Por un ecologismo socialista y superador del capitalismo - por Carlos Martínez, secretario general del Partido Socialista (PSLF), miembro del Comité Científico de Attac y politólogo

La moda verde en Europa y otros países del mundo, necesaria por otra parte al objeto de frenar la degradación del medio, crea cierta confusión de conceptos y de análisis sobre el capitalismo vigente y las soluciones a proponer ante la destrucción imparable del planeta y el cambio climático como su expresión más bestia.

Hay políticos y políticas que en fase de acomodación de sus ideas al sistema y su aproximación a un neoliberalismo supuestamente de izquierdas, se declaran ecosocialistas. El ecosocialismo es un disfraz a la última para disimular posiciones de reforma, pero no de cambio. Es la excusa para abandonar en muchas ocasiones el comunismo. Pero esto no es así.

El ecosocialismo tiene su historia y su tradición, pero también sus referentes y su carta de principios y por supuesto ni rompe con el marxismo, ni con la clase trabajadora, ni con la lucha frente a un capitalismo depredador que destruye el planeta, lo cual no quiere decir que no sea plural y nada sectario. Los verdes europeos son otra cosa, no podemos confundir. Las primeras declaraciones ecosocialistas con antecedentes el siglo XIX se producen en el siglo XXI,  en el año 2001 cuando se redacta el MANIFIESTO ECOSOCIALISTA INTERNACIONAL en Rio de Janeiro que es fruto de un trabajo de elaboración colectiva e internacional y posteriormente se traduce en la Red Ecosocialista Brasileña creada en el Foro Social Mundial de Belem en 2003 y donde tuve la suerte de participar en representación de Attac España.

Ambas declaraciones de principios son tan claras y sencillas como contundentes. El ecosocialismo se propone superar el capitalismo y por eso es socialista. Se declara socialista a pesar de la degeneración y mala utilización de la palabra por amplios sectores de socialdemócratas, en realidad socioliberales y el fracaso de otros socialismos autoritarios y burocráticos.

Como referente más destacado y sin ignorar a otras y otros muchos podemos destacar a Michael Löwy, el marxista ecologista franco-brasileño o el estadounidense John Bellamy Foster o las feministas socialistas Mary Mellor y Ariel Salleh con entre otros el ex presidente de Attac Francia Jean Marie Harribey. Löwy coautor del Manifiesto Internacional  de Rio es autor de un libro muy breve y claro titulado Ecosocialismo, cuya lectura recomiendo editado por Siglo XXI en su colección biblioteca de Ensayo.

El ecosocialismo se sitúa claramente en la izquierda, es rojo, no reniega del movimiento obrero y señala la necesidad de superar el capitalismo si de verdad queremos salvar el planeta y esto nos lleva a condenar el productivismo, el desarrollo y el crecimiento como paradigma de incluso gran parte de la izquierda clásica. El crecimiento es finito, las capacidades del planeta también y la destrucción del medio por el carbono y otros gases fabricados, provocará nuestra propia destrucción. Desde el ecosocialismo entendemos que es importante influir y debatir con los sindicatos y partidos de clase, que no son nuestros oponentes, al revés son aliados  necesarios. El ecosocialismo hunde sus raíces en el marxismo con la única salvedad de criticar el productivismo y coincide en la denuncia del beneficio como motor social. Es el ser y no el tener.

Los partidos verdes se sitúan en la complacencia con el neoliberalismo e incluso como el caso de los alemanes, hacen de la OTAN virtud, en lugar de situarse en una posición por la paz y contra las agresiones del imperialismo. Son ya en realidad partidos liberales, pequeñoburgueses y acomodados al sistema, como partidos para lavar la conciencia de una determinada clase media urbana y colaboran en sostener el sistema capitalista a cambio de tímidas reformas. Aquí en el reino de España, tenemos cosas tan tropicales como una ministra que se declara medioambientalista y por la transición ecológica, que defiende a las depredadoras y ladronas compañías eléctricas, las justifica y apoya a sus chantajes, mientras estas compañías atracan al pueblo de la forma más vil y no contentas con frenar las energías alternativas, ahora pretenden monopolizar y privatizar el sol y el aire por la vía de los hechos y una legislación favorable a sus intereses. 

Al objeto de trabajar por el ecosocialismo, hacer un planteamiento ecologista desde la izquierda y el socialismo, surgió la Red Ecosocialista Internacional fundada en Paris en el año 2007 a la que en el estado español están afiliados el sindicato vasco ESK y el Partido Socialista Libre Federación.  Construir ecosocialismo es imprescindible al objeto de apoyar las luchas sociales por un ecologismo igualitario y que de verdad informe y pelee por la causa medioambiental y a la vez recuperar el espacio ecosocialista en el estado español y señalar que sin lucha ecológica no habrá ni futuro ni regeneración socialista.   

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Carlos Martínez