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viernes, 19 de abril de 2024 17:51h.

Si elegimos PP-Cs-Vox, la Democracia se resiente - por Erasmo Quintana

 

fase erasmo

Si elegimos PP-Cs-Vox, la Democracia se resiente - por Erasmo Quintana *

Es curioso, pero en esta campaña de comicios nacionales y europeos de 2019 no han participado por el PSOE los expresidentes Felipe González ni José Luis Rodríguez Zapatero, como sí lo han hecho los ex del Partido Popular José M.ª Aznar y Mariano Rajoy. Puede atribuirse a los socialistas que nunca Pedro Sánchez ha sido para ellos “harina de su costal”; nunca lo han aceptado como propio y legítimo, más bien lo contrario; el primero de ellos en comandita con Susana Díaz hizo todo lo que pudo para defenestrarlo en aquel vergonzoso Congreso Extraordinario para tumbar a Sánchez, teniendo éste que dimitir de diputado y resurgir como ave fénix de sus cenizas.

Y ahí lo tenemos, pues fue elegido mayoritariamente por las bases militantes, y tal ha sido su salto mortal, que hoy lo vemos como presidente del Gobierno español. Hay encuestas para todos los gustos entre las que aparece él siempre como ganador de mayoría minoritaria, debiendo buscar apoyos postelectorales para poder gobernar. No ha dicho Pedro Sánchez con claridad sus preferencias a pesar de que se lo preguntan por activa y por pasiva. Mas yo siempre le he adivinado que secretamente prefiere a Ciudadanos, y que Unidas Podemos le da una especie de repelus y de vértigo, temiendo que si gobierna con este partido es posible que no pueda embridarlo o moderarlo, según vemos cómo piensan y actúan estos socialistas “modernos”. Pero lo cierto es que si forma gobierno con Iglesias, es cuando el Partido Socialista lleva a efecto sus esencias fundacionales.

Todavía hay quienes no son plenamente conscientes de lo que se nos viene encima si permitimos que gane la extrema derecha: PP-Cs-Vox. La Democracia que conocemos, con todas sus carencias, se resentirá y ya no será lo mismo. El país retrocederá cuarenta años; todos los logros que se han conseguido durante décadas de luchas sociales y sindicales los harán desaparecer. La España moderna y punta de lanza de libertades volverá a la gran noche franquista. La libertad de prensa y restantes medios de comunicación se verán intervenidos por el poder establecido, considerando a los ciudadanos menores de edad, y se oirá nuevamente aquello de “no se metan en política”. Iñaki Gabilondo ha dicho que el periodismo clásico, el veraz, el libre, el del respeto, el del rigor y el compromiso está arrinconado por esa invasión de la desvergüenza y el insulto. Por desgracia -sigue diciendo- el periodismo friki e insolvente ha invadido la profesión. Esto lo afirma en un sistema democrático como el que tenemos. ¿Se imaginan lo que será cuando tengamos los vientos fascistas? Seánme sinceros, estimados amigos, ¿qué opinan ustedes de esto? ¿Creen que el cambio retrógrado  ocurrirá? ¿Tendremos que verlo y experimentarlo en nuestras vidas para creer que ha sido posible?

En esta campaña de locura hubo dos debates televisivos. El primero en la Una de RTVE, y el segundo en La Sexta. No cabe duda que el segundo resultó mejor, al no estar tan encorsetado como en la TV pública con el acogotante minutaje. El segundo contó con ventaja sobre el primero porque los contendientes tomaron nota de los errores del anterior. Lo que sí se repitió y fue a más son los desagradables ataques personales, y en fin, el poco respeto que se tuvieron entre sí. Menos Pablo Iglesias, que sacando su condición de docente, llegó incluso a recriminar a Albert Rivera, tildándolo de malcriado e impertinente. Iglesias, sin embargo, para muchísimos televidentes y comentaristas políticos fue el mejor, porque no hizo como sus adversarios de la derecha; lo suyo fue pacificar conductas impropias de quienes quieren gobernarnos; sus intervenciones eran todas para exponer cada uno de los puntos de su programa, coincidentes con el PSOE en avances de lo social.

Pedro Sánchez fue otra cosa. Todo el tiempo se le fue recibiendo ataques personales de Casado y Rivera, de los que se defendía como pudo. Entre insulto e insulto logró pergeñar algo importante de su programa, al cual atacaban sus adversarios de la derecha con mentiras y medias verdades. Le negaron a Sánchez el pan y la sal, mientras que ambas derechas se postulaban como la panacea del bien nacional. Sin ellos, será la hecatombe en lo económico, político y cultural. Después de ellos, el juicio final. ¿Qué significa esto, en definitiva? No insistamos en confundir lo último con lo primero: Lo que necesita ser probado, poco vale.                                                              

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana

ERASMO QUINTANA RESEÑA

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