba en orsai (off side) y apoyado en plan cachanchán (can John jump) en la barra.

  Y como decía mastro Pepe Monagas en “El niño cabesú” (cuyo cabezón era como las cebollas de Garda), “¿qué pue pasá entre la unión de un sé y otro sé? Pos que nase un sé, aunque de una reunensia concreta nasió un sé que no podía sé, con aquella cabeza allá riba”. O lo que es lo mismo: ¿qué le puede pasar a nuestro anglófilo sentimiento patrio en conjunción con la acomplejada idea de que lo inglés es más culto que lo castellano, más in, más pop, más newfangled worship and exquisite? Pues eso, que ya casi todo se nombra en inglés, satisfeision plena de los responsables de la educación en Canarias en cuanto corrobora sus exquisitos éxitos en lo que se refiere a la impartición de la lengua shakesperiana.

  Estos días, Triana estrín se llenó de carteles en inglés. Nuestros juveniles alumnos chaporrearán el spanish, desconocerán los significados de un léxico casi elemental en textos literarios del siglo XX (nada digo de voces tan antiguas y desfasadas como aguaviva, margullo, sanaca, sopladera…; ni falta que hacen). Pero en lo que es shopping, flasbmob, party, doyús pitinglis y construcciones mucho más académicas, no hay problema. Más: ¿acaso se puede vivir en la civilización sin tener idea de qué es el “Cosmopolitan Shopping Week” que busca a “la mujer con el estilo más chic”, tal se lee y se plantea en tales carteles anunciadores y folletos con apoyos de concejalías, y también del Gobierno canario? ¿Acaso las actividades programadas podían triunfar en castellano frente a “LPA Sunday Shopping Party”, encantadora de domingos? ¿Pueden quizás realizarse en castellano talleres “do it your self, showcooking, photocall” (e incluso “performance”?). Nada digo de “flasbmob” en Triana, cae por su propio peso.

  Y como lo que pretenden el Gobierno de Canarias y el Ayuntamiento capitalino es potenciar en la Feria del Libro la lectura de tales elementos de papel (aunque algunos osados escriban en castellano), ¿qué menos que concursos para “bloggers” como el “ICON LOVE BLOGGERS by CSW2013”, entre cuyos participantes el equipo de “The Code Team” premiará al mejor “look Icon” y al mejor “outfit”? Y como ninguna “fashion girl” debe renunciar a los maquillajes “flash”, más completo el servicio, vive Dios.

  No hay nada, sin duda, como vivir en una ciudad poliglotizada o, al menos, anglotizada, tal es nuestra tradición.  Daba gusto ir por Triana y observar cómo la fauna canariona que la ocupó en estos días –la excusa era la Feria del Libro, ¡en castellano!- entiende absolutamente todo lo que lee en inglés, ya sea en los carteles que colgaron de las lighthouses (vulgo, farolas), ya en fachadas de comercios o en folletos. Un pueblo que sabe idiomas es un pueblo con otra mentalidad, sin duda, como pasa en nuestra isla.   

  Yo estoy seguro –más, plenamente convencido- de que la proliferación de carteles, anuncios, propagandas y adláteres casi exclusivamente en inglés como se vio desde el 25 del pasado mes en Triana, se debió a la inseguridad que las concejalías y el Gobierno de Canarias tienen respecto a si los grancanarios dominan el castellano o español, sobre todo recién salidos ahorita mismo del Día de Canarias con los “¡chaaaacho, jíncate un ron!”, “¡como tajogues testrallo contra la parén!” y otras expresiones lingüísticas (nada dialectales) que dejan hasta sentimiento en el oyente, tal es la sensibilidad que nos nace de lo más profundo de los “interiores dadentro”.

  Además, se notaba en las caras, hasta en las comisuras de los paseantes trianeros: la satisfacción de entender absolutamente todo lo escrito en inglés (vergüenza les daba que hubiera alguna palabra en castellano) significaba la definitiva europeización del aborigen, e incluso la recuperación de aquellos genes de los místeres u chonis ingleses que desde siglos atrás se conservaron en los corazones isleños, cuando la Isla fue colonia con sirvientes y esclavos.   Pero eso es el pasado. Hoy, por fin, hemos recuperado nuestra ancestral tradición anglófila. ¡Alabado sea Alcorac!

También en:

http://www.teldeactualidad.com/articulo/opinion/2013/06/06/8674.html

http://www.canarias7.es/articulo.cfm?Id=302699

  

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